- Creo que no tengo opción,
que matarte como ese tipo de antes, eres una amenaza andante
- ¿De qué rayos hablas? ¡tú lo
mataste!, yo me voy de este lugar...
No sé qué
había pasado aún, ese tipo salió de la nada con un arco metálico color gris
oscuro, usaba un traje negro con una corbata verde de líneas azules y un
peinado raro, como si no se hubiese pasado el peine en semanas, disparó contra
el sujeto que se iba a matar, directo en la cabeza rapada del tipo, o eso creí
al verle atravesarlo con una precisión indiscutible, un flechazo atravesó su
cabeza sin remordimiento, digo ¿Quién carajo hace eso en pleno malecón? ¡¿Por
qué mierda lo ha matado?! En cualquier momento vendrán los policías y los
serenos del distrito, a mí me meterá en más problemas de los que ya tengo y lo
importante en este asunto ¡¿Qué mierda
hare?!
El tipo de
la corbata verde mantiene su mirada fija en mí, como si esperase que yo subiera
y lo atacase pero aún sigue apuntándome, pues, le daré ese gusto, me parece
increíble que nadie de los que trotan por este lugar grite o se angustie por
ver al tipo muerto, en fin, de seguro talvez todavía no lo ven ni al tipo desangrándose
¿Por qué?
Escale el
peñasco del malecón donde intente salvar al pobre tipo pelado, y ahora, a
enfrentarme a este tipo o salir huyendo a la facultad y llamar a la policía,
aunque, en tal caso, a mí también me llevarían como testigo, y posiblemente,
como cómplice del asesino que ahora se encontraba a unos metros lejos de mí.
Eso sí sería un craso error. Y peor con esta justicia del país donde acabaría preso
por veinte años.
- Y
bueno ¿listo para morir? – pregunto sin ver una expresión de odio en su
frio rostro
- ¿Cómo
es que nadie te ha visto? Digo, a alguien que se le mata con un flechazo
en la cabeza, debe verlo mínimo alguien ¿no?
- Te
aseguro que nadie sabrá que es lo que pasó esta mañana, habrás notado que
las personas que corren alrededor, o los niños jugando en los columpios,
ni se han percatado que llevo un arco en mi brazo y te lo estoy apuntando
directo a tu corazón. ¿o me equivoco? – levanto la mirada hacia las
personas inocentes del malecón
Observe, con paciencia y muy calmado a todo lo que
me rodeaba, y en efecto, nadie se ha percatado del muerto, o de mi o del tipo
con el arco, entonces ¿qué está sucediendo? ¿Por qué mierda no me ven? ¡¿Por
qué carajo no ven este tipo con un arco metálico y muy genial apuntándome?!
- Carajo…
¿esto es un sueño? debo estar soñando, si un sueño muy raro, como los que
tengo siempre – hable en voz alta conmocionado y confuso
- Ojala
tuvieses razón, que todo esto fuera un mero sueño, pero no lo es, la
verdad de las cosas son tal como lo ves, tus ojos no mienten, tu miedo es
comprensible pero las personas no lo ven de esa manera. En el segundo que
dije la última segunda palabra, dispare por encima de tu hombro y ahora está
sangrando un poco
- ¿Por
qué lo dices?, no te entiendo… ¡qué diablos! –mire a mi hombro derecho
- Porque
acabo de hacerte una herida leve como advertencia
¿Pero qué
mierda acaba de suceder? En unos segundos estaba enfrente de mí y en un
parpadeo apareció detrás, y no solo eso, como lo dijo, mi hombro tenía una
herida, una herida poco profunda, pero, no ¡esto debe ser un puto sueño!
Al
momento de voltear para seguir escuchando sus palabras, corrí hacia la palmera
que se encontraba a pocos centímetros del lugar, e intente hablar con alguien,
un patinador junto a su perro, pero en el trayecto, tan solo a dedos de tocar
al deportista que hacia estiramientos, impacte con un fuerte golpe a la cabeza
con algo en el aire, algo que era muy duro e invisible, ¡pero que existe y no
puedo verlo! ¡Sí que dolió mucho!
Me
levante del piso sobándome mi frente debido al golpe sin intención y muy duro,
palme lo que estaba en el aire, es como si fuese algo salido de esa nueva
novela de suspenso de Stephen King, “Bajo el Domo” o una especie de cubierta
especial transparente, porque podía ver a las personas haciendo sus actividades
pero a mí ni a ese tipo nos veían ¿entonces es una capa invisible?
- Esto…
es una… - dije incrédulo a lo que estaba presenciando
- Es
una esfera gigante invisible que nos cubre de cualquier cosa que pase en
el exterior, mejor dicho un domo invisible pequeño, tú puedes ver qué
sucede afuera de la esfera, pero ellos no nos ven ni a ti ni a mí. Y como
ya hemos hablado lo suficiente, es momento de terminar esta innecesaria
conversación – se preparó para atacarme
- No,
espera ¡si tú has estado hablando todo el tiempo!
- En
fin, te mataré de todas formas – su mirada fijo su objetivo, yo mismo
- Espera...
eh... (tengo que hacer tiempo hasta que encuentre la manera de salir de
este lugar y buscar ayuda, ¡piensa rápido!), al menos concédeme un
último deseo - ¿esas serán mis últimas palabras? ¿en serio?
- ¿Qué
deseo es ese?
- Pero,
¿me concederás ese deseo o no?
- Depende,
si tu deseo tiene algo de beneficio en esta situación, pues te lo
permitiré cumplirlo, sino, ya sabes que pasará - ajusto su dedo índice
en la parte donde sujeta el arco, ¡mierda se me acaba el tiempo!
- Eh...
pues... déjame despedirme de mi enamorada, ¡por última vez! ¡voy y vengo! ¡juro
no decir nada a nadie durante el trayecto! – otra vez ¿en serio?
- Tú
no tienes novia ni enamorada, te he seguido desde tu facultad hasta este
lugar. - ¡No!, mi plan falló ¿Este tipo me ha seguido todo el tiempo?
- ¿y
eso importa ahora? si de todas formas me vas a matar, déjame confesar mi
amor fallido
- Lo
que es raro, es que hayas escuchado lo que ese tipo te dijo sin siquiera
correr, me viste hace rato y tampoco huiste
- ¿eso
es lo raro? Pero solo me dijo unas palabras
- Sí,
lo extraño es que lo escuchaste, todo lo que dijo, porque a ese tipo le
cortaron la lengua antes de llegar hasta aquí
- ¡Pero
que mierda! – dije conmocionado
- En
fin, es algo que me sorprende, pero no tanto como el hecho de que esta
situación requirió que usara mi esfera de invisibilidad
- ¿Tú
esfera de invisibilidad?, ahora estoy realmente confundido...
Y ni
quería entender, que es lo que pasaba aquí mismo ¿Por qué sucede todo ahora? no
puedo escapar de este lugar pequeño, y no puedo golpearlo, porque el tipo tiene
un arco apuntando directo a mi corazón. Ahora si tengo miedo ¿Qué debo hacer?
Supongo que este será mi fin, y ni pude besar a Kaytlin.
- Bueno
amigo, ¿y si me rindo y me voy sin decirle a nadie que es lo que paso
aquí?
- Entonces
te dejaría vivir y seguirás tu camino
- Pues
bien, me rindo, ahora me voy
- ¿Siempre
ves el mar cuando estas triste? – pregunto cambiando bruscamente el
tema
- Claro,
eso me calma y me permite escribir sobre, muchas cosas – le respondí de
la forma más sincera que conozco
- Entiendo,
entonces nos vemos para otra oportunidad
Y como si
nada, lo que parecía una esfera que me encerraba en un pequeño espacio en el
malecón, desapareció, junto con el tipo. La gente miraba conmocionada al tipo
que había matado el sujeto del arco. Cuando las personas comenzaron a
preguntarse qué pasó, me aleje todo lo posible de la escena del crimen para que
no me interroguen y ese tipo de cosas.
Frente a
las escaleras del malecón, a punto de subir, me pareció que me seguían, mire
hacia atrás, y como por arte de magia, no había nadie. No sé si fue una
paranoia, pero sé que paso, será mejor olvidar y seguir mi camino.
·
Y fue como lo
planeado señor – una voz hablo en una cafetería en Larcomar
·
Si, exacto, lastima
por el chico, era nuevo y de seguro su familia lo extrañara, pero es por el
bien de nuestros propósitos, pronto será recompensado en el cielo o no sé dónde,
ese tipo al final se mató solo – respondió una voz melodiosa masculina
·
Y que hay de
Faulquo, ese tipo nos está jodiendo desde el día que empezó todo esto – dejo
su café al lado del pan con lechón que pidió
·
No te
preocupes, mientras aquel niño no diga nada, no pasara absolutamente nada, la
vida cambiara a partir de ahora, la vida de todos. Esto es el estelar de una
obra llamada “La legión peruana”
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