Capítulo 94: “Los Héroes debajo del puente, Familia”

Toda una tarde de entrenamiento corriendo alrededor, para luego pasar a hacer sentadillas y luego planchas… era como estar en el ejército o en una guerra, ¿se supone que esto era entrenar? Pensé que sería como lo que se ve en algunos animes o dibujos animados… pero esto era entrenar a la antigua, correr, saltar, agacharse y hacer ranas ¿Cómo demonios íbamos a entrenar con esto?

Pero antes de que acabara la hora, comenzó a arrojarnos cosas desagradables, sacadas de tantos restos de basura, ¡nos estaba lanzando basura! Nos dijo que teníamos que esquivar cada cascara de plátano, condones, piezas de metal y DVD de contenido pornográfico con mucha precisión, pero al ser primerizas en hacer esto, pues… acabamos muy mal. Nos tiramos al piso por última vez, y realmente esta vez olíamos muy mal.

• -       Ya tienen la velocidad, ahora tienen que tener la velocidad para esquivar
• -       … ¿Qué?
• -       Las hice entrenar de esta forma, porque es el entrenamiento de cualquier efectivo de la orden en nuestro país
• -       Esto lo hace cualquier niño de colegio – dije muy cansada y quitándome restos de… no sé qué pegajoso de mi cabello -.-
• -       Pues tienen razón, pero no cualquier niño recibe este tipo de trato por siete horas seguidas, si se han dado cuenta ni siquiera han almorzado
• -       Es cierto…
• -       Pero es mejor dejar eso de lado por ahora, porque lo que sigue en su entrenamiento, es el paso final… de su poder
• -       ¿Paso final de nuestros poderes?
• -       Primero entrenaron como cadetes de cualquier institución de orden, pero ahora… tienen que entrenar al grado de los legionarios
• -       Pero si solo hemos entrenado un día…
• -       Exacto, para eso entrenaran igual todos los días hasta el viernes, hasta el mediodía, porque ese es el entrenamiento básico, y el avanzando será toda la tarde entrando a la noche
• -       ¿Qué? Hubiera dicho eso ¡desde el maldito principio!
• -       Oh… me olvide niñas
• -       ¡Cómo se olvide de otras cosas! – dijo Milagros molesta
• -       Toda la tarde comenzara su… infierno interno, porque deberán de entrenar toda una vida en menos de 100 horas. Le llamaremos el entrenamiento de las 25 horas, hahaha lo acabo de inventar
• -       Que ingenioso, pero no entiendo bien – dije confundida ante este nuevo entrenamiento
• -       Es fácil de captarlo, durante esas 25 horas entrenaran con todo para probar realmente su fuerza y ser eficaces de darles batalla a esos legionarios. Pueden esquivar balas, tener todas las armas posibles a su alcance e incluso contar con escudos o chalecos antibalas, pero ni eso podrá defenderlas de los bestiales poderes de esos legionarios, recuerden, ellos tienen poderes sobrenaturales que son… ilimitados
• -       ¿Ilimitados? ¡Entonces que probabilidades tenemos!
• -       Ninguna
• -       ¡¿Qué?!
• -       Sin mi ayuda, ninguna quise decir, porque esos legionarios no tuvieron a alguien de mi edad y sabiduría para saberles entrenar adecuadamente, y es por eso que yo estoy aquí. Como buen servidor de la patria y la real causa que me cierne entre los hombros, les prometo niñas, que el viernes se volverán las chicas más letales de todo Lima, o de, todo el Perú
• -       ¡Fantástico! – dijimos ambas
• -       Ahora, deben de descansar porque mañana se inicia este entrenamiento. Trae tu espada niña coreana, y tu ojona traes tus ojos y come zanahoria, eso te ayudara a mejorar la vista
• -       Está bien… pero no nos diga así – dije ante alguna molestia futura de Milagros
• -       Esas son sus chapas… porque al parecer necesitan un sobrenombre, pero en fin, no tienen que preocuparse, o mejor dicho si tienen que hacerlo. Ustedes son diferentes al resto, y de eso estoy muy agradecido, al parecer Dios no ha perdido la fe en este inmundo y detestable país
• -       ¿Odia al Perú?
• -       Desde el fondo de mi alma… pero eso no me quita el derecho de cambiar mi opinión… si ustedes nacieron en esta época justa a la legión y otros problemas mundiales, es por algo, y ese algo es por el cual lucho, ahora a descansar, nos vemos temprano señoritas

Nos ayudó a subir las escaleras, y dejamos el gran vacío en oscuridad al señor Reynaldo, mañana empezaría una nueva aventura en nuestras cortas vidas… algo muy curioso, es que estaba con mi mejor amiga, y espero, que eso le agrade mucho.

• -       Esas niñas… realmente tienen mucho poder, por un momento pensé que no seguirían con esto, pero todo esta predicho desde hace tiempo, es igual a esos jóvenes que ahora obtienen su poder en las provincias, ojalá que mis clones puedan entrenarlos adecuadamente
• -       Eso depende de cómo veas las cosas
• -       Hahaha… hace mucho tiempo que no te veía niño, dime, ¿Cómo está tu esposa?
• -       Bien, las cosas están bien, pero un divorcio se interpone en esa felicidad, y yo no deseo para nada algo así, puede afectar la salud mental de los niños
• -        No creo que unos jóvenes ya formados tengan que preocuparse por sus padres… además, tu nueva novia presidencial es muy guapa, harían bonita pareja
• -       Claro… debería también pedirle que redecore este lugar, ¿no Reynaldo?
• -       Si quieres hacerme ese favorcito, pero antes déjame preparar algo de café, estoy seguro que tengo algo en la cafetera, Alexander Carpio
• -       Supiste que era yo desde un principio ¿verdad?
• -       Esa voz es irreconocible, es como oír a tu padre otra vez…
• -       No hables de ese sujeto por favor, ya sabes porque estoy aquí, tío
• -       Puedo hablar de mi hermano, tu siempre fuiste mi sobrino favorito sobre todas las cosas, después de lo que paso en…
• -       El pasado es pasado

Nunca tuve la necesidad de cerrar la puerta, ni tampoco poner algún candado a esta vieja casona, todos los fumones o choritos del lugar sabían exactamente que encontrarían al entrar a este lugar, solo desolación y un triste final para sus vidas, pocos me conocían, junto con los poquísimos que se acercaban a darme algo de comer, pero no era necesario tanto escondite para los legionarios, después de todo, su nuevo líder, es mi querido sobrino.

Mi hermano menor heredó esa carga en sus hombros y se empeñó demasiado por tratar de gobernar el Perú como lo hacía la Alemania Nazi, unidos bajo una misma pasión por su patria y superioridad inca ante todo… pero olvidaba una cosa, que esa tal supremacía indígena, era totalmente tan absurda como la blanca. Nuestro país era una fusión de culturas, y eliminar a quien no fuese indígena puro, era eliminar a toda la población, por eso es que desistí mi permanencia en ese grupo.

Si hubiese sabido desde antes que su hijo tendría que asumir esa responsabilidad de mierda por culpa de ese sujeto a quien no puedo decirle hermano, lo mataría antes de hacerlo pasar lo que pasó… pero hablar de eso, es del pasado. Ahora el futuro es otro y los protagonistas son nuevos.

• -       Y bien tío… ¿me vas a decir amablemente donde están esos “héroes debajo del puente que estas entrenando?
• -       ¿De qué hablas Alexander?
• -       Ya te lo dije tío, soy el general…
• -       El general supremo de las fuerzas legionarias peruanas Alexander… blah blah… ¿Cómo te enteraste de ese grupo?
• -       Entonces es cierto, pues salió en un pequeño segmento del diario La República… una noticia muy perspicaz y de vista heroico, pero sus héroes mucho mejor – me entregó un periódico reciente donde estaba encerrado en un gran círculo rojo, a dos misteriosos jóvenes ayudando a escapar de la muerte a dos señores
• -       Tal parece que tu pupilo soltó unas palabritas todavía no autorizadas por tu presencia, ¿verdad?
• -       Mmm… sin duda, los jóvenes siempre son imprudentes… y ahora que sabes quienes son, piensas chantajearme con decirles que paren todo y no hacerles daño… ¿cierto sobrino?
• -       Salvo que eso sería mentir, soy el líder de los legionarios… y por ende
• -       Por ende… sabes que yo tampoco puedo quedarme con los brazos cruzados, aunque me superes por pocos años… Alexander

Una figura con terno negro aparecía en la habitación apoyado en la puerta, sosteniendo su gran espada y la otra siendo arrastrada por el piso como signo de advertencia.

• -       ¡Bravo! ¡Dos pájaros de un tiro!
• -       No lo creo Alexander – hablo Ariano – serán cinco pájaros de un tiro, tus muchachos están detrás de nosotros, y ahora contemplaran, ¡su final!