Capítulo 131: “Pachacútec, The Outsider”

Finalmente, una grieta en uno de sus ojos, que resultó ser un pedazo de piedra gigante que se desprendía de su lugar original, entonces, pude dar otro golpe antes de que se recuperara esta cosa que se decía llamarse Kaytlin, otro golpe en el estómago, en la parte frontal del cuerpo y en la cabeza hasta hacerlo casi pedazos.

No podía entenderlo totalmente, quizás significaba que el darme cuenta del porque Kaytlin había hecho eso fue porque quería protegerme de mi mismo, de no sentirme mal o intentar algo peor que ser rechazado. No tuve miedo, ya no tenía miedo, si ella era feliz con su novio, ¿Por qué no serlo yo? Ya basta de huir y dejar que todo se me pasase por la cabeza, soy un Soulo y debo seguir mi ideal hasta el final.

Al realmente observar la figura de piedra sin forma, pude ver que esa figura siempre estuvo formada de piedra natural, que la figura inicial de Kaytlin fue una mera ilusión, nunca estuvo allí, y por supuesto, jamás me haría daño. Ahora debía dar todo lo que podía para demostrar que ya nada me daba miedo, que ese miedo al amor y el rechazo era parte de la vida, algo que no debía de detenerme, tener que seguir y continuar.

El miedo es parte de la vida, es parte de nosotros, pero eso no significa que dejemos que nos controle, que nos quite la idea de querer y amar la vida de la cabeza, todo eso debe ser controlado y dejar que el miedo desaparezca un poco, dejando camino a la valentía de continuar con las decisiones que tomamos a diario.

• -       Muy bien piedra movible es momento que conozcas mis verdaderos poderes
• -       …
• -       Te arrepentirás de usurpar la identidad de alguien a quien amé bastante, con algo de la naturaleza
• -       …
• -       ¡Vamos por todo carajo genial!
• -       …
• -       A esto lo llamo, “El estilo del viento destructor” – alcé mi bastón hacia el aire y con un fuerte movimiento pude generar una fuerte ráfaga de aire que pudo destruir en dos a la figura de piedra

Mientras en la Ciudad de Reyes…

La situación iba de mal en peor, la ciudad estaba tomada por los legionarios y utilizando lo que era llamado “Plan Cóndor”, para crear toques de queda cada noche a partir de las diez de la noche, imposibilitando la salida a discotecas, a pasear, o incluso comer fuera de casa en familia. Todo se estaba convirtiendo en una ciudad de tinieblas, la policía estaba rondando silenciosamente.

Un grupo de jóvenes en plena oscuridad caminando en la avenida Colonial intentaban pasar los controles y las patrullas a toda costa, saltando vallas y camuflándose en las bolsas de basura cuando aparecían las famosas “Escuadras de la Muerte” con sus rifles de asalto y cascos militares, quienes tenían la orden directa de disparar a quien se atraviese a romper el toque de queda; desde hace algunos meses todo acto de violencia humana fue permitido gracias a la desafiliación en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Estos jóvenes lograron llegar a las afueras de un gran edificio de época republicana, quien en sus inicios fue cuna del saber y de todo acto de sabiduría, la Universidad Nacional Federico Villareal, ese era el nombre oficial de la gran universidad de las ciencias e historias de todos los peruanos, también sede de algunos partidos demócratas golpistas y por supuesto, manantial de toda protesta estudiantil juvenil, la gran universidad de las historias donde varios jóvenes aparecían trepando los muros e incluso por el aire saltando techos ¿Qué estaba ocurriendo?

• -       Contraseña – dijo un tipo atrás de la puerta
• -       “Compañeros Afuera” – respondió quien estaba delante de la puerta
• -       Bienvenido compañero revolucionario – se abrió la puerta de metal permitiendo la entrada de aquellos intrépidos jóvenes

El lugar era muy grande, sin luces, pero con pequeños grupos de jóvenes hablando de diversos problemas y leyendo todo lo posible como si alguien les quitase el tiempo para aprender de las ciencias, un gran patio con árboles en algunos lugares camuflando los rostros de los jóvenes. Estos jóvenes fueron al final del gran patio donde la estatua de Víctor Raúl Haya de la Torre denotaba justicia, poder y grandeza al estar en medio de todo el complejo, y en su centro varias flores, junto a cartas de pésame, como si hubiesen perdido a alguien muy valioso y querido por todos.

Los jóvenes llegaron a una puerta final que estaba sellada con varios barrotes, uno de los jóvenes sacó una llave con forma de estrella que curiosamente pudo abrir la cerradura principal de la puerta, logrando abrirla, por una parte, mientras que, por otra parte, otro joven sacó otra llave, pero con forma de cruz con la cual pudo abrir lo que faltaba de la puerta, se abrió totalmente dejando el paso libre a los jóvenes misteriosos.

Bajaron por unas escaleras ruidosas que parecían romperse por cada paso que descendían, hasta que finalmente llegaron a una gran sala bien iluminada, con pósteres de grandes líderes del Perú, pensadores, historiadores, científicos y héroes de la guerra con Chile, mostrando varias mesas de diálogo y una gran mesa con forma circular en el medio del salón iluminado, sobre ellos, el techo estaba decorado con varias fotos de desaparecidos en los últimos tiempos. Era una puerta hacia un universo de lágrimas y perdones.

Los jóvenes se sentaron en la mesa circular junto con un señor de bigote corto y un corte estilo militar, quien hacía llamarse Augusto Cornejo, el nuevo líder del APRA, se sentó en la parte delantera de la mesa, queriendo demostrar su poder o su nivel frente a los demás jóvenes, pues aparte de su posición su edad no aparentaba para nada ser menor.

• -       Buenas noches compañeros, dejémonos de banalidades y presentémonos de una vez, el Peru necesita ya quitarse ese peso innecesario
• -       Mi nombre es Juan Alberto Mayorga Cambrío y ya pes, represento a la Universidad Nacional de Ingeniera como se debe– se levantó un joven vestido con una bata blanca, un short de deporte y un signo con forma de átomo en su espalda, al lado del logo del equipo de sus amores, Universitario de Deportes
• -       Yo soy Augusto Piero Bardego Quispe y soy el representante de la Universidad Nacional Agraria de la Molina, mucho gusto – un joven alto, de cabello rubio bien peinado, vestido con bata blanca con el símbolo de su universidad en su espalda, “La agricultura”
• -       Eh… yo soy… Pamela Jacqueline Huairo Flores y… represento… ajam… A LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS – dijo en voz alta la joven de cabello verde oscuro quitándose los nervios de antes, “La Sabiduría”
• -       No necesitan conocerme, pues ya soy muy mediático en estos días – dijo un joven que no quiso levantarse
• -       Levántate y presentante como todos, póngase su bata ahora mismo – ordenó el señor Cornejo
• -       Está bien… que fastidio tamare, soy Avalon Milán Buendía Núñez, y yo… ya saben, represento a la Universidad Nacional del Callao, chimpun Callao etc – hablo el joven alto, el más alto de la junta, usando su gorro hacia atrás y un casacón con la estampa de su universidad en la espalda, “El pescador”
• -       Mi nombre es Marilyn Galván Rojas y es un gusto conocerlos caballeros y damas, soy la representante de la Universidad Católica del Perú – dijo una sonriente joven de cabello largo que usaba una bata blanca con el símbolo de una cruz en su espalda
• -       Nosotros somos Luz y Adrián, pues representamos a la universidad donde estudia Jerouu, el Soulo que todos hablan y algunos compañeros más, buenas tardes – hablo Adrián con su amor Luz a su lado, ambos representando con el logo de un ave antropomorfa en sus espaldas
• -       Y finalmente dejando lo mejor para el final, yo soy el pequeño Valentín Magnánimo Agustiarra Torres, representante oficial de la Universidad José Faustino Sánchez Carrión ¡Arigato! – dijo un pequeño joven de tan solo dieciséis años a quien se le notaba muy entusiasmado, usando por supuesto una bata blanca parchada con el símbolo de la paloma en su espalda
• -       Ahora que todos se han presentado, debemos comenzar la operación contra la Legión del Cóndor, les recuerdo que todo lo que se diga aquí es para ustedes y nadie más. Si uno de ustedes cae en batalla, no duden en el suicidio para resguardar el secreto de este lugar, y por el bienestar de sus demás compañeros. Son los representantes, presidentes, líderes y cabezas de sus universidades, elegidos democráticamente para hacerle frente a esta organización terrorista que nos ha envuelto en una oscuridad completa. Ahora, todos reunidos, pasaremos a la siguiente fase del plan, la que decidirá la batalla en cada provincia, es momento en que los jóvenes peruanos enfrenten la guerra de su vida. Blanco… sinónimo de la esperanza peruana. El pasado fue la conquista española, después Chile, luego vino Ecuador, para pasar al terrorismo de Sendero, ahora es nuestro momento compañeros. La legión se acabará el sábado al atardecer, sean con los llamados Soulos o sin ellos

Todos los jóvenes reunidos se levantaron de sus asientos, alzaron una copa de vino y chocaron los vasos entre todos, tomando un pequeño sorbo cada uno hasta dejar la copa media vacía, sinónimo de que la rebelión había comenzado. La batalla entre los legionarios y los universitarios estaba declarada, los representantes de las universidades nacionales más importantes del Perú se encontraban eufóricos, era momento de luchar, es tiempo de guerra, con o sin los Soulos, la guerra empezó.