La figura con forma de Kaytlin se desintegraba luego de
recibir varios ataques de mi bastón usando el aire como medio principal de
fuerza, la figura se derrumbó totalmente frente a mí, decidiendo de una vez que
el amor por Kaytlin siempre existiría, pero, que debería siempre respetar su
decisión y ese era el amor más puro que puede existir, o eso creo ahora,
respetar su amor ajeno, eso debería de ser genial.
- - Bien hecho niño joven Jerouu – recibí un golpe en la nuca por parte del duende
- - ¡¿Pero qué mierda?! ¿Qué te sucede maldito duende? – dije furioso al recibir ese golpe
- - Pues la prueba pasaste, es momento leer sabe
- - ¿Qué? ¿Leer? Pero ya pasé la prueba, ahora debería…
- - ¿Relajarte? No hay tiempo para eso, si bien este fue el primer paso para entenderte a ti mismo, todavía tienes que entender al Ium – era momento que el viejo vagabundo hablara
- - Entonces… ¿Qué debo hacer?
- - El miedo solo es un sentimiento básico de tu cerebro, una fase del cerebro límbico, necesitamos acceder al cerebro neocortez para que obtengas todo tu potencial
- - Me haces recordar a la profesora de psicología… apenas entiendo
- - Por eso fracasas en todo – se metió Armando a la conversación
- - ¿Qué?
- - ¿Crees que a Dios le importa que seas feliz o infeliz? Por supuesto que no, si existe un Dios a quien debas rezarle, deberías de hacerlo con todas las ganas y no mostrando la patética forma en que te encuentras. No eres el primero a quien una chica le rechaza el amor, cientos han pasado por eso y han podido convertirse en grandes hombres de ciencia, política o salud
- - Pero…
- - Quizás el ser rechazado por varias significa una derrota para ti, pero sería mejor que pensaras que es una ventaja, pues así obtienes el poder de hacer tus propias metas
- - No entiendo… a maldita sea ya está hablando como la profesora
- - Lo que quiero decir… es que hay otra opción cuando amas o eres odiado. Eso lo averiguaras por ti mismo al terminar tu entrenamiento inca
- - A no vale… ahora que sigue
- - Levántate
Me levanté mientras era felicitado por Armando, quien
estaba vestido de sirviente incaico, cuando le pregunté sobre esa ropa, el decidió
ignorarme y gritarme para no atreverme a preguntar nunca más, se veía ridículo
con eso, en fin. Seguí al viejo Reynaldo por un pasaje secreto abajo del gran
patio, donde apenas era visible el camino con una antorcha que encendió Paco
con su habilidad especial.
El viejo Reynaldo le indicó a Armando que subiese de nuevo
al gran patio, que ahora le tocaba entrenar con su peor miedo, cosa que no
estaba de acuerdo, pero le respondió que cualquiera podía entrenar con las
figuras antropomorfas, pues el gran patio estaba rodeado de grandes piedras, y
el secreto podía ser compartido con todas las personas, siempre y cuando, estas
estaban dispuestas a abrir su corazón hacia la naturaleza divina de sus
antepasados. Ni modo, tuvo que aceptar ese reto, y me dijo que pronto
terminaría para alcanzarme, yo simplemente sonreí y le dije que no muriese con
su temor a las alpacas.
Seguimos descendiendo hasta un sótano con algunos estantes
de maderas polvorientos que se encontraban dispersos en todo el lugar, varios libros
estaban puestos en cada estante, contabilizando pude sacar cuentas que deberían
de existir cerca de 1000 libros, repartidos en cada lugar sucio y lleno de
telarañas que no dejaba ver qué clase de contenidos abordaban.
Reynaldo decidió explicarme en qué consistía el siguiente
entrenamiento, diferente al resto de mis compañeros, me señaló que luego de
haber controlado al miedo se debe de proceder a averiguar las causas de ese
miedo para no volver a caer, enfrentarlo frente al pasado, entender las circunstancias
que se dieron para tratar de averiguar todo, como ocurrió, y por supuesto, me
dijo que tenía que buscar el libro correcto entre todos estos trastos de
papeles.
Le respondí con una cara de sorpresa ingrata, pues buscar
entre todos esos libros me demoraría días, era demasiado para un solo hombre
como yo, y poco tiempo para volver a tiempo a Lima. Me explicó que entre todos
esos libros se encontraba uno especial que me revelaría las causas de mi miedo,
y tendría que leerlo para entender las bases de todo mi temor, una cosa que
todavía no entendía del todo, pero que era clave, decía, de todo el ser humano.
La base de todo temor nace de experiencias cercanas a ese
temor, cosas del pasado que deben de valorarse para enfrentar esos temores en
el futuro. No puedes avanzar sin conocer el pasado que te rodea, el pasado que
te formó y te transformó a lo que eres actualmente, sino investigas sobre los
indicios a lo que te llevaron a tomar esas decisiones, jamás podrás avanzar,
esa era la recomendación que me daba Reynaldo mientras con sus manos encendía
cada antorcha en el sótano, siempre rodeado de extrañas figuras de animales y
personas, pinturas rupestres… pero que parecía recién pintado.
- - Tienes toda la noche para encontrar ese libro
- - ¿Pero cómo sabré que libro es? ¿No me puede dar una pista o algo así? O al menos traerme agua que tengo sed…
- - Para nada, si alguien te ayudase a descubrir tu pasado, es probable que lo usase para intentar matarte o chantajearte, puedo darte la situación, pero no la respuesta ni nada que se le parezca. El libro que tienes que buscar lo encontraras de acuerdo a los patrones que busques, de acuerdo a lo que has aprendido en el colegio, en el instituto y en la universidad. Usa tu criterio en encontrar el libro que detallará el pasado que anhelas tratar con calma
- - Todo eso es muy bonito, pero… ¡Son 1000 libros!
- - Como si nunca hubieses ido a una maldita biblioteca, ahora aprende a leer y averigua como terminar rápido todo eso
- - Pero… si lo encuentro y son muchas páginas ¿Cómo carajo lo terminaré tan rápido? No tengo tiempo que perder, debo regresar a Lima y…
- - ¿Y morir?
- - ¿Qué dijo?
- - Si lo que deseas es volver sin haber aprendido nada, entonces vuelve y muere allá. Esos tipos tienen poderes superiores a ti, y con una simple bala te partirán la cabeza. Si aprendes las bases del pasado que posees, podrás enfrentar hasta a un misil balístico
- - Wao… ¿En serio?
- - Nunca tanto niño, pero date prisa
- - -.-
El viejo Reynaldo se fue del sótano, dejándome con varias
interrogantes en la cabeza mientras trataba de buscar ese libro exacto que me
ayudaría a pasar esta prueba bien rara. Intenté buscar al azar por cada libro,
pero algunos tenían títulos de salud, medicina, revistas e incluso diccionarios,
nada de nada que supusiese algún cambio en mi personalidad.
Pude ver encima de un estante, lo que parecía ser una
especie de nombre inscrito en madera, “Medicina”, en otro estante pude ver que
decía “Estadística”, mientras intentaba seguir buscando, pude denotar nombres
raros para esos estantes, “Epistemología”, “Nanotecnología”, “Contabilidad”,
por cierto, ¿Qué hacían estos estantes de libros actuales en un sótano de un
palacio inca? No tenía sentido, pero si me lo preguntaba, ya nada tenía
sentido, desde el duende extraño hasta el luchar contra esa figura de piedra
viva. Quizás los traslado Reynaldo en su tiempo libre, pero, igual era muy
raro, y que nadie lo viese guardando todo esto.
Aunque, al recordar… esperen… ¿Al recordar? Al tratar de
remembrar cuando iba a la biblioteca, pude evocar un fragmento de cuando fui y
observé que los libros estaban ordenados según las especialidades, pero no
según las letras, entonces en este lugar deberían de estar formados igual, por
especialidad, sin embargo, al ver el nombre de cada estante, no era así, sí que
estaba en M, E, E, N, C… tal vez si seguía observando cada estante, anotar
todos esos nombres en un cuaderno que encontré a la entrada de la biblioteca.
- Medicina General
- Estadística
- Epistemología
- Nanotecnología
- Contabilidad
- Urología
- Enfermería
- Numerología
- Termodinámica
- Responsabilidad Social
- Arquitectura
- Serigrafía
- Administración
- Quimioterapia
- Urbanismo
- Ingeniera
Ahora que tenía todos los estantes con sus nombres
anotados, quizás era posible encontrar algún tipo de patrón en estas palabras…
esperen… M, E, E, N, C, U, E, N, T, R, A, S, A, Q, U, I. ¿Podría significar
algo ese acrónimo? Si fuese de verdad, entonces diría “Me encuentras aquí”, lo
que tendría sentido pues en este lugar nada tiene sentido, entonces al diablo,
no tenía tiempo que perder y me dirigí al estante de ingeniera buscando el
libro. Quité cada libro, pero no pude encontrar nada, solo planos y números con
fórmulas químicas, nada que fuese valioso, al menos para mí.
Sin embargo, la letra I no significaba que fuese el final
de algo, como fuese el final para encontrar la salida… aunque por un descuido
de mi parte, al sobarme la cabeza para pensar, golpee de casualidad, ¡De
casualidad! Una de las antorchas, que al caerse se esparció rápidamente por las
estanterías de libros, al ser todo papel combinado con el fuego todo se fue al
carajo rápidamente.
Al observar este mal hecho, traté de apagar las llamas
soplando e utilizando mi bastón para crear ráfagas de aire que,
lamentablemente, solo avivaron las llamas a todas las estanterías, antes de que
el fuego comenzara a consumir todo el sótano, pude ver un libro que se cayó y tenía
como título el nombre de “La historia”, decidí tomarlo por impulso y corrí
hacia la salida.
Corrí como un maldito desgraciado a punto de morir ahogado,
solo que envuelto en llamas con un libro viejo, arrugado y que se despedazaba
parte por parte debido a la excitación del momento, cuando vi por detrás, el
fuego destrozaba todos los libros, los quemaba a tal punto de desaparecer todo,
definitivamente, el viejo Reynaldo me aniquilaría por hacer tal estupidez, utilizando
mi bastón pude usarlo como un impulsor para llegar de inmediato a la salida y
huir al patio central con un libro viejo entre mis hombros.
Al salir de la habitación, el humo era inmenso que se desprendía
del sótano, tan negro y profundo que mataría miles de células del ambiente en
cuestión de segundos, todo por mi estúpido error de no saber escoger que libro
saber que era el escogido, lo peor de todo… es que Reynaldo apareció detrás.
- - ¡Disculpas por favor! ¡No fue mi intención! ¡Yo no…!
- - ¿Qué libro trajiste? – dijo mirándome a los ojos
- - Ah… ¡No me mate por favor! ¡Soy solo un niño por favorcito!
- - Solo dime que libro trajiste contigo, ¡ahora! – ahora su tono de voz cambió totalmente
- - Pues… a mierda… miré – le mostré el libro que decía “Historia”
- - …
- - Oh el chico mata y salva vez a la – dijo el pequeño duende Paco
- - Parece que cumpliste con tu misión, yo solo te dije que trajeras el libro escogido, nunca te dije que dejaras el sótano intacto, así que… el quemar todo el sótano realmente no fue malo, sino una forma rápida de deshacerse de todo para encontrar la prueba correcta
- - Eh… ¡Claro! ¡Siempre fue mi idea el quemar y salir con el libro correcto!
- - Si… - dijo sin entender Reynaldo – bueno, ahora ve al salón real para que lo leas, date prisa
- - Pero… pero… tengo hambre, quiero un chaufa, mejor comamos primero maestro…
- - Nada de nada, en el salón real encontrarás la comida perfecta para tu entrenamiento, ahora trae el libro mientras me voy a dormir
- - ¿Dormir? Pero recién son las ocho de la noche – miré mi reloj y efectivamente eran las ocho
- - Soy un viejo de noventa años por ende debo descansar para mantener mi salud, buenas noches y suerte en resolverse libro
- - Claro ¡Hahaha! ¡Nada me detendrá maestro! ¡Soy Jerouu y mi ideal es ayudar al Perú!
- - Por supuesto… buenas noches (dos misiones cumplidas en un día, este niño no es cualquiera, quizás… realmente sea el sucesor de… Pachacútec)
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