"Cuando a tu merced esta tu peor
enemigo, quién te humillo por años y años frente a los demás ¿lo matarías o lo
dejarías vivir? ¿En qué te conviertes después de esa decisión? ¿Sigues siendo
humano o algo peor?"
Dos
días después de aquel suceso tan extraño…
Lo
decidí, estoy dispuesto, no hay marcha atrás, en esta noche mi vida cambiara de
una manera tan radical tal vez para bien, o
para acabar muerto sin ser recordado ni nombrado en periódicos, pero estos
pensamientos no me detendrán, nunca lo harán.
Ya
había pasado mucho tiempo desde que nosotros, las personas comunes y
corrientes, siempre siguiendo las leyes y observando cómo estas se quiebran
para favorecer a mediocres y corruptos, somos acosados y maltratados, desechas
y destruidas, por personas que no tienen escrúpulos en robar, violar, y matar.
En todo ese momento, absolutamente nadie, incluso la policía o el mismo gobierno,
pueden detenerlos completamente, no por temor o falta de apoyo extranjero, sino
por falta de autoestima en sí mismos… falta de creencia y verdadera identidad
peruana.
Yo
estoy dispuesto a hacerlo y lograr esa armonía que tanto deseamos, esa paz que
tanto hemos anhelado desde que los chilenos nos quitaron lo último de esperanza
que nos quedaba, ya sea a costa de mi felicidad o incluso mi propia vida, sea
solo o en grupo, aunque… trabajo mejor en solitario.
Transcurrieron
dos días muy atareados por la universidad y los quehaceres del hogar, desde que
sucedió ese asesinato, tan misterioso... tan desdichado.
Pero
es momento de crear el cambio…
Son
las siete de la noche, una noche tranquila, apacible y no tan callada, con una
luna totalmente blanca acomodada en el centro de la grisácea ciudad de Lima;
una luna tranquila, como si los problemas de la vida no existiesen, demasiada
blanca para una ciudad tan turbulenta, con problemas por doquier, y en
especial, una manta amarilla que asfixia cada noche a la metrópoli. Todo está
en calma, hasta que mi gran momento llegue, lo cual sucederá en breves
momentos.
Se
acerca el gran acto de salir a "combatir la injusticia", como dirían
algunos héroes de historietas famosas, pero había un ligero cambio, yo no tenía
ningún súper poder, nada de capas o mascaras para ocultar mi identidad, como
tampoco era una versión anime de la vida real, y para nada tengo el poder de
saltar paredes o detener un auto con una mano, tampoco un pasado terrible o
desastroso que justificara esta acción. Solo me importaba una cosa, acabar con
la delincuencia del país ¿Cómo? aún no lo decido. Y así pasaron otras dos
horas, once de la noche, una hora perfecta para "patrullar la
ciudad".
No
hay mucha gente, pero si es peligroso salir en un distrito como el Rímac a
estas horas, mientras mi abuelo duerme una siesta (de 9 horas), aproveche en ir
a mi cuarto y vestirme para la ocasión de verdadera justicia ciudadana, no debo
llamar la atención, ni mucho menos permitir que descubriesen mi identidad
secreta( esto de los héroes me está gustando) es increíble, ya tengo una
identidad secreta, busqué en el armario, pero no tengo mucha ropa que me
ocultase, así que improvisaré algo.
Me
coloqué unas zapatillas negras, con calaveras blancas a los costados, después
me puse un polo negro sin ningún estampado ni delante ni atrás, un jean azul
oscuro, con una correa que combinase(algo rojo con negro pero sin notarse
demasiado), y será mejor que me ponga algo como una chompa o abrigo, porque
hace frío, una polera será mejor, algo particular en lugar de usar una polera
cualquiera y uso común, yo mismo diseñe esta, pintándola y escribiendo el día
de mi nacimiento, un día que es mala suerte en el calendario ¿Por qué haría algo
eso? porque no tengo la menor idea y me gustaría causar miedo ante los
malhechores antes de esposarlos o sacarles su mierda. Mi numero favorito, 13, significa maldad,
destrucción y mala suerte, pero esa idea cambiará, puesto que en esta noche, me
traerá mucha suerte.
Luego
de colocarme la polera negra con el distintivo número trece en la espalda, me
dispuse a colocarme, un gorrito negro de lana, una bufanda y encima la capucha
de color azul, me dirigí a la puerta de mi casa, salí pero antes de continuar, me
detuve a pensar.
"Realmente voy a hacerlo, voy a crear
justicia… ¿con mis propias manos? ¿Realmente estoy dispuesto a sacrificar mi
vida por los demás? No, no es por eso que hago esto, pero no soporto la idea de
que haya tipos estúpidos arruinando familias por unos cuantos billetes, maldita
sea, lo haré, PORQUE TENGO FE EN UN FUTURO MEJOR (lo grite con tanta fuerza que
tal vez mi abuelo casi despierta).
"Lo haré, me arriesgare, no huiré
más, no seré un estúpido que se queda sin hacer nada frente a los peligros del
mundo, cambiaré el pensar de las personas y todo el Perú entero, lo lograré, y
ustedes serán los primeros en ver ese cambio, ustedes malditos ladrones,
marcas, violadores, corruptos y asesinos, ¡hoy les declaro la guerra!, esto me
está poniendo nervioso, ¡pero muy energético!”
Con
esas palabras, me dirigí cuidadosamente hacia ellos, las primeras víctimas de
mi noche triunfante, y no lejos de mi casa, justo en plena avenida Tarapacá los
detendré y sin ayuda, será estupendo. Sin hacer silencio, con buena suerte, no
me verían ocultándome detrás de un muro pequeño. Es el momento de actuar, de
ser un verdadero héroe y no buscar fama ni gloria, hoy soy un verdadero héroe peruano.
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