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lunes, 9 de mayo de 2016

  • -       ¡Al fin podré contar la parte de mi maravillosa historia!… ¡Oh! ¡Qué hermoso paisaje! Parece que llegamos a la ciudad blanca, Arequipa, ¡momento de iniciar mi entrenamiento especial y salvar al mundo! Pero… ¿por dónde empiezo? x.x – pensaba Alexina mientras sacaba su maleta del ómnibus en la terminal de buses de la capital arequipeña


Los Soulos dejaron sus rutinarias vidas para entrenar en lo profundo del país, en el interior de un antiguo imperio perdido y desconocido todavía, que vivió miles de años y era su deber encontrar su sentido de la vida. Cada uno le tocó una provincia distinta, comenzando por Alexina y su viaje a la mítica provincia de Arequipa, donde comenzaría su travesía por reencontrarse con su antepasado inca y recobrar fuerza en su poder recientemente descubierto.

Alexina, usando un sombrero plegable blanco para cubrirse del sol; que azotaba la ciudad; se maravilló con lo que observaba a sus alrededores, una ciudad distinta a Lima, con iglesias antiguas y personas compartiendo sus cosas, pocos autos o ómnibus girando por el centro; un nuevo mundo para ella; algo tranquilo, como recordaba de su ciudad natal, se preguntaba qué sería de su familia en esos momentos, hasta que una voz la sacó de sus dudas.
  • -       Buenos días jovencita, ¿desearía comprar turrones?
  • -       Oh no, gracias señora discúlpeme, ¿conoce algún lugar donde… donde… existan ruinas antiguas o museos?
  • -       Mmm, claro que si señorita, pero antes…
  • -       Está bien, le comprare algunos… - al sacar el dinero de su bolsillo, recordé que solo le había entregado diez soles y luego ella tendría que arreglárselas para regresar antes del 24 de diciembre, sin embargo, decidió guardar algo de dinero extra por si las dudas, le pagó amablemente y le indicó el museo más cercano
  • -       Gracias señora – contesté amablemente

Seguía sorprendiéndome por las grandes esculturas y casonas que observaba en la ciudad blanca; no era de menospreciar ningún detalle; algunos vendedores al verme me sonreían y trataban de venderme cosas, pero que por el momento no era necesario, tenía que averiguar exactamente que debía de hacer y donde comenzar, fue así como yendo al museo solucionaría mis dudas, eso creía desde un principio.

Pero al comenzar a moverme, no quise seguir avanzando debido a que no conocía ninguna parte de esta ciudad, y al ver tantas estructuras y calles, como la avenida Moral y la calle Jerusalén, me atormentaba mi tan poca guía de recordar. El museo era gigante y hermoso, bueno no tan enorme, pero con mucho valor cultural, que las personas al ingresar a este lugar, se quedaban sin palabras por ver esas obras; piezas mitológicas incas antiguas, casas de adobe de la época colonial y joyas de diversos tamaños…
  • -       Señorita el costo de entrada es de cinco nuevos soles
  • -       Este…

Y no pude ingresar al museo debido a que escaseaba de dinero, no quería gastarlo en entradas a lugares o cosas sin sentido, apenas me quedaba para los almuerzos de tres días o menos si sabia limosnear y alguna que otra bebida, todavía no entendía bien el porqué de aceptar toda esta misión, ¡es demasiado complicado!

Nunca debí aceptar esto, ahora estoy perdida en una provincia que desconozco, en un país donde apenas conozco a ciertas personas y en total ruina monetaria, osea misia, como lo dicen por aquí. Me senté en las escaleras del museo antes de que me echaran a patadas, no podía hacer nada, todo por aceptar las ordenes de ese extraño vago y el millonario lindo de Ariano… caramba, ya no sé qué hacer… tengo miedo.
  • -       ¡Choro! ¡Atrápenlo de inmediato por favor! – gritó una señorita a quien minutos antes le habían arranchado la cartera

Una señora gritaba con desesperación mientras otro sujeto con su polo de Adidas le arrebataba la cartera y el celular, un acto de crimen ¡un acto de ladrones! Tal como sucedía en Lima, también podría pasar en cualquier ciudad del mundo, y esta bella capital no era la excepción. Si no podía acceder al museo, por lo menos podría detener a ese ladrón y hacer lo que es correcto, devolverle el bolso a la señora, ¡es momento que Alexina de los Leones se haga presente!

El tipo del bolso corría por las calles empujando a cualquiera que interrumpiese su huida, pero no contaba con que una bella actriz y que sabía de aeróbicos le alcanzaría a varias cuadras lejos del museo. Le propiné una patada en la mandíbula sosteniéndome de una escalera, logrando impactarlo y tumbarlo al piso, soltando el bolso y dejándome a disposición de atacarlo.

Sin embargo, no acababa allí, el ladrón se puso de pie y saco una pistola para intentar dispararme, la policía todavía tardaría en llegar, pero el ladrón no esperaría por nada y disparo a diestra y siniestra. Sin reaccionar de inmediato como se supone que tendría que hacerlo, una bala rozó mi hombro derecho apenas causando una leve grieta de sangre en mi piel, el tipo iba en serio, y yo no me daba los lujos para no hacer lo mismo.
Esquivé las siguientes balas subiendo a la escalera nuevamente y yendo al techo, donde el ladrón sería incapaz de disparar hacia ese lugar, decidió correr antes de que comenzara mi contraataque; tan típico de ellos; no obstante, este lugar no sería para cobardes. Una cosa que aprendí acerca de Jerouu, sus amigos y mis disqué “tutores”, es que no podía dejar las cosas sin arreglarlas, si tenía un don mágico, era momento de utilizarlo.

Una persona nunca nace bueno ni muere bueno, tampoco el malo, solo se hacen las cosas como uno cree que debe de hacerlas, ya sea para bien o mal, eso no importa, sino lo que resulte de eso sea satisfactorio para uno mismo, y el detener a ese malhechor era mi trabajo. Antes de que escapara, respiré profundo, estiré mis piernas y mis brazos de un lado a otro, tal vez no era capaz de utilizarlo como quisiese, pero si el controlar el viento significa crear ráfagas de aire, entonces… ¡yo lo haría!

Con un salto en el aire, me lancé contra todo pronóstico hacia el criminal, arrojando una patada de aire suprimido que le impactó en toda la espalda, al parecer quebrándola, ¡una súper patada rompe huesos de aire! Tal fue el impacto que cayó al piso con el crujido de varios huesos haciéndose añicos, mi patada realmente fue impresionante ¡una patada de aire!

Pero las impresiones de felicidades acabarían en este momento, un hombre extraño me sujetó fuerte la mano llevándome a una calle despoblada, con el sol en lo máximo de su punto. Intenté soltarme o darle algunas patadas para zafarme de este sujeto, pero era imposible liberarme de ella, su peculiar olor a mujer lo delató, pero no pude liberarme pues adivinó todos mis movimientos, incluso repitió mi misma patada de aire que minutos antes lo había realizado.
  • -       ¿Quién eres? – pregunté sorprendida y apenas respirando por la corrida desesperada que hacíamos
  • -       No importa eso, ahora sígueme por tu bien, y la orden de los Soulos
  • -       ¿Cómo sabes eso?
  • -       Solo sígueme

Su voz no era normal, era distorsionada, cubierta por una polera y gorro naranja, era una mujer de mi tamaño y que parecía ser maratonista, ¿pero entonces? ¿Qué sucedía? No podía seguir con los demás, era necesario encontrar mi camino, y si para eso tenía que pelear con cada sujetó raro que encontrara en mi camino sería la solución, pues bienvenida era… ¡y la ataque de nuevo con una súper patada de aire! Cosa que ella/él… lo rechazó nuevamente, pero gracias al aire comprimido que se liberó, la gorra de esta tipa se desprendió…

  • -       ¡Ya basta de tonterías Alexina! – era Gianina… mi mejor amiga ¡¿Qué rayos sucede?!

jueves, 5 de mayo de 2016

-          Su nombre ahora es Sablefé, en honor a mi esposa fallecida y la esperanza global; ustedes probarán su poder. Detesto a quienes consideran que lo mejor son las palabras, cuando la mejor medicina para un mundo tan lleno de mierda... es una voluntad de hierro y mi poder absoluto
  • -          ¿Voluntad de hierro y tu poder absoluto? Déjame adivinar, un general de la legión – me levanté con dificultad limpiando la suciedad y la cámara que me golpeó la cabeza - ¿Quién eres?
  • -          No te interesa pulpin, pronto morirás, no hay necesidad de explicar de demás– levantó su sable en dirección a mi posición
  • -          Adiós
  • -          ¡Espera…!



Sin decir muchas palabras, creo que ese era su estilo, se dirigió con una velocidad jamás vista, desenvainó su sable, y segundos antes de cortarme la cabeza, apareció el mismísimo Faulquo para bloquear su ataque con su pequeño arco de metal, obligándolo a retroceder e intentar un nuevo atraque, a lo que se preparó nuestro aliado con determinación y sin vacilación, con una mirada igual de fría al del tipo de la legión, ambos chocaron nuevamente sus armas y una onda de aire se alzó sobre nosotros, como si dos meteoritos chocaran… ¡estos tipos eran increíbles!

Otro impacto entre ambas armas causó una fuerte onda expansiva pequeña de aire, pero nuestro aliado levantó su pierna para golpearlo en las costillas, a lo que se defendió el enemigo con sus brazos, pero no evitó ser golpeado por el otro lado con la misma fuerza de la pierna izquierda, logrando un giro de 180 grados para lastimarlo.

Y sin acabar el espectáculo, se sacó su arma de metal lanzadora de flechas y lo golpeó en el rostro, derrumbándolo, sin embargo, antes de caer lo cogió de la cabeza y lo lanzó hacia donde se encontraba Milagros, él se resistió a caer y frenó su caída intempestiva con sus dedos, ahora estaba sangrando, sangre que brotaba por sus fauces nasales y parpados, el tipo estaba preparado para enfrentar a la inexperiencia, lamentablemente, Faulquo no era de esa forma.

Sin pensarlo dos veces, al momento exacto de parpadear, el aliado se encontraba debajo de su mirada inexpresiva, y con un certero cabezazo en colocación ascendente, logró lastimarlo y romperle algunos dientes, ¿su cabeza era de metal o qué? Todavía no acababa el espectáculo, recio a perder la batalla a donde acudió a petición de su compañera, logró darle un puñetazo en el rostro a nuestro aliado, solo para utilizar su camisa como distracción y retroceder, algo mayor tramaba.

Se alejó, limpiándose el rostro con su brazo izquierdo, mismo que levantó con su sable al cielo, el sable comenzaba a brillar de manera extraña, y con un grito directo lanzó un potente rayo con forma circular hacia el aliado; sorprendido por repentino ataque, cogió raudamente su arco, sin colocárselo adecuadamente en el brazo para atacar, decidió disparar sin más hacia ese brilloso ataque, impactando con una fuerte explosión que solo causó un hueco grande debajo de nosotros.

La explosión dejó la imposibilidad de seguir viendo lo que pasaba, no obstante, un choque de metales entre sí pudo ser mejor para nuestra visión, seguían combatiendo con firmeza, pero… era el momento de actuar de nuestro amigo. Preparó su flecha y la lanzó contra el suelo, arrojando miles de pedacitos destellantes de escarcha, cegándolo al enemigo por unos segundos, los segundos necesarios para lograr impactarlo con una flecha explosiva
  • -          Adiós

Salió disparado hacia el muro que quedaba de pie en la facultad, en el comedor, destruyendo el área de computación, mejor dicho, de donde se sacaban copias y se hacían trabajos al último momento, ya no quedaba ese lugar, solo un tipejo herido gravemente y apenas con ganas de seguir viendo.
  • -          Terminó este duelo, todos regresemos a donde debamos de ir, ustedes igual, legionarios
  • -          Tiene razón, debemos retirarnos, ya hemos causado mucho daño – dijo Faulquo cubriéndose las heridas en ambos brazos que había causado el impacto en los servicios higiénicos
  • -          Pero… pero… ya estamos ganando – hablo Diego temblando de miedo ante tal semejante poder de su “aliado”
  • -          Solo lo noquee por unos minutos, ese sable pudo haberme matado – decía Faulquo mientras ocultaba su arco pequeño – si causamos alboroto peor lo de que ha pasado ahora, todo estará peor, ahora ellos son los nuevos policías, no podemos hacer nada
  • -          ¿Cómo?
  • -          Ya han tomado palacio de gobierno, el presidente ahora es seguidor de la legión, quizás lo fue todo el tiempo, pero ya no tiene los poderes políticos y económicos para gobernar, desde ahora… Alexander María Carpio Martínez es el nuevo autoritario líder de nuestro país, y su partido “La legión del Cóndor”
  • -          ¿Eh?... ¡no! ¡No puede ser! – decía con desesperación – se supone que los Soulos llegarían…
  • -          No tenemos noticias sobre ellos, absolutamente nada… tenemos que retirarnos ahora
  • -          Es cierto, hahaha – apareció de entre los escombros Noelia de América, con su cabello cubierto de tierra y un ojo morado – ya ganamos, ahora muéranse imbéciles, ya ganamos ¿sabes lo que significa? ¡que gobernaremos como debió de hacerse hace tiempo! ¡Seremos los portadores de paz y poder en el mundo!
  • -          Ya basta Noelia, encuentra a Héctor, llama a las patrullas y que vengan a recogernos, también que se lleven a Luciano a un hospital… luego arreglaremos cuentas con ustedes, pero tiene razón, aunque odio admitirlo, nosotros, hemos ganado la guerra
  • -          Mierda… ¡Mierda!
  • -          No te preocupes – vociferó con calma Faulquo – que no sepamos nada de ellos, no significa que estén muertos o perdidos, quizás todavía les falta entrenar un poco más, ya se acerca navidad, mejor dicho, ya es la semana de navidad, un milagro siempre aparece en estas fechas…
  • -          ¿Un milagro?
  • -          Si Diego, los milagros existen, y en esta época del año es bueno creer en eso. Creer que todo es posible sabiendo que la realidad está perdida, nunca estará demás en creer en los milagros, porque es en eso que la gente sigue avanzado. No los venceremos ahora, pero no duden, que los Soulos y los Héroes debajo del puente se unirán y liberarán a este hermoso país de sus tiranías
  • -          … por supuesto – la mirada sin expresión de Milagros ocultaba algo, algo… muy malo

Y fue de esa forma, la batalla en Miraflores, la lucha en palacio de gobierno, la toma de poder en el canal de televisión, y los diversos ataques a las comisarías de todo el Perú, sumaba toda una ola de represión jamás vista, donde los protocolos de la ONU o cualquier institución de índole gubernamental no podían asumir ningún interés especifico, todo parecía acabado; nunca ocurrió un golpe de estado, no fueron militares ni terroristas, solo un grupo de valerosos policías que proclamaban una mejor forma de vida.

Las calles fueron cerradas para patrullar todo el día en busca de posibles criminales, violadores, secuestradores, marcas, barristas, fumones, de todo tipo de personas buscaban y se las llevaban a la DIRINCRI, donde supuestamente salían recuperados con ganas de ayudar a la gente sin volver a lastimar, se volvió, literalmente, un centro de lavado de cerebros.

Los acuerdos y pactos con la iglesia sobre matar a todo delincuente o asesino en menos de 24 horas se cumplió, ya no existían cadenas perpetuas, tampoco prisiones, todo era o lavado de cerebro, o a la pena de muerte. Las protestas no se hicieron esperar, las personas salieron a las calles a protestar contra esto y nuevos impedimentos en la libertad de expresión, lamentablemente, todo acto en contra del nuevo gobierno de las sombras, era reprendido con cárceles y torturas tan salvajes que ni Dios toleraría ver.

La isla San Lorenzo recobró su antigua vida, funcionó y de manera tan contundente, que su inauguración fue con globos, pasteles, con gente muriendo electrocutada o ahogada. Los policías y los militares se aliaron en un pacto de conveniencia, donde los policías recibían entrenamiento militar, uso de armas poderosas, manejar tanques y aviones, siempre con el visto bueno del gobierno. Con la excusa de que la delincuencia había alcanzado altos índices de mal y necesitaba exterminarse.

La decisión sobre la pena de muerte dividió al país en dos, con el apoyo de la iglesia, y toma de estas por parte del gobierno con los argumentos de que eran centros de adoctrinamiento contra el estado, se procedió a completar el cuarto paso del plan “Vox Populi”. Todo se iba al carajo con rumbo fijo a la mierda, y un desvío por la desesperanza, las personas tenían pánico, pero también felicidad, veían una ciudad sin delincuentes, sin gente robando carteras o en los micros, incluso los limosneros fueron llevados a la DIRINCRI.

Era una ciudad perfecta, una Lima sin errores de gente inescrupulosa, sin gente que robaba, mataba, asesinaba o violaba, pero… ¿tal paraíso era posible en una verdad tan amarga como lo era? Por supuesto que no, alguien debió pagar el precio de la felicidad perpetua, eso mismo, los asentamientos humanos, todos sin excepción, fueron incendiados, y la gente que residía en ellas, obligadas a pasar revisión y conseguir otro lugar donde vivir, dentro de la ciudad, pero no fuera. Ese era el terrible pago de conseguir sonrisas y un país sin maldad.

Las cosas no iban ni bien ni mal, todo era controlado, absolutamente premeditado y esperado, nada se le escapaba al nuevo gobierno, las personas creían ver y vivir una realidad tan pluriculturista jamás vista, pero la cosa, ya no era discriminación con los cholos o negros, sino, contra la pobreza, si eras pobre, eras erradicado, sino, eras aplaudido, ¿tan cierto y feliz? Si, esa era la triste soledad de la verdad.

Las calles cerradas, discotecas tomadas por borrachos y putas esperando una respuesta del gobierno ante sus demandas, que cayeron en forma de balas, el uso de las protestas para intentar reclamar el liberalismo que tanto reclamaron. Los medios de comunicación dan libertad a todo quien ofreciese contenido nacionalista, siempre motivando al peruano a pelear por lo suyo, no de forma literal, sino, de tomar las armas y declarar la guerra a cualquiera que violara tus derechos.

La república de Chile le preocupo este hecho, sobre los supuestos nuevos amos del Perú, para adelantárseles, enviaban diariamente espías para tratar de conseguir información, siempre aniquilados por seres “extraños”, no lograron obtener clara información sobre lo que estaba a punto de suceder, hasta que uno de ellos logró regresar apenas con la boca abierta, soltando las temibles palabras de un fiero… llano en llamas.
  • -          Guerra general… ellos querían guerra, y la obtuvieron

Ya no se especulaba, las relaciones se volvieron tensas y esperaron lo peor, la prensa chilena soltó los primeros dardos contra la pobre sociedad que solo quería vivir en paz, una supuesta guerra se les vendría encima, pero ellos no temerían, si fuese que los negocios que ellos controlaban, ahora le pertenecían al estado peruano. Las relaciones políticas se volvieron casi cenizas, al punto de que la intervención militar de la ONU era ya necesario, el fantasma de los mares rondaba en la atmosfera, lamentablemente… nunca fue para bien.
Con todos los frentes esperando una posible catástrofe, los legionarios se limitaban a observar detenidamente lo que acontecía en las ciudades peruanas, los levantamientos eran mínimos, y todo era lo mejor posible, para que los ciudadanos no tuviesen miedo de su futuro gobierno, nada los detendría, nada los pararía, la tiranía oculta de democracia se esparcía por todas las regiones, ya nada estaba claro, todo… era cuestión de tiempo.

La peor navidad, la navidad perfecta donde siempre existía el temor de que ocurriese un horrible acontecimiento en Mesa Redonda, no sucedió este año, no gracias a un buen plan de contención, sino, por la clausura total del gran mercado, las calles vacías, semáforos señalando al aire; la calma era una tenebrosa sombra de las futuras rebeliones que se aproximaban, la peor navidad de mi vida, una navidad de tumbas. Este 24 fue llamado, “La noche del peruano ejemplar”, nadie celebraba, todos temían… excepto uno.
  • -          Tal parece que las cosas andan mal en la capital
  • -          Claro…
  • -          Ya has visto las noticias en la pobre señal que tenemos, lo lamento estudiante
  • -          No se preocupe maestro, ya entiendo la situación con tal solo sentirla
  • -          ¿Sentirla?
  • -          Es como si fuese… una especie de sensación lejana, donde puedo sentir el temor de las personas y la arrogancia de quienes la gobiernan. Debo de volver maestro…
  • -          Entiendo, pero…
  • -          No acataré sus órdenes, maestro, con todo el respeto que usted merece, es mi ciudad la que está a punto de ser destruida, debo volver y arreglar las cosas de una vez
  • -          Ya veo…
  • -          El regreso ha surgido, y ¡mi espíritu desea volver a sentir la furia de la batalla! ¿puede llamar a mis amigos por favor? – apretó su puño y se colocó el poncho color marrón oscuro obsequiado por alguien muy cercano al joven maestro
  • -          ¿Y qué les diré? – preguntó el desconocido maestro
  • -          Que Jerouu Ayaucán los necesita, es hora de regresar y acabar con todo esto… ¡Por el fin del miedo!




Soulos y Legionarios

Soulos

Los Soulos Son quienes descienden de los antiguos incas, usan sus poderes especiales que han logrado despertar para apoyar a los demá...

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