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lunes, 25 de enero de 2016



¿Héctor pertenecía a los legionarios? Bajo esta oración pregunta, no podía compilar toda la información en segundos, era demasiado, muy difícil de entender y procesar, un buen amigo a quien siempre considere divertido y alegre… pertenecía a ese grupo malvado y ahora querían matarme, mejor dicho, él quería deshacerse de mi a toda costa, ahora ya no somos amigos, no somos conocidos, somos dos sujetos que están destinados a matarse… ¡Que mierda!



  • -       Héctor, respóndeme algo primero…
  • -       ¿Qué deseas saber? De todas formas no te voy a matar, solo te haré unos pequeños cortes y golpes, luego me dirás todo sobre los Soulos… ahora pregúntame
  • -       ¿Por qué?
  • -       ¿Por qué te les uniste?, ¿por qué los ayudas? o mejor, ¿Por qué en serio te les uniste y eres parte de todo esto? ¿¡Quieres ver gente muerta!?
  • -       Claro que no, pero algunos sacrificios son necesarios por el bien de nuestra causa
  • -       No hables en plural Héctor, rayos… dime tu respuesta ¡ahora!
  • -       Pues no hay respuesta alguna, como sabrás, tu maestro Reynaldo te debió explicar acerca de esos primeros sujetos de prueba, pues resulta que yo soy nieto de uno de ellos, el señor Fernando Vilcabamba, y como heredero de la familia Vilcabamba como también heredero de la fuerza de los incas, es mi deber el apoyar esta gran causa por un nuevo Perú
  • -       ¿Un nuevo Peru? Pero ellos…
  • -       ¿Ellos son lo peor? ¿Son unas mierdas revolucionarias? ¿SON TERRORISTAS? ¡Por supuesto! Pero se es necesario verdadero terrorismo para acabar con toda la corrupción del país Kim. Nosotros seremos los verdaderos forjadores de la paz y acabaremos con toda la malicia de nuestro bello país. No más corrupción, no más muertes ni robos, obviamente, la legión se volverá el nuevo gobierno limpio de toda mancha…
  • -       Déjate de huevadas Héctor – dije seriamente
  • -       Pero si te estoy explicando Kim, ¿y ese vocabulario?
  • -       No solo aprendí a pelear con mi maestro Héctor, si esa es tu respuesta, por obedecer a la familia, no te cuestiono, cada quien es libre de escoger y amar a su propia familia. Pero hacerlo sabiendo cuales son las consecuencias, sabiendo que van a matar a varios miles por una causa de gobierno y dolor… eso si es injustificable amigo, y si tengo que pelear usando toda mi fuerza entonces lo haré sin pensar en nuestra “amistad” – apreté fuertemente el mango de la Tachi, mi ira era descomunal
  • -       Entonces no puedo cambiar tu opinión… uf, bien, pero antes dime tu razón, el porqué de unirte a los Soulos o como se hagan llamar, ¿Cuál es tu motivación Kim?
  • -       … - levanté mi katana hacia su dirección, y con la mirada puesta en sus ojos le respondí – por… ayudar y ser la mejor en lo que hago con todos… ¡ser una reportera artista!

Me dirigi con suma velocidad hacia su posicion, con mi tachi bajo mis brazos y esperando que mi rapidez fuese lo suficiente para sorprenderlo y noquearlo, lamentablemente él también podía moverse de mejor manera y supuso un ataque, usó su defensa de agua, mejor dicho, utilizó el agua que se encontraba como pequeños charcos en el salón para cubrirse el brazo, evitando una cortadura y contrarrestándolo con una patada hacia mi cabeza.

Pude esquivarlo pero al hacerlo me resbalé con el agua del piso, me sujetó de la camisa que utilizaba e intentó golpearme con su puño izquierdo, pero lo golpee con mi pierna izquierda directo en la boca y con mi tachi me sujeté del piso, di un salto en el aire y caí encima del pupitre. Héctor cayó al piso, pero de inmediato dio un grito como de pelea y lanzó todo el agua por todas partes del salón, causando una explosión sin nubes de fuego resultando mi presurosa salida por las pequeñas ventanas del cuarto piso, ahora estaba desprotegida y mojada.

No tardó en seguir atacándome, pero pude concentrarme nuevamente y responder con pequeños cortes de mi tachi, sin hacerle daños severos, pero creo que él no pensaba igual, atrás quedaron sus palabras de no hacerme daños graves, esta pelea ahora si era a muerte. Pero la muerte, a veces suele resultar muy juguetona para ambos lados.

Mi entrenamiento en artes mixtas y el esquivar balas a gran velocidad estaban dando sus frutos, cada lanzamiento de sus chorros de agua eran esquivados con facilidad, viendo sus ataques y esperando su siguiente movimiento con un corte transversal hacia su ropa. Su boina roja fue cortada en dos cuando trataba de golpearlo en la cabeza, el agua parecía acabarse, mientras que mi tachi y yo seguíamos dando pelea y con ventajas sorprendentes.

Seguíamos peleando por todo el cuarto piso, cuando decidió bajar al tercer piso, lo intercepte con un corte capaz de divisar la barra de metal que funcionaba como sostenedor de manos. Finalmente sus ojos mostraban sorpresa y temor, un temor por acabar mal, un miedo por fallar su misión, y como se debe a todo esto, un profundo sentimiento de culpa por haber traicionado mi culpa, lo empujé con fuerza desde el quinto escalón de las escaleras, cayendo de espaldas y la poca agua que quedaba se dispersó, la batalla estaba a punto de terminar.

Los policías que se encontraban custodiando a los alumnos no daban mérito a lo que observaban, atónitos miraban todo el espectáculo de magia y acrobacias que se llevaba en los pisos superiores de la facultad. Los estudiantes tampoco se quedaban atrás, tampoco podían creer lo que estaba sucediendo. Pero no podían quedarse sin hacer nada, su capitán estaba acabando de la peor manera, apuntaron sus armas hacia mi cuerpo con algunos agujeros y ropa mojada.

Tenía que pensar en una solución rápida, si ellos me disparaban estaría muerta, podría esquivar a diez policías, pero todo un escuadrón con brigadas esperando fuera de la facultad, ya era obra de magia que lograra salir de allí sin dificultad, preparé mi tachi hacia ellos, saltar desde un tercer piso tampoco era una buena idea, pero tuve la certeza de que caería encima de la calamina que cubría el comedor, y de allí tratar de escapar. Pero…
  • -       Esperen muchachos, no se precipiten… todavía puedo seguir peleando… - Héctor se levantó con dificultad y trato de respirar profundamente, al parecer, sufría de hiperventilación
  • -       Detente Héctor, esto se acabó, eres muy débil y yo muy fuerte gracias a mi “Yun”
  • -       ¿Yun?
  • -       Ese es el nuevo nombre de mi espada, un bonito nombre que siempre me ha gustado, hahaha, y ahora tengo la oportunidad de llamarlo así
  • -       Hehehe nunca cambiarás Kim, pero no tengo nada que decir, mis hombres esperan la orden de atacarte, pero yo aún tengo fuerzas…
  • -       Ya cállate debilucho, ¡es mi turno!

Una bola de fuego proveniente desde el final del corredor del tercer piso se aproximaba con fuerza hacia mí, por suerte pude verla a tiempo y esquivarla, sujetándome de la barandilla y dando una vuelta de 180 grados, rumbo al segundo piso, donde también aparecieron pequeñas bolas de fuego destruyendo todo a su paso, consumiendo las puertas de madera como si fuesen papeles.

Las bolas no paraban de aparecer, pero no era todo, una gran bola de fuego muy intensa, colores rojizos y amarillentos por doquier, iba dirigido hacia mi brazo, me refugié dentro del salón de edición de videos y la bola de fuego explotó, destruyendo todos los vidrios a los alrededores… ¿Quién mierda era?
  • -       Tal parece que no has acabado lo que se te encargo, aish – rechistó - ¡que blando eres!
  • -       No me fastidies, ella es mi mejor amiga y tratar de hacerle daño no va conmigo, soy pacifista y tú la lunática quemadora de cosas
  • -       Como sea, es momento de acabar con esta tonta pelea, ¡oye china! ¡Estás a punto de presenciar el poder del fuego de la capitana de la región sur! ¡Noelia Vilma!



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