Compártenos en:

martes, 27 de diciembre de 2016

  • -       Pues mi nombre es Jerouu, ¿Y el tuyo?
  • -       Yo soy Kim… gracias por esa vez – traté de agradecerle lo mejor posible, para olvidar lo del papel higiénico
  • -       ¿Kim? Es un raro nombre, bueno, no tan conocido al menos por donde vivo
  • -       Lo mismo puedo decir con Jerouu ¿Y qué significa?
  • -       La verdad… ni yo sé que significa hahaha


Un chico divertido, amable pero también para nada sutil, ese era su raro nombre que tenía algo de curioso en todo aspecto, pues también su forma de expresarse y hablar en el salón me sorprendía, sobretodo, que parecía nunca cansarse para algunas labores. Nuestro se conformó con él, otros cuatro chicos, y la chica la cual me contó, estaba fielmente enamorado.

Por una extraña razón, cada vez que la mencionaba me sentía algo insegura y… celosa, ¿celosa? Pues creo que algo, por su carácter de siempre querer ayudar a prosperar en el grupo y hacer algunas bromas de vez en cuando creo que fue lo que motivo a que sintiese algo diferente a una sencilla amistad, esa manera rara de decir “todo va a salir genial”, era una frase que no podía quitarme la cabeza.

Y fue cuando esa noche…
  • -       Oye Kim, ¿tienes tiempo para hablar en la tarde? Al menos una hora
  • -       ¿Yo? ¿Yo? Bueno… si claro, luego de clases si, hoy no tengo tareas en mi casa haha
  • -       ¡Genial! Es sobre algo importante que me paso ayer… y no sé a quién contarle de verdad
  • -       Oh… - me sonrojé horrible, pensé que se trataría de una “declaración de amor” – está bien, puedes confiar en mí – traté de parecer lo más tranquila posible
  • -       Bueno, te espero en el óvalo al frente del malecón de Miraflores

Un chico algo lindo, creo, con un raro nombre y una fuerza sobresaliente de que todo siempre saliera lo mejor posible y nos hacia reír casi siempre con alguna de sus ocurrencias estaba invitándome a decirme algo importante en el malecón de Miraflores ¡Eso es una declaración de amor! Llamé inmediatamente a Mili para saber qué hacer, pues sus clases todavía no empezaban, y solo me dijo que tuviese que ser discreta, estar calmada y para nada mostrar síntomas de desesperación, también me pregunto si él me gustaba de cierta forma, algo más que amigo.

Le respondí que no era totalmente eso, sino que, se sentía diferente estar a su lado conversando, o haciendo algún trabajo grupal, o nuestro trabajo final de comercial para televisión, el estar escuchando sus ideas para mejorar el proyecto, debatir las ideas y luego ver una sonrisa franca de que todo saldría genial si nos uníamos, era… una forma de sentir calma en mi interior… pero… ¡Kaytlin! Ella era la voz de mi conciencia, cada vez que los veía juntos hablar o intentar abrazarla, pues me llenaba de un sentimiento que jamás habría podido sentir, maldita sea era muy poco común sentir eso mi interior… pero ahora, ahora estaríamos los dos solos hablando de algo importante.

Finalmente se cumplió el compromiso, salí mejor arreglada de cuando vine a la universidad, a encontrarme con Jerouu en el óvalo para que me contará algo importante que tenía que decirme, realmente no sabía que hacer o decir en estos momentos, era una mezcla de muchas cosas, sin embargo, no podía desviar mi rumbo, dar otro significado y muchas cosillas que me dijeron Mili y Maritza para tratar esta situación, por supuesto, no dar por sentado algo, o si en el caso de rechazar su propuesta, hacerlo lo mejor posible.
  • -       Gracias por venir Kim, pensé que no vendrías, digo, ya es de tarde y seguro quieres ir a tu casa
  • -       Bueno, en realidad sí, pero si es algo importante y no tienes con quien hablarlo, pues yo te escucharé, haré el sacrificio, haha – un chiste que esperaba le hiciese reír
  • -       Hehe buena esa, pero ahora, de lo que tenía que hablar, es sobre lo que vi ayer, y la primera cosa horrible que pude ver ante mis ojos
  • -       ¿Qué dices? – oh vaya, parece que no era una propuesta de amor… sino algo… ¿Horrible? - ¡Encontraste a Kaytlin besando a otro y yendo a un lugar indebido! – dije casi gritando, ni una maldita idea de porque lo dije
  • -       ¡¿Qué?! ¿En serio? ¡¿VISTE ESO?! – me sujetó de los brazos como tratando de que le diese una explicación
  • -       No nada, solo fue un chiste, pensé que te referías a eso
  • -       Uf… bueno sé que tiene novio, pero… ya ese es otro asunto que lidiaré por mi cuenta, pero la cosa que tenía que hablarte es sobre… la muerte de alguien ayer en el malecón
  • -       ¿Una muerte? – no podía creer lo que estaba diciendo
  • -       Efectivamente, una muerte, pues la cosa es así, te explico, hahaha al decirlo me hace recordar… bueno no viene al caso, un tipo iba a suicidarse supuestamente, pero aparecí para impedírselo… y en ese momento, otro sujeto apareció lanzándole una flecha que lo mato de inmediato
  • -       ¿Una flecha? ¿No será un animé que hayas visto en la televisión? – contesté absorta al escuchar su relato
  • -       Ojalá hubiese sido de esa forma, pero ese tipo raro que le lanzo la flecha para atravesar su pecho en instantes, fue tan confuso, luego hizo aparecer un escucho invisible para que nadie viese lo que sucedía, como por arte de magia, luego desapareció extrañamente para dejarme un sin sabor en la boca, quiero decir, que todo fue muy rápido y preciso
  • -       ¿Avisaste a la policía?
  • -       Oh si claro, avisar que alguien asesino a otro sujeto con una flecha y nadie vio lo sucedido porque estábamos cubiertos de un extraño domo invisible, por supuesto que me creerían, pero nada, solo te lo he dicho a ti
  • -       Pues ya me lo dijiste – que cortante
  • -       Tienes razón, ya tengo algo de calma al saber que no se lo he dicho a alguien, ¿Crees que estoy loco por decirte eso? ¿Me crees? En primer lugar
  • -       Es difícil de creerlo cuando lo cuentas de esa forma… pero… en este mundo suceden muchas, como diría mi padre, “Nunca acabamos de sorprendernos por las cosas más comunes que se transforman en segundos”
  • -       Vaya… ¿Eso dicen los japoneses?
  • -       ¡Oye! No soy tan japonesa, mis abuelos si lo eran, pero mis padres ya son peruanos, y yo que llevo todavía mi apellido, Yukimoura, siendo la última en llevarlo
  • -       Claro, si te casas y tienes hijos ya no llevarían ese apellido
  • -       ¡Eh! No pienso tener hijos… aún no, soy muy jovencita, una niña
  • -       Hahaha exacto, y yo soy un narrador de cuentos
  • -       Que gracioso, pero en serio, estas cosas deberías decírselas a más personas, digo, confiar esto a tus parientes cercanos
  • -       Por eso te lo dije a ti Kim, porque, eres muy buena amiga y sé que puedo confiar en ti
  • -       Hahaha gracias, ¡Saranmida! Ahora eso mismo puedo decir de mis nuevas amigas, Milagros en especial, jamás me imagine que alguien tan amable y atenta fuese mi amiga. En el colegio no era muy popular que digamos, mi corte de hombre me hacía distante muchas veces de las otras chicas, pero cuando conocí a Mili, al principio pensé que sería una sabelotodo y a quien odiaría por el resto de mi vida, sin embargo, cuando comencé a tratarla mejor, y que ella me defendía en situaciones de riesgo al estar al borde de jalar, ella aparecía para darme esas fuerzas que ahora me das tú al no estar ella. ¡Digo! No eres como un reemplazo, sino, alguien que verdaderamente puedo confiar y creer
  • -       Muchas gracias señorita Kim ¡Ha sido un placer! Y creo que ya es hora de irnos, eso era todo lo que tenía que decirte, no te quitaré tiempo, sea verdadero lo que vi o no, pues, ahora sé que puedo confiar en ti
  • -       ¡Saranmida Jerouu!
  • -       Tienes que enseñarme coreano alguna vez, cuando lo dices realmente te ves muy linda hehe
  • -       ¡Oh…! – me sonrojé, ahora si con total franqueza, no esperaba eso, vaya… ¡Me dijo linda! – es parte de mi ser, ser linda hahaha
  • -       ¿Solo eso? ¡Que patéticos!

Una chica cubierta con una polera azul, un jean oscuro y sosteniendo dos pistolas en ambas manos no estaba apuntando desde la otra banca, por muy raro que parezca, los transeúntes que pasaban a nuestro alrededor no se daban cuenta de eso… ¡¿Qué está sucediendo?!
  • -       Lamento informarles que su velada romántica patética esta por acabar, tengo que matarlos ahora, por cierto, mi nombre es Angie Arriazagada, una miembro de la legión del cóndor, y para alcanzar un nivel alto, debo de asesinar a dos personas, especialmente si son ustedes
  • -       ¿Qué? ¡NO!
  • -       ¡Retrocede Kim! No sé qué estupideces estés hablando, pero nadie nos matará, ¡primero te las verás conmigo! – Jerouu se aproximó con total brutalidad hacia ella
  • -       Te lo dije… muere entonces

Las balas se detuvieron, y salieron disparadas hacia cualquier otro lugar salvo al cuerpo de Jerouu ¿Qué acababa de pasar? Angie recargo sus pistolas, al hacerlo demoraría unos segundos, para eso, Jerouu se cubrió tras un árbol, no sabía que hacer… esperen, esto me recordaba a la situación anterior de esa noche, cuando Milagros se ofreció a acabar con los maleantes, ahora era mi momento de brillar, de verdaderamente cubrir a mis amigos, a quien confían en mí, mi momento de defender a mis verdaderos amigos.
  • -       ¡Jerouu! ¡Rápido, tu golpéala por la derecha y yo voy la izquierda!
  • -       ¡Listo! ¡Confío en ti Kim!

Nos dirigimos con suma velocidad sin que tuviese de apuntar hacia ambos, con la sorpresa de nuestra velocidad la golpeamos en la cara, al mismo tiempo, que la envió al suelo como si se tratase de una roca cayendo del cielo, y después de otro golpe en conjunto, le propinamos otro golpe con nuestros puños en el rostro nuevamente, esta vez enviándola hacia un pequeño corredor de bicicletas rumbo al malecón.

No estaba bien pelear, pero sin duda esa chica quería matarnos, y cuando alguien viene con esas intenciones, no se duda para nada, se debe de contraatacar para defenderse a uno mismo, y defender sus propias causas. La chica maldijo su suerte y se alejó corriendo, lanzando antes una bomba de humo que hizo imposible seguir su camino. Ese había sido el final de esa pequeña batalla que en el futuro ninguno contaría, pues al parecer nadie se dio cuenta de eso, y si contábamos algo a alguien, se burlarían de nosotros.

  • -       Yo detuve esas balas Kim, te estaba protegiendo
  • -       Lo supuse – dije mirando fijamente a Mili a sus ojos rojizos – cuando observé tu poder por primera vez lo asocié a aquella vez, y entonces pude comprobar que fuiste tú quien nos salvó, pero que, solo era para poder pelear conmigo en esta ocasión. ¿Angie es la Angie que conocemos no?
  • -       Efectivamente… ella fue quien me mostró el verdadero poder del peruano renacido
  • -       Vaya… entonces tengo que derrotar a dos de mis mejores amigas… una vida imposible de… de ganar
  • -       Nunca lo dudes Kim, ganar o perder no es de mucha utilidad en esta vida, sino, el hecho de que ganes en la vida, o pierdas la vida. Esas palabras no son más que palabrerías… yo realmente te llamé mejor amiga… porque eso eres para mi
  • -       ¡Entonces deja de pelear!
  • -       Pero la amistad es débil frente a la responsabilidad de toda una nación, lo entenderás cuando algún día tengas en tus manos las vidas de cientos de personas y necesites alcanzar tu objetivo para lograr lo que sea.
  • -       Quizás… ¡Pero hoy no será el día!
  • -       Como desees, entonces peleemos de una vez, quiero… cortar nuestros lazos ahora mismo Kim, como debió de ser siempre, como verdaderas mejores amigas
  • -       Entonces… hazlo también con quienes llamaste amigos alguna vez… salgan por favor. Tamara, Maritza, Daysi y Ángelo, es momento de arreglarlo como verdaderos amigos


El especial acaba aquí, y la verdadera batalla entre la descendiente japonesa y la lideresa de sus creencias empieza… ¡Kim vs Milagros! ¿Se cortarán los lazos? ¡La batalla de sentimientos se termina ahora o nunca!

0 comentarios:

Publicar un comentario

Soulos y Legionarios

Soulos

Los Soulos Son quienes descienden de los antiguos incas, usan sus poderes especiales que han logrado despertar para apoyar a los demá...

Siguenos

Formulario de contacto

Datos personales

Jorge Luis Carranza Gosalvez. Con la tecnología de Blogger.

Comercial Cielo de Almas

Los Capítulos de la Semana

Revisa el historial