- - Neh… es una linda la chica, además de media china, mejor la dejo vivir…
- - Pero señor… usted siempre cumple su misión
- - ¿Quieres decir que no estoy cumpliendo mi misión? – se levantó mostrando su buen físico y quitándose el casco de motociclista
- - No… ¡Para nada se…! – antes de acabar su frase, una bala atravesó la cabeza del soldado que le respondió
- - Bueno uno menos, da igual, hay millones de peruanos de todas formas, para el resto, escuchen, mi misión es matar a esos Soulos usando mi hermosa “Karen”, osea este rifle modificado, ¿Oyeron? Bah…
- - ¡Si señor!
- - Ahora usaremos estos cañones también modificados para disparar contra blancos fijos de la capital, como son los canales de televisión, el congreso, el palacio de justicia, y finalmente la casa del señor presidente
- - Disculpe señor… por favor no me mate, puedo preguntar… ¿Por qué atacar el palacio de gobierno? Si… supuestamente allí es donde nuestro líder vivirá… ¿cierto?
- - Oh… no te mataré, te responderé, si un líder quiere gobernar y que otros lo vean igual, debe de olvidar el pasado de quien fue su antecesor, el tirano, para eso, primero destruye el símbolo de poder… para imponer el suyo bah…
- - Vaya
- - Y bueno ahora si te mato por interrumpirme – le cortó el cuello con un cuchillo que sacó rápidamente de su bolsillo
- - Para ser un excelente militar, se debe de borrar todo rastro de amabilidad del cuerpo, pues si eso sigue, siempre existirá la posibilidad que perdones a tu oponente, y este acabe matándote… bah ¿Entendieron soldados?
- - Pues bien, preparen esos cañones especiales, y apunten a los objetivos, pronto todo se verá muy bonito… ¡bah!
Alexina logro llegar al Rímac, pero vio que todo estaba
rodeado de varios policías, que se enfrentaban duramente contra los jóvenes
universitarios que protestaban contra ellos, enfrentándose puño a puño, claro,
con bajas en ambos bandos, mientras observaba ese panorama de destrucción le
recordaba a su viejo país lleno de problemas, una Argentina que se desmoronaba
por inflaciones económicas y estudiantes protestando, quizás por eso se alegraba
de vivir en el campo, pero no era la solución permanente… no lo era.
Una explosión cerca al centro de Lima me alarmó totalmente,
la explosión se ocasiono en un lugar muy formar, casi colonial, creo que… ¡era
el congreso! Que estaba siendo bombardeado por misiles, o bombas, o no sé qué,
la gente salía corriendo desesperada por no entender lo que pasaba, la estatua
de Simón Bolívar, sino me equivoco, quedo hecha trizas por los bombardeos,
hasta que pude observar de donde provenían… ¿De este gran cerro?
Decidí dirigirme a la cima de ese cerro, felizmente me
encontré con Diego tratando de encontrar alguna tienda de formatos tecnologías
para… ¿Robar? Me explicó con lujos y detalles que solo quería buscar repuestos
para sus drones de batalla, pues todos fueron destruidos y necesitaba nuevos,
le hable sobre mi plan de averiguar que sucedía en la cima del cerro, a lo que
el algo nervioso me dijo que por supuesto, creo que hasta se sonrojo, pero era
otro asunto, ambos fuimos usando la motocicleta especial que tenía hacia la
cima, en nuestro camino, todo era destrucción.
Personas siendo socorridas por bomberos voluntarias, y
algunos policías que decidieron abandonar su puesto por apoyarlos, los llevaban
a otros lugares lejanos de los bombardeos, la ciudad se había convertido en un
gran infierno del que tanto se hablaba en el teatro, detestaba un panorama de
esa magnitud, por la reputa que los parió, lamento desenvolverme de esa forma.
Antes de llegar a la cima del gran cerro donde la cruz
todavía seguía iluminada, varios soldados abrieron fuego hacia nosotros, se
colocaban detrás de varias rocas y señales de subida para disparar a matar,
detuve la moto y ambos nos cubrimos del fuego enemigo, discutiendo que hacer, a
Diego se le ocurrió recurrir al humo y el viejo truco del caballo de Troya,
donde uno de nosotros se entregaba como prisionero, mientras el otro lo llevaba
amarrado para ofrecerlo a la legión.
No me gusto para nada aquel acto de cobardía, pero si era
lo necesario para salvar a esta hermosa ciudad y sus pocos monumentos a la
antigüedad que quedaban, lo haría con todo mi honor che. Diego lanzó algunas
bombas lacrimógenas para dejar en oscuras a los soldados, mientras yo utilizaba
mi poder para noquear a un con una patada en la nuca, que flexibilidad, dejarlo
herido y sacarle el uniforme, mientras al soldado dormido lo dejábamos fuera
del alcance de la vista de sus compañeros.
Se vistió y me amarró frente para obligarme a caminar a la
cima, donde el panorama… era todavía peor, la gente que resguardaba el pequeño museo
del cerro estaba muerta, incluso algunos perros del lugar, saqueado totalmente
el museo mientras en la cruz estaba manchada de sangre aún brillante, un
espantoso infierno que el vómito no podía calmar.
- - Con que eres una Soulo… bien hecho soldado, ahora retírese de mi vista – dijo el francotirador Salazar
- - Si… ¡Mi capitán!
- - Soy teniente, pero da igual, estoy feliz y eso hay que celebrarlo, ¡Con verte bailar!
- - ¿Eh?
El francotirador disparó a los pies de Diego, haciéndolo
bailar para esquivar cada bala que de seguro le volaría un pie si impactaba,
hasta que se retiró del lugar, viéndome sonreír, pues quería darle ánimos antes
de continuar con el plan, dar una felicidad de que todo saldría de acuerdo al
plan, ellos nunca…
- - ¡Bienvenida al país argentina! – un golpe en el cachete izquierdo la tumbó al suelo fuertemente – ya que eres una intrusa en nuestro nuevo imperio, debes entender que tienes que tener un pasaporte especial para caminar en nuestros sagrados caminos ¿Verdad muchachos?
- - ¡Si señor! – dijeron todos al unísono
- - Por eso, mereces otro aplauso – la pateó con tanta fuerza en las costillas que la envió a golpearse directo a la parte de piedra que sostenía la gran cruz – ahora mereces un castigo severo niña, siendo tan hermosa pero tan estúpida – la levantó y la amarró a la parte baja de la cruz
- - Ah… - escupió sangre – desgraciado hijo de…
- - ¡No te atrevas a interrumpirme! – le dio una bofetada que le voló un par de dientes, salpicando de sangre su polo verde – ahora que has cometido un grave error al ingresar sin documentos, debes pagar por eso pequeña avecita rubia
Un puñetazo en el estómago nuevamente la sorprendió por la
gravedad del dolor, escupió nuevamente sangre ante la sorpresa de los soldados,
que no querían ver tal masacre por parte de su teniente coronel, otra cachetada
y otra, continúan los idas y vueltas, enrojeciendo sus cachetes y derramando
algunas lágrimas en el sendero de la muerte lenta, cada cachetada ensangrentaba
las manos del teniente, que usaba su polo como franela para limpiarse, otro
golpe más, para acabar con un puñete en su bello rostro.
- - ¿No que eras una Soulo? ¿Una disque heroína en tiempos tan lleno de mierda como el nuestro? ¿Por qué peleas niña? ¿Por qué crees que luchas? Solo eres una basura en una cadena llamada sociedad, sociedad que pronto se destruirá y renacerá una nueva ¡El imperio peruano!
Otro puñetazo en mi rostro, ya apenas podía ver lo que
sucedía, la sangra era inmensa, cayendo poco a poco, no podía reconocer que
pasaba o que trataba de pensar, todo era confuso… otro puñetazo en el estómago,
ya no podía soportar, estaba destrozada, quería llorar, quería que todo fuese
un sueño, quería volver a mi casa…. Papas, mi hogar…
- - ¿Cómo que por qué lucho? – hablaba una niña pequeña de cabello tan brillante como el sol
- - Solo eres una niña boluda sin talento – decía un niño tratando de humillarme
- - ¡Cállate! ¡Yo algún día seré la mejor actriz del mundo! ¡Soy una artista!
- - Hahaha la familia de los Leones, tan estúpida y llena de fracasados
- - ¡Nada de nada! Y aunque fuese así… ¡Yo me convertiré en la mejor actriz del mundo y ayudaré a todos a cumplir sus sueños! Menos a ustedes, pues solo son seres cuadrados, que asco
Me encontraba frente a mi pequeña, mi yo del pasado
lidiando con esa situación, pasando por otro recuerdo en mi adolescencia,
cuando ingresé a una escuela de teatro y mis padres observaban mis movimientos
artísticos, hasta finalmente llegar a lo que soy ahora ¿Qué era? ¿Qué soy? Eso
soy… soy el sueño de aquella niña, soy mi propio sueño hecho realidad… soy… yo
soy…¡!
- - Descansa en paz niña rubia – se preparaba para darme un último golpe en mi rostro ensangrentado e hinchado
Lo detuve con mi mano derecha, apenas sostenía mi brazo en
el aire conteniendo el puño del teniente asesino.
- - Cierra la boca hijo de la reputa, yo soy Alexina… ¡Alexina, la mejor actriz del mundo!
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