Una vez finalizado el cuento de Gabriela, me propinó un suave
golpe en la cabeza para hacerme entender de que no era un simple cuento, de
verdad tenía que derrotar a esa serpiente gigante para poder obtener mi máximo
potencial, ¿Pero cómo rayos harían eso? ¿De verdad era real todo este cuento o
era una superstición local? Al tratar de entender me confundía una y otra vez, para
que de nuevo me golpeara nuevamente en la cabeza y hacerme entrar en razón. Eso
sí era comprender a la fuerza.
Según el mito, una antigua serpiente custodiaba los mares
del norte en épocas pre incas; era tan despiadada, veloz, gigante y mortal que
devoraba todo lo que encontrase en su camino, tan poderosa era esa serpiente
que se le llamó “La serpiente de la Luna”, debido a que solo cazaba de noche y
cuando la luna estaba en su eje principal.
Todo parecía perdido para esas antiguas culturas, sin
embargo, un valiente guerrero, que, según las leyendas, descendió del sol para
guiar a los pueblos a cazar a este terrible demonio serpiente, se le enfrentó
en una difícil batalla cerca de la costa trujillana. La gran batalla dejó
cicatrices en toda la costa peruana, destruyendo ciudades antiguas enteras
colisionando poderes divinos, justo una montaña tiene esa herida, un hueco de
varios metros de profundidad habría sido causado por el impacto entre estos dos
entes.
La batalla del guerrero del Sol y la serpiente de la Luna
fue tan épica que se sigue observando la leyenda en las antiguas ruinas y
arquitectura rupestre de la cultura moche. Gracias a la victoria del guerrero
sobre la serpiente, las diferentes culturas que habitaban la costa se unieron
para darle un gran festín, y, por ende, nació la cultura Moche.
Obviamente todo eso eran leyendas o mitos que se contaron
generación tras generación, pero la manera que me lo contaba Gabriela, eran tan
creíble que ya me lo estaba creyendo. Recientemente salieron noticias de que
barcos pesqueros de pequeñas cargas o caballitos de totora fueron destruidos
por una fuerte subida del mar, alguno disque vieron una cosa gigante que se movía
a gran velocidad destruyendo sus barcos y dejándolos a la deriva en playas
cercanas.
Entonces ella decidió investigar ese caso, para probar sus
recientemente descubiertos poderes, pero no poseía tanta fuerza para cruzar
ella sola el océano y llegar a esa isla, donde se dice habita la extraña
criatura. El gobierno regional de Trujillo se negó a creer tan extraña
historia, porque ese rumor afectaría el turismo, entonces no decidieron hacer
nada, salvo colocar algunos serenos a los alrededores de los muelles, cosa que
jodió a Gabriela al extremo de romper un vaso cuando me lo contó.
Cuando un extraño vagabundo se le acercó a comentarle algo,
ella primero le gritó un montón de lisuras, típica defensa de ella para
ahuyentarlo, pero el vagabundo solo atinó a sonreír y decirle que era muy valiente,
con una magnifica vista a sus atributos bien concebidos. Cuando el extraño le
mencionó mi nombre, ella de inmediato supuso que ese señor no mentiría al
contarle algo relacionado a su ex. Fue en ese instante que decidió esperar mi
llegada, recibirme como siempre me recibían las lindas y preciosas mujeres,
para luego contarme todo esto. Ahora que éramos dos los que tenían poderes
inimaginables y poderosos, podríamos descifrar ese misterio, a la vez que
obtendría mi verdadero potencial. Al parecer, ese guerrero del sol fue un
antiguo inca llamado Mayta Cápac, ahora era nuestro destino averiguar que
atacaba a los pescadores, el porqué, y… ¡Activar mi poder asombroso caracho!
A la mañana siguiente, tomamos un ligero desayuno mientras
veía televisión, por obvias razones, me envió a dormir en el sofá, peor debido
al frio y que la ventana principal no lo había cerrado, creo que por molestarme
o colmarme la paciencia. De igual forma no permitía que nadie entrase a su
cuarto, era su mundo especial, su desorden secreto; una vez terminado el
desayuno con tamales, fuimos a la playa de Huanchaco, pero no era lo que me
esperaba.
La hermosa playa que mis abuelos me relataban como una
manera de escapar del mundo y relajarse, ahora se encontraba casi deshabitada, sucia
con la arena tragada por el inmenso mar, junto a una espesa niebla que
amenazaba con expandirse a toda la ciudad, la noticia de la serpiente marina
que azotaba las embarcaciones del puerto y la playa preocupaba a sus
pobladores, pues el balneario subsistía gracias a la visita de turistas,
surfers internacionales y nacionales, con todo esto nadie vendría en muchos
años.
- - Él es Renato, nos ayudará en llevarnos lo más cercano posible a la isla misteriosa, así que no le digas pendejadas y continuemos nuestro camino
- - ¿Qué clase de pendejadas? – pregunté siendo golpeado suavemente en el estómago por Gabriela
- - Pues… es mi actual enamorado, pero no mandes indirectas o digas bromas, o te juro que te rompo el culo y te hago trozos ¿Me oíste?
- - Ya está bien, no soy tan celoso o idiota para no saber reconocer que mi ex ahora es feliz con alguien más… digo, ni siquiera pensé en ti en estos últimos dos años
- - ¿De verdad? Que cariñoso que eres…
- - Bueno, nunca te gustó realmente ser ese tipo de persona, chica enamorada con dulces y rosas… eras muy diferente
- - Lo sé, nunca fui de ese tipo de pendejas que se visten demasiado bonitas para aparentar algo que no son, putas baratas…
- - Hahaha sigues siendo tan directa como siempre
- - Nunca me callo nada carajo, pero en serio… ¿Nunca me recordaste ni una sola vez?
- - A, la verdad es que…
- - Bueno Gabriela ya está el bote, vamos ya, pucha tengo que ir a una disco más tarde – habló Renato, su actual enamorado
- - Tienes razón, ya vamos
- - Si… - dije sin animarme a decir algo frustrante o peor de lo que la situación lo era
Partimos en la pequeña embarcación que era utilizada para
pescar con redes grandes, y les hacía la competencia a los tradicionales botes
pesqueros. El tipo era fuerte, digo, fortachón, parecía uno de esos famosos que
participan en ridículos programas de realities, detestaba eso, pero si ella era
feliz con esa decisión, pues quien era yo para rechazar o molestarme por eso,
fue mi decisión de dejarla en primer lugar.
Cruzando el gran mar, tan espectacular y gigante para unos
pobres seres como nosotros, no teníamos ni idea de que haríamos aquí, mejor
dicho, mis poderes junto con los de “La Negra” no creo que bastasen para
combatir una enorme serpiente o una lagartija gigante, apenas podía generar dos
hachas o algún tipo de arma blanca en ambas manos; sin embargo, Gabriela podía
generar una armadura resistente del color que se encontrase en sus alrededores,
superaba un poco mis poderes, ¿Por qué me necesitaba? ¿Cómo despertaría mi
potencial? Nunca debí aceptar esta misión, pero que rayos ya estaba a punto de
enfrentar mi destino.
Un ligero movimiento de olas me hizo asustar totalmente,
sujetándome del brazo derecho de Gabriela, para instantáneamente ser enviado
por un golpe suyo, y advertirme que no le gustaba que la agarrasen el brazo de esa
forma. Pero, otro movimiento, esta vez más fuerte sacudió el bote con mucha
fuerza que arrojó las redes de pescar al mar, una gigante sombra apareció entre
las espesas aguas, ante nuestra sorpresa y el desagrado por parte del
fortachón.
El fortachón por increíble que parezca, se asustó peor de
lo que yo me asusté al ver tan gran criatura, y se fue corriendo a esconderse
dentro de la cabina de mando, una gran sonrisa despertó mi felicidad, aunque
acabó cuando vi hacia la parte frontal del bote, una figura blanca sujetaba una
espada gigante que estaba a punto de atravesar esa sombra ¡Gabriela estaba por
atacar con su poder de colores!
- - ¡AQUÍ SE ACABA TODO SERPIENTE HIJA DE PUTA! – gritó con furia y enojo, con sus palabras características