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lunes, 28 de noviembre de 2016

El señor Rodríguez adoptó una forma reluciente y con una armadura solo vista en láminas escolares, de esas imágenes de cómo se vestían los españoles en tiempos de la conquista, ahora lo observaba frente a mis ojos. Una armadura plateada de bordes finos y que brillaba como el mismo sol, pantalones holgados con bordes delineados adjuntando estampados de la legión, y un casco estilo romano que recubría parte de su corta cabellera, de igual color plomo brilloso.



Un soldado español del siglo XVI frente a un joven sin armadura alguna y armado con un viejo bastón de madera, era oro contra madera, ¿Qué puede hacer la madera contra el oro? El tipo ni bien se le ajustó la armadura plateada, se preparó para darme batalla, otra vez creando su lanza gigante para intentar atravesarme, de seguro ahora para matarme.

Apenas pude esquivarlo, cuando un golpe por la derecha me envió directo al suelo, a la helada tierra donde luchábamos, ahora nos encontrábamos en alguna parte de los Andes, sin saber exactamente que hacer o decir, el tipo plateado me siguió lanzando de esas lanzas con suma rapidez, creando copias de energía que destruían parte del gran cerro.

La batalla no podría durar por mucho tiempo, mientras esto sucedía, me explicaba detalladamente el poder de los tres conquistadores originales y la ascendencia que tendrían los tres oficiales de alto mando para poder lograr ese mismo fin. Al parecer, no cualquiera podía acceder a ese poder milenario, pues se necesitaba, ya sea por el método que utilizó el maestro vagabundo entrenando en tierras altas y de misticismo, o utilizando lo que hicieron con la fábrica de bebidas y su elaboración científica, despertando poderes ocultos y modificando el ADN.

Pero era diferente en su caso, pues hablo sobre el Ium y su potencial, ya que los tres, el coronel Rodríguez, el general Carpio, y el presidente Humala fueron esenciales para obtener tales dones, gracias a su practica con el Ium y el haber capturado un ser pequeño igual a Paco, lograron tener los mismos poderes que ahora mis amigos y yo tenemos. Un grado de maldad tan desigual que mataron al pequeño ser solo para obtener todo el grado de grandeza posible.

Rodríguez era el antiguo soldado conquistador Diego de Almagro, tenía sus poderes de defensa y ataque a larga distancia, muy veloz, era el compañero ideal de guerras y aventuras por mundos descubiertos por europeos. Carpio era el descendiente de Francisco Pizarro, el principal asesino de masas y devorador de dioses andinos que conquistó gran parte del Tahuantinsuyo, y, por último, el descendiente del antiguo cura Hernando de Luque, quien siempre optó por la paz, evangelizar en lugar de matar, pero no tomaba en consideración la voluntad de los pueblos andinos, cosa que heredó perfectamente el presidente al no escuchar el alma del Perú moderno.

Estos tres sujetos eran los más poderosos entre todo el continente, aunque pensé que diría de todo el mundo, cosa que calló misteriosamente Rodríguez para seguir atacando sin cesar con las lanzas sagradas de plata, como los ha bautizado. Tenía que acceder a mi poder original, pero apenas había entrenado con el bastón, no tenía los medios necesarios para aprender del Ium y su basto poder natural, hasta que finalmente dos lanzas impactaron en mis brazos, cayendo a gran velocidad al suelo, donde pude rebotar gracias a los Pachacs, hasta refugiarme en una pequeña cueva adornada de nieve y fuertes vientos del frio peruano.

Me escondí en esa cueva hasta que lograra sanar mis brazos por medios propios, cosa imposible y ya nada asegurada ¿Qué más puedo hacer en estas condiciones? El tipo ya estaba superándome en todo, y ahora con esa puta trasformación ya era poco probable seguirle el paso. Tengo que regresar a la ciudad… tengo que regresar a ayudar a mis abuelos… tengo que… salvar a Kaytlin, ya no puedo.

Personas por doquier, gente riendo de lado a lado, llamas y alpacas correteando pequeños cuyes en granjas, o lo que parecían granjas, todo a mi alrededor brillaba con grandes andenes que repartían agua a los vegetales ¿Qué es todo esto? ¿Dónde estaba? ¿Esto es el cielo? ¿Me morí? Oh diablos, me morí sin besar a ninguna chica…

  • -       Casi, pero no joven Jerouu – una figura aparecía sentada en una especie de trono rodeado de niños y en la gran cima de una montaña
  • -       ¿Qué? ¿Dónde estoy?
  • -       Ni en la tierra ni en los sueños, esto es llamado el “Kay Pacha”, bienvenido al reino interior
  • -       ¿Kay Pacha? Ya en serio… ¿Dónde esto? Tengo que regresar ahora ¡Debo derrotar a los legionarios y rescatar a todos!
  • -       Eso suena bien, pero en este reino no puedes hacer nada, antes de explicarte que haces aquí, debo enseñarte el significado de nuestros antepasados ¿Sabes que somos?
  • -       Kay Pacha… ahora con la pregunta de que somos, hey viejo no tengo tiempo para estas huevadas, tengo que volver ahora ¡Ya!
  • -       Sin duda joven e imprudente, desesperado por lograr todo y sin detenerte para pensar, típico de un joven idealista y soñador. ¿Qué harás cuando regreses?
  • -       ¿Ya no te dije? ¡Salvar a todos!
  • -       ¿Y pensaste que pasaría si no logras eso? ¿Qué pasara si no logras tu objetivo? ¿Lucharas solo contra cientos de guerreros empedernidos en destruirte?
  • -       No tengo de otra, es la única manera figura extraña
  • -       Siempre hay otra forma joven Jerouu, cuando tenía tu edad, un año menos mejor dicho, también me encomendaron la tarea de huir de la ciudad y resguardarme del enemigo, mientras mis padres imploraban clemencia, sin luchar, sin mostrar resistencia, solo… rendirnos y ser esclavos
  • -       ¡Eso es estúpido! ¡No puedes simplemente rendirte y punto!
  • -       Eso mismo me respondí al ver a mi pueblo temer por una gran invasión, por una guerra que costaría la vida de miles, ver a mi gente, hermanos y amigos morir por una lucha que ya sus dioses echaban por perdida. Finalmente puedes despertar ese legado dentro de tu ser, te ayudaré en lo posible
  • -       ¿Quién eres?

Una visión amplia, un gran campo de jardines y nuevamente los ríos brotando en grandes cantidades bajo el amparo de montañas gigantescas, una batalla estaba por empezar, y un joven corriendo de lado a lado tratando de avisar a las personas que una terrible guerra ya se libraba fuera de sus casas. Nadie respondía, nadie quería cargar con ese peso, y el joven entonces decidió vestirse e ir a enfrentarse solo, ese sería el camino de su legado.

  • -       No entiendo… ¿Nadie te ayudo? ¿De verdad? ¡Qué hijos de puta son!
  • -       No malinterpretes las cosas, no es que nadie quería ayudarme, solo que nadie estaba en ese momento preparado para todo. Mis padres huyeron junto con mis hermanos, dejaron todo abandonado por temor, o eso siempre intuí, abandonar por salvarse, y yo el único capaz de hacerles frente, pues no quería ser intimidado nunca más
  • -       Esa visión…
  • -       Cuando el ejército opresor llegó a la ciudad, ya estábamos siendo asediados, felizmente existieron buenos hombres sabios pero viejos, que usaron todo su potencial para repelerlos, aunque no eran capaces de dar ya ordenes como se debía, tuve que asumir el mando tan prontamente… un mando a mis dieciocho años que jamás imaginé tener… siempre soñé con gobernar en paz, casarme y tener muchos hijos al lado de mis dioses, pero la situación cambio, todo se volvió oscuro, y se volvería peor si no hacía algo
  • -       ¿Y qué hiciste? – me atrapó en su explicación
  • -       Lo que todo ser humano haría, darlo todo sean las consecuencias que den, eso probablemente me aniquilaría, sin embargo, era lo mejor que podía hacer
  • -       Espera… ¿quiere decir qué?
  • -       Jerouu, en mis tiempos nunca tuvimos tecnología de punta, nunca tuvimos poderes especiales, solo éramos hombres y mujeres que adoraban a sus dioses viviendo en una época de constantes revoluciones, como lo llaman ahora, cambios y cambios. El ser humano es luchador por naturaleza, mis padres lucharon por huir, los enemigos lucharon por conquistar, y yo luché para defenderme. En esta vida tomaremos decisiones que nos harán luchar para nuestro bien o nuestro mal, pero eso no significa que la lucha sea la clave, sino, el medio más efectivo que tiene el corazón y la razón para dar a entender… “su poder”
  • -       ¿Su poder? Pero… yo solo soy un tarado con el sueño de salvar al mundo ¿De qué? No lo sé…
  • -       Entonces encontraste tu lucha, ahora debes afrontarla, el pasado solo mantiene un recuerdo, tú debes de resolver la lucha y como terminará. Que el gran Sol te iluminé y te guie en tu camino… hacia tus luchas, hacia lo que deseas
  • -       Gracias… ¿Señor Pachacutec?
  • -       Solo dime Pacha, es sencillo y fácil de recordar, aunque otros sujetos me dicen el mejor inca de todos los tiempos, yo prefiero autodenominarme Pacha, la tierra viva

Abrí los ojos al sentir un fuerte temblor en los alrededores, Rodríguez se habría enfurecido y ahora arrojaba lanzas a diestra y siniestra como un loco, gritando mi nombre en alto mientras era observado por el descendiente del gran inca. Me levanté tras esa rara visión o sueño del pasado, con la frente en alto y dispuesto a pelear, sentía una fuerza interior diferente a lo que siempre había sentido, no era temor, no era coraje, solo ganas de hacerlo todo, ¡las ganas de creer que podía hacerlo todo!

  • -       ¡ES MOMENTO DE MI VICTORIA POR LA *CSM! – saqué mi bastón nuevamente en son de desafío, ahora estaba preparado, ya sabía que hacer

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