- - Tal parece que estas renunciando a la policía ¿No es verdad teniente Marlon?
- - Pues… parece que tiene razón… mi general – sonreía desesperadamente, el miedo era visible en sus ojos, pero no solo en ellos, sino en los míos ¿Qué era esta sensación?
Un hombre corpulento, su traje bien
puesto, su típico gorro de policía, pero con varios galones en sus hombros,
estrellas de oro en su pecho, un pantalón oscuro y guantes blancos, demasiado
blancos para ser solo guantes. Podía oler un aroma de muerte en los
alrededores, su mirada era fría y rojiza, tan rojo sus ojos que demacraban su
rostro envejecido y con cicatrices que parecía el rostro de la muerte.
Mis manos no se movían, mis piernas
temblaban, realmente estaba asustado por alguien como este tipo ¿Quién era de
verdad? No podía dejar de verlo y sentir pánico, se supone que yo controlo a la
muerte, pero este sujeto… parece ser quien la creo en el inicio, su cuerpo
tonificado, su cabello corto y una gran estatura, era como estar frente a un
golem, ni siquiera Luis se vería así… ¿Tengo miedo?
- - Pues bien, señor ex teniente, antes de renunciar, debe devolverme lo que le preste hace un tiempo, como buen ciudadano debe regresar lo que se presta
- - Tiene razón mi general…
- - ¡Ataquen mis leales amigos! – intervine su aburrida charla intentando matarlo de una vez por todas, no quería sentir esta sensación, no podía dejar que pasara sobre mi tan fácilmente
Gracias a mi demora en entrar en
acción, pude revivir algunos muertos que había causado las diferentes protestas
en la ciudad, ardiendo en llamas, aplastados, sin piernas y otros sin brazos,
deformes y babosos de sangre, todos juntos atacando bajo mi orden, atacando al
tipo gigante que se hacía llamar general. Sin embargo, al atacarlo por todas partes,
bastó alzar su brazo de izquierda a derecha para hacerlos polvo fácilmente,
¡Los destruyó en cuestión de segundos! ¡Varios cuerpos a la vez! ¿Quién carajo
es este sujeto?
- - Bien, señor ex teniente, ¿Qué espera para rendirse?
- - Carajo… ¿No notaste a esos muertos no?
- - ¿Qué muertos? Pensé que eran juguetitos de esa niña indefensa, oh… no es cualquier niña, creo que tenemos a una “Salvadora Soulos” ¡Que brillante!
- - Carajo… ¡Corre Milady!
- - ¿Por qué? Solo me transformare…
- - ¡CORRE MILADY PUTAMADRE CORRE!
- - Creo que esto es un invento suyo… ¿Una mini bomba atómica?
El general dejo caer esa mini
bomba, mientras me tiraba a la pista, cubierto por el teniente Marlon, quien
poco antes de eso usaba una especie de armadura recubierta de plata, con un
pequeño casco antiguo y una especie de escopeta como arma, apenas pudimos
sobrevivir a ese estallido, no tan afortunado para la estación Ricardo Palma,
destruido totalmente con la caída del puente que unía Surquillo y Miraflores.
El general salió ileso de esa mini bomba, usando su pañuelo blanco se secó el
sudor y la sociedad que tenía encima, como si nada hubiese pasado.
- - ¿Ahora trabajar con los Soulos?
- - Para nada general, solo salve a la chica porque creo que matar chicas es matar a la vida
- - Sabias palabras teniente, por eso utilizaste tu modo Conquistador para cubrirla, a ambos quiero decir, eso es considerado traición a la patria ¿Sabes que sucederá verdad?
- - Me doy una idea… lo siento general, pero si he de matar gente inocente, que solo sea a través de juegos de computadora
- - Vaya, entonces que así sea…
Velozmente, su brazo penetró el
cuerpo del teniente, una profunda penetración de su brazo a través de esa
armadura brillosa que parecía indestructible, el teniente vomitó sangre en el
cuerpo de su general, pero sin darse por vencido, sonrió al verlo y lo sujetó
para alzarlo, luego tomar aire y lanzarlo al muro de la Vía Expresa,
destrozando gran parte del muro encima del general.
- - Ah… mierda, no sabía que moriría de forma tan absurda, penetrado… haha
- - ¿Estás bien? ¡No mueras!
- - ¿Qué pasa niña? ¿Estas asustada? Pensé que tu especialidad era revivir muertos… ¿Nunca habías visto gente muerta?
- - Pues… la verdad, es que ¡No! Solo revivía a gente considerablemente muerta, pero… pero… nunca había visto a gente morir de esta forma… ¡Maldición!
- - Tranquila niña – me sostuvo la cabeza – es típico morir, lo anti natural es morir de esta forma, ahora tienes que reunirte con tus amigos y juntarse para vencer a este demonio… yo lo detendré el tiempo suficiente, enfréntenlos todos, si se enfrentan cada uno por separado morirán… confíen en sus sueños… sigan vivos, todavía son jóvenes…
- - Pero… ¡No! ¡Lucharé también!
- - Coge mi escopeta y úsala para abrirte paso a través de los policías dominados, te daré algo de tiempo…
- - Pero…
- - ¡HUYE CARAJO Y NO DEJES QUE MUERA EN VANO!
Maldiciendo, la chica huyó con mi
escopeta, aunque hubiésemos peleado juntos, no le habríamos hecho nada, aunque
se transformase en su estado Inca, tampoco habríamos causado algo… ni siquiera
utilizando mi poder de Conquistador podía hacerle algo, este tipo sí que era
difícil de lidiar, ahora que estaba adolorido por esta penetración en mi pecho,
sangrando a mares, y apenas consciente de que mi enemigo no sufría daños… ¿Qué
podía hacer ahora? Morir defendiendo a una chica que nunca supo de mi pasado,
nada de nada, que forma de morir…
El general se levantó de los
escombros con gran fuerza, me lanzó varios pedazos de piedra, esquivándolos con
precisión, para ser atacado por la derecha por su velocidad increíble, y sin
darme chance de levantarme, me lanzo un ómnibus causando una explosión que dejo
grandes huecos en la autopista, si no hubiese sido por la armadura, ya estaría
regado en mil pedazos.
- - Es momento de morir ex teniente, maldito traidor
- - Dime traidor, total, eso soy, pero antes de morir, deberías de mirar hacia arriba
- - ¿Qué dices?
- - Te tardaste demasiado imbécil
El general miro tontamente hacia
arriba, parecía un niño debido a tantas fórmulas que se metió en su cuerpo, un
niño estúpido que no razonaba, no pensaba por si, solo quería muerte y muere,
para ser aplastado por una serie de lanzas gigantes que detonaron en fuertes
explosiones, destruyendo vidrios y vitrinas de los edificios, gente gritando y
huyendo hacia cualquier lugar.
Realmente este tipo me desagradaba,
pero al ser superior a mí en cuanto edad y grado de policía, era demasiado
exigente y formalito que de seguro habría causado una revuelta bajo su mando,
por eso nunca mandó a nadie, y ese estúpido bigote fino blanco… ¿Qué demonios?
Carajo este tipejo sí que era un santuario antiguo viviente.
- - Te tardaste demasiado bigotudo…
- - Lo siento teniente, ex teniente, tenía que prepararme adecuadamente para esta batalla
- - Hahaha, fuiste tú quien lo provocó, coronel Rodríguez
- - Basta de charlas, demos tiempos a los chicos mientras nos encargamos a la vieja escuela de este demonio, quien hace años llame alguna vez, amigo
- - Como digas viejo, Conquistador vs Conquistador, que excelente dilema
0 comentarios:
Publicar un comentario