Compártenos en:

jueves, 24 de noviembre de 2016

Por el norte se acercaban Carlos y Milady, por el sur se aproximaban en sus respectivos vehículos preparados para la guerra, Sylvana, Alexina y Luis. Cada uno estaba consciente que la batalla que les esperaba en la capital podría ser su sentencia de muerte, pero todos acordaron tomar esa misión desde que se formaron para ser Soulos, desde que supieron la llegada de un nuevo terrorismo y el aniquilamiento de la vida como la conocían, se unieron, para acabar con todo eso de una vez por todas.


  • -       Linda moto Carlos, ¿Quién te la dio? ¿Tu novia? – se burlaba Milady al verlo montando una moto sin igual
  • -       Hahaha que graciosa chica muerta, pero me alegro que hayas aparecido por estos lugares, no sabía si el escritor te mencionaría (¿Qué rayos?)
  • -       Te equivocas, nunca viste mi poder real, yo ya dominaba el estado Inca o como sea que le llamen desde antes, fui la primera en obtener ese poder, solo que nadie lo ha visto en batalla, y es probable que hoy sea ese día… ¡QUIERO VER GENTE MUERTA!
  • -       Que rara eres… que chucha, somos amigos y me alegro de que te alegres
  • -       ¿Y tú me dices rara? En fin… estas motos son geniales, pareciese que Ariano no fuese un simple publicista
  • -       Hahaha dímelo a mí flaca, ¡Estas motos son de la putamadre!

Las motos bautizadas como “Las Totodoras”, excelentes vehículos livianos, pequeños y potentes que rugían fuego en sus interiores, pero un fuego diferente al que podrían imaginarse, un fuego azulino mezclado con algo verdoso que aparentaba ser colores encendidos vivos, con la parte frontal en forma de punta al mismo estilo que una Harvey Davidson, sin embargo, la potencia que le daba fuerza no era combustible o gas natural; sino el poder de los Soulos, mediante el uso de una cantidad de su poder, podían dar energía para todo un día de recorrido en el planeta en sus respectivas motos, era por supuesto, una estrategia muy cara…

Milady explicó al encontrarse con Carlos que había llegado a parte de la selva, donde se encontró con un antepasado en los vestigios de los templos de Kuelap, y perfecciono sus ataques, e incluso dijo que aprendió a revivir cosas inanimadas, ni siquiera los muertos bastaban, ahora cualquier cosa que tuviese forma humanoide o animal podría ser reanimado, darle vida, para servir a su respectiva dueña, sí que daba miedo en plena oscuridad de la panamericana.

Una noche bajo las pocas estrellas que iluminaban la panamericana, la gran carretera de América, una brisa en las mejillas tan fugaces que podía sentirse hasta la última célula dentro de sus cuerpos, la gran oscuridad a los alrededores junto a los desmontes de desiertos gigantes y ningún auto a los alrededores. Se preguntaban si ya había comenzado el ataque masivo a la ciudad capital, y que por ende los autos habrían sido prohibidos mientras durase la ocupación terrorista, Carlos no dejaba de preguntarse si era bueno lo que hacían, si realmente iban a cumplir una misión, o sencillamente iban a un encuentro donde morirían sin saber que eran en realidad. Milady también lo pensó, pero recordó lo que su “padre Ariano” le decía antes de dormir:

No podemos definir lo que somos hasta que lo hagamos, muchos dijeron que el que se hace y el quien hace no son nada en comparación, pero si pensamos en quienes se beneficiarían o perjudicarían, entonces ya entrarían en conexión, quizás… esa sea la verdadera meta en la vida, hacer lo que dicte lo que eres.

Pero algo los detuvo por completo, a unos cuantos kilómetros cerca del sendero de la serpiente, llamada el Serpentín Pasamayo, una gran carretera en forma de serpiente, quien conducía a demasiada velocidad podría morir al caer al abismo de mar, observaron una explosión y rayos de luz que iluminaban parte de la carretera reflejados en las nubes oscuras o descompuestas por la oscuridad de la noche.

  • -       ¡No puede ser! ¡Es Sylvana!
  • -       ¿Qué dices? ¿Dónde? Dame binoculares
  • -       Está allí, y al parecer está luchando con algo… ¿Qué es eso?
  • -       Déjame ver, ¿Dónde estás mi amada Sylvanita? A ver amor déjate ver… oh ya la vi… ¡¿Y qué mierda es eso?!

Una figura antropomórfica con aparente forma humanoide, aunque no sabría cómo describir tal cosa colosal, estaba encima de la carretera, moviendo sus brazos gigantes grisáceos y muy notorios de un lado a otro, tratando de atacar a Sylvana, y al parecer a otros dos sujetos más. Esa cosa gigante con forma humana de color gris estaba atacando a mi querida Sylvana, sin esperar respuesta de Milady o formar algún buen plan, de frente a la acción bebé.

  • -       ¡Allá voy amorcito! – dije al ver a mi amada en problemas luchando con esa cosa gigante
  • -       ¡Espera Carlos primero…! A ya se fue… demonios, no puedo usar mis técnicas aquí, no hay nada que revivir a los alrededores… a menos que… lo intentaré

Sylvana junto con los otros dos sujetos estaba luchando con esa cosa gigante de color gris, que aparentaba tener forma humana, pero lo que me sorprendió o me saco de mis casillas fue que, dentro de esa criatura fantasmagórica estaba una chica, una chica que al parecer ya había visto antes. Esos dos sujetos contra quienes luchaba al lado de Sylvana, ¡Eran Luis y Alexina!

Los tres luchando con esa cosa que al parecer no recibía ningún ataque o daño por parte de mis amigos, Sylvana usaba su guitarra eléctrica tratando de impactarlo de rayos, ¿Rayos? Pero que no funcionaba, Alexina usaba sus manos para generar ondas de aire muy fuertes que apenas podía quedarme en pie, pero que esa criatura no se inmutaba, mucho menos la flaca de dentro. Y al final Luis utilizando su gran fuerza para romper esa coraza gris que protegía a la chica, sin embargo, todo ataque era en vano, no le hacían ni cosquillas ¡Nada de nada!

  • -       ¡Carlos! – dijo Sylvana cuando recibió un golpe en el pecho, destruyendo nuevamente su guitarra
  • -       ¡Sylvana espera ya te atrapo! – cayó encima de mí, rayos, si hubiese sido otro momento, sentir su bien formado trasero hubiese sido un gran delirio, un placer rico, pero ahora apenas podía respirar
  • -       ¡Chicos! – hablo Alexina tratando de apartarnos del combate para hablarnos - ¡Debemos reorganizarnos! ¡Luna está fuera de control!

¿Escuché bien? ¿Había dicho Luna? ¿Aquella chica de lentes oscuros y de apariencia muy delgada? ¿Una chica que apenas podía hablar frente a otros sin que tartamudee? ¿Esa Luna? Nos apartamos del lugar mientras Luis le daba un fuerte puñetazo a la parte frontal de esa cosa y la apartaba de nosotros, al menos para darnos un respiro.

Sylvana, tan linda, nos contó que se encontró con Luis y Sylvana mientras regresaba por el sur, y vieron que Luna estaba malherida que apenas podía caminar, decidieron ir en su ayuda, pero inmediatamente, ella nos vio con unos ojos totalmente extraños a los que siempre vimos en ella, no en alusión de sentir algo, sino que verdaderamente en sus ojos aparecieron extraños símbolos rojizos y negros, que al hacerlo, junto sus dos manos y pronuncio las palabras “Técnica: Apu Wamani”, al hacerlo con una posición de juntar las manos, esa cosa gigante con forma humanoide de color gris, transparente, apareció frente a ellos y los atacó sin previo aviso.

Intentaron detenerla, pero era indetenible, su armadura al parecer indestructible y el hecho de que una amiga de nosotros, y miembro de los Soulos nos estaba atacando ya era de por sí muy malo. Al hablar en grupo antes que esa cosa atacase de nuevo, decidimos también atacarlo usando nuestros raros poderes combinados, si bien no tuvimos tiempo de hablar de nuestros nuevos poderes y los trajes extraños que obtuvimos, si pudimos notar en nuestras miradas que era la prioridad principal el detenerla a como dé lugar.
Nos colocamos en diferentes posiciones, Sylvana y Luis por el centro, Alexina por la derecha, yo por la izquierda y Milady que parecía intentar revivir lo que fuese en el desierto, por la parte detrás. En esas posiciones, la atacamos utilizando nuestros poderes al máximo, por el frente para obligarla a atacar, por los costados para intentar detenerla, y por detrás para darle un golpe definitivo. No obstante, no esperábamos lo que se acontecía después.

“Sapa Inca: Qhapaq Yupanki Apu”

La gigante figura de dos brazos, ahora parecía ponerse de pie, apareciendo dos gigantes piernas del mismo color, pero con diferencia que parecía tener armadura, y la chica posicionándose en la mitad del cuerpo, sinceramente, no podía creer lo que observaba. Parecía un ente fuera de otro mundo, sus palabras solo contaminaron la atmosfera de preocupación, y miedo.


  • -       Es hora de acabar con sus poderes Soulos, por el bien de la legión y el nuevo país que formaremos. Descansen en paz – un brazo gigante formando un puño se dirigió hacia nuestra ubicación ¿Nuestro final? 

0 comentarios:

Publicar un comentario

Soulos y Legionarios

Soulos

Los Soulos Son quienes descienden de los antiguos incas, usan sus poderes especiales que han logrado despertar para apoyar a los demá...

Siguenos

Formulario de contacto

Datos personales

Jorge Luis Carranza Gosalvez. Con la tecnología de Blogger.

Comercial Cielo de Almas

Los Capítulos de la Semana