Ante
los ojos del sol, el gran monumento se levantaba en mitad del campo, los demás
se sentaron el piso a observar que sucedería en su duro entrenamiento de perder
el miedo, ese Jerouu se las iba a ver. Pero no es que fuese tan fácil, quiero
decir, tener miedo es natural de los humanos, todos los tienen y siempre los
tendrán, pero decir que se pueda controlar o desaparecer del total seria…
- - Una total locura ¿No? – apareció el vagabundo y maestro Reynaldo mientras se sentaba en las gradas a ver el show que iba a comenzar – supones que perder el miedo es imposible ¿No es verdad?
- - No para nada – respondí – es que hay muchas cosas que no entiendo, desde niño siempre me inculcaron a odiar a los presidentes peruanos y ejercer un golpe de estado cuando fuese grande, ahora que tengo veinte años y mis padres me dejaron ese cargo, al ser ex camaradas de Abimael, pues… nunca tuve opción de escoger, pero ahora que me metieron duendes, campos mágicos y figuras antropomórficas raras… todo se vuelve confuso ¿De verdad sucede?
- - Eso es miedo, la confusión nace de no entender algo y crea el miedo de dejarlo para no saber el final o el miedo de afrontarlo sabiendo el final. A eso debemos de sujetarnos todas las personas. Nunca pudiste hablar porque sabias que si lo hacías te castigarían, por ende, es miedo. Siempre pudiste escoger qué camino tomar, pero temías que tus padres se defraudasen y quedasen olvidados como el legado del izquierdismo radical, cosa que es miedo. A eso me refiero con controlar el miedo, no vencerlo, sino, tomar las decisiones correctas de que hacer sabiendo o no que podría suceder, jamás justificando el futuro que nadie sabe
- - Pero… entonces lo que hice fue…
- - Callarte, un miedo sin palabras, un miedo silencioso, tan mortífero que te volvió un terrorista sin querer, el mismo miedo que movió a Abimael a armar todo ese conjunto llamado Sendero, miedo a seguir con lo mismo, a no triunfar, a quedarse en el olvido. Ese maldito miedo que nos ata a todo, pero que puede liberarse si saber qué hacer, sabes que elegir, sabes que… vivir
- - Vaya… creo que tienes razón, y ahora que veo esto, a Paco al costado mío flotando
- - Holus! – respondió Paco observando el cielo
- - Pues creo… que de verdad podría darse que, perdí el miedo de seguir con esta estúpida carrera de terrorista… y ahora ver tanta magia a los alrededores, puedo dar fe que… todos pueden cambiar, cambiar el miedo por la valentía de atreverse a algo que va más allá de todo
- - Eso mismo debe de entender Jerouu, solo que, su temor no se fundamenta en ideologías o no hacer caso, sino, en algo mucho peor y profundo que ni siquiera alguien tan viejo como yo podría guiarlo, el mismo debe de encontrar la mejor manera de lidiar con eso, ese temor se llama… amor
Podíamos
observar una batalla constante entre alguien que amó y algo que quiso amar con
todas sus ganas, pero no tuvo coraje, luchar contra tu propio sentimiento nunca
fue fácil, y ahora debe de afrontarlo para dar el siguiente paso, si Jerouu
puede sobrevivir a esto, le podré enseñar mis secretos… e incluso a usar el
famoso IUM.
- - Por mientras terruco tráeme un poco de café
- - ¿Pero qué?
- - Perdón, por favor Armando consígueme algo de café que tengo frio
- - ¡¿De dónde voy a sacar café?!
- - Pues el miedo…
- - Si ya escuché la charla… tal vez Jerouu, tenga más miedo ahora que nosotros
- - Todo está en su espíritu, si su espíritu se derrumba por ese miedo, todo habrá sido en vano
Cada
golpe, cada certero puñetazo por parte de sus manos brillantes delicadas era un
severo golpe al corazón, todavía no salía de mi asombro, la chica a quien
siempre quise y quiero, batallando conmigo en un campo gigante hasta la muerte,
no entendía razones, simplemente quería golpearme hasta matarme, tratando de
esquivar sus ataques con mi bastón, apenas era suficiente para alejarme de
ella, Kaytlin… ¿Por qué?
Ella
siempre fue sincera, siempre la amé por todo, pero ahora estaba luchando con
las ganas de matarme ¿Realmente era ella? Cada golpe que daba destrozaba parte
del gran campo, piedras difíciles de destruir con maquinaria pesada ella los
volaba en pedazos. Sin bastarle, al esquivar uno de sus ataques, no pude
observar su brazo derecho, que acabó golpeándome en el estómago, tan fuerte,
que vomité sangre y ya no podía ver muy bien.
¿Qué
pasaba? ¿Qué hacía aquí? No podía ser… ella, tan dulces con su hermosa sonrisa,
tan bella que fácilmente pudo haber sido miss de algún certamen, pero su eterna
estatura le jugaba un mal papel, trataba de matarme, quería lastimarme, y por más
que gritaba su nombre y parara de hacerlo, no me escuchaba, o no quería oírme,
y con total cinismo, me miraba.
- - Los antiguos pobladores de los andes tenían métodos muy efectivos para despertar la energía espiritual de cada uno de sus incas. La nobleza inca se beneficiaba de eso, aunque el pueblo también tenía sus formas. Y esta forma, creo que es la del pueblo – dijo Reynaldo tomando algo de hierbaluisa
- - ¿Cómo que del pueblo? ¿A qué se refiere?
- - Digo que el entrenamiento que estudie en esas graficas en las piedras pertenecen a las bases del pueblo, el cual utilizaba para aprender a usar el Ium de forma comunal, ya sea para la agricultura o la crianza de animales pequeños, una forma para nada agresiva
- - Entonces… ¿Cómo es que esto es muy agresivo?
- - Esta forma de entrenamiento es para parar a invasores o ladrones de otros campos, se usaba para detener a los invasores de otras culturas o aldeas vecinas que querían robar, y funcionaba al mostrar tu peor miedo. Realmente aterrador ¿No niño terrorista?
- - Vaya… entonces, el verdadero entrenamiento de la nobleza inca…
- - Si logra superar su miedo, entonces podré enseñarle el verdadero modo de encontrar el Ium, hablando de eso, tú también deberías entrenar
- - Eh… ¿Yo? Mejor le traigo más hierbaluisa, ya regreso
- - … ¿Qué ocultas Armando?
La
lucha continuaba, mientras eso pasada, no podía dejar de verla a sus ojos bien
delineados, tan bellos y grandes que era imposible apartar mi mirada de ellos,
deseaba seguir viéndola… y besarla. Eso quería, besarla para impedir todo esto
y despertar de un maldito sueño en que me encontraba. La pude conocer cuando ingresé
a la universidad, desde ese inicio siempre fuimos íntimos amigos, íbamos de un
lugar a otro, nos gustaban las mismas cosas y nos miraban como verdaderos
enamorados, solo que, nunca ella pronunció esas palabras.
Cuando
me contó la verdad sobre su enamorado, pude escuchar el silencio de todo, la
terrible soledad de quedarme solo y mi primera oportunidad de enamorarme hecho
trizas, realmente creí caer en un abismo, pero cuando apareció la legión y ese
tipo llamado Luciano, pude entender que quizás esto sucedió para ocultar esa
herida que sus palabras dijeron esa noche. Por pura suerte, todo eso me atrapó
en sus redes y los problemas se convirtieron en problemas generales del país.
Siempre
pensé en ella cuando tenía problemas, me ayudaba en todo al igual que yo a ella
en problemas personas y académicos, parecíamos una feliz pareja impareja, todo
se acabó cuando decidí seguir este destino ¿Fue un error? Nadie lo dudaba, ya
no importaba que decir, sin embargo, fue realmente lo que quería que hiciese.
Tal vez el hecho de que quisiese dejarla por algo mejor, fue la razón de que
ella me dijese eso, el tener un enamorado ¿Si lo pude entender mal? ¿Si todo
fue en realidad para beneficio de ambos? Es probable, que me dijera eso para
lograr aclarar mis sentimientos hacia ella, que obviamente era obvios.
¿Realmente fue eso?
Al
darme cuenta de ese detalle, al verla nuevamente a sus ojos, pude notar una
diferencia, ella no tenía el cabello tan largo, sino, que era un poco corto y
bajita, cosa que esta clon no lo era. Finalmente, un golpe certero, un destrozo
total, un golpe a la estatua de piedra que fingía ser Kaytlin, lo siento mejor
amiga, pero tú nunca pensaste en lastimarme.
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