Capítulo 95: “Los Héroes debajo del puente, Luces”

Tres jóvenes cubiertos con el gorro oficial de las águilas negras, encapuchados y portando chalecos antibalas esperaban en el primer piso, cualquier orden de su superior para atacar al vagabundo y al sujeto millonario amigo del viejo.

• -       Al parecer trajiste a tus matones chibolos para hacer tu trabajo, que bajo ha caído el general de la policía… - dijo Ariano riendo para sus adentros
• -       Puedes hablar todo lo que desees, pero esos niños están muy bien preparados para cualquier cosa, utilizan sus dones de la naturaleza, al igual que los Soulos, por cierto, ya deben de estar…
• -       Bien entrenados sobrino – interrumpió el viejo vagabundo – ellos volverán para romperte el culo como debió hacerte de niño, y esos otros chibolos allá abajo, diles que suban, si quieren pelea, bien, pero antes unas palabras de bienvenida, no quiero que destrocen todo este maravilloso arte
• -       Un viejo recuerdo de mi tía… ¿no?
• -       Por supuesto, ambos siempre te quisimos, pero al final, la familia se encargó de destruir lo que una vez formó
• -       Si ya dejaron de hablar del pasado – hablo Ariano – hay otros tres niños abajo con poderes sobrenaturales de los cuales tenemos poca info viejo…
• -       Descuida, solo vinieron como observadores – dijo Alexander – no les he dado alguna orden, solo vine aquí para hablar y saber su respuesta final tío… ¿se rinde, o afronta las consecuencias? Si te rindes, tus muchachos podrán irse del país sin ningún riesgo y comenzar de nuevo en otro lugar… pero si toman la opción B, pues… tendrán que temer y morir en vano
• -       ¿Eso es una provocación?
• -       Para nada señor Ariano, ahora respóndeme… ¿Qué decides?
• -       Es obvio que…
• -       Cállate Ariano – hablo gritando el señor Reynaldo

Un mar de confusiones y temores se presentaban en toda la salita que su esposa ya fallecida había decorado con tanto amor para sus hijos y nietos… pero ahora esos tiempos fueron destruidos en su debido momento, ahora estábamos en otro instante de la vida, uno donde no existía un regreso posible hacia la felicidad, y con una decisión bien difícil de tomar o solo pensarla por unos segundos.

La vida de los jóvenes Soulos, que apenas conocían su poder o talento natural, su descendencia y gran divinidad que los acompañaba, a punto de enfrentarse a sujetos tan poderosos que por sí mismos podrían conquistar todo Sudamérica con solo mirar al enemigo de frente… pero la otra opción, era tan simple como complicada, esa, era la única respuesta.

• -       Vienes a mi hogar… y me das opciones como si nada junto con unos niños matones esperando abajo para matarme… ¿quieres que te conteste de buena manera o de muy mala gana?
• -       …
• -       Sabes mi respuesta sobrino, ahora lárgate de mi casa y espera la hora final, será en la batalla donde todo se demostrara
• -       Como quieras viejo asqueroso, cuando mate a tus niñitos, tu cabeza va a ser colgada en el mismo lugar que Túpac Amaru II… nada de disfraces al estilo Guzmán
• -       Como digas sobrino, pero antes… no olvides de quien soy

Un golpe de su brazo derecho, cubierto de una extraña armadura rojiza y anaranjada golpeo con toda fuerza el rostro del general, enviándolo hacia fuera de la sala oscura e impactándolo con gravedad en el piso. Sus ayudantes se acercan para atenderlo, pero su líder les obligó a quedarse donde se encontraban, al parecer, este estaba sonriendo por su golpe sorpresa.

• -       ¡Hahaha! – se rió de ese golpe que le había sacado algo de sangre del cachete izquierdo – ¡no has perdido la voluntad de pelear viejo! Pero ahora no es el momento de luchar, está claro que aún puedes moverte por ti mismo… enviar a mis soldados seria enviarlos al infierno, el mismo infierno que pasan los otros Soulos ¡ellos ya deben de estar muertos!
• -       Habla lo que quieras, pero los Soulos y los héroes debajo del puente te derrotarán, y nosotros los maestros nos encargaremos de cumplirlo estúpido – dijo sosteniendo ambas espadas con fuerza y señalando su cabeza como advertencia
• -       ¡Nos vemos para navidad!

Los cuatro se fueron rápidamente del lugar subiendo a sus camionetas pertenecientes al escuadrón de las águilas negras, el camuflaje de los legionarios. Una vez se fueron, no pudimos identificar a los tres chiquillos, los nuevos reclutas de la legión, pero si pudimos adivinar su próximo movimiento. Si bien no trajeron a sus superiores para encargarse de nosotros, era porque quizás se encontraban en otro lugar, y lo más probable, sería que se estuviesen buscando a los Soulos en las provincias.

Pero, a ellos le deje una copia de mí mismo para que los guiara en su camino hacia su poder verdadero, mientras nosotros nos encargábamos de las cosas aquí en Lima. Pero ahora que sabíamos sobre las verdaderas intenciones de nuestros enemigos, sin embargo, teníamos algunos problemas y poco tiempo de averiguarlos, debíamos de saber de quienes obtenían sus ingresos financieros, ¿y para qué carajo necesitaban esos cañones antiguos?

El general de la armada policial y seguramente del ejército me había amenazado con matarme y junto conmigo a los Soulos si es que no desistía del plan, pero él puede estar al tanto de los planes, pero eso no determina el resultado final entre ambos puntos del puente. Teníamos las de perder, pero confiaba ciegamente en el equipo que tanto trabajo costo el formarlo, pero ahora dependía de ellos.

Los días transcurrieron al igual que los entrenamientos para ambos equipos, mi grupo formado por esa jovencita asiática  y la otra chica de tez oscura de nacimiento lurinense. Y por el otro lado se encontraba el genio de los cerros y el bebedor social futbolista, se notaba que ambos grupos nunca estarían de acuerdo, pero si o si necesitaban apoyarse, después de todo, los cuatro formarían parte de un gran mayor equipo. Pero mi perspectiva de vida cambio cuando esa jovencita con rasgos chinos o japoneses vino hacia mí el jueves, dos días antes del inicio, con un libro de historia japonesa y muy entusiasmada por saber que debía de saber de su pasado.

• -       Disculpe señor Reynaldo, con toda formalidad, ya hemos entrenado con mucha dedicación, incluso ya soy capaz de sostener mi gran espada con rapidez… pero – dijo Kim Joan
• -       ¿Pero qué?
• -       Quería saber… como es que realmente funciona eso sobre… mi pasado, y cuál es mi destino con esta espada
• -       … yo no se dé historia japonesa hija
• -       Pero… algo tiene que ver con los demás que están encontrando su relación con su pasado en las diferentes provincias ¿verdad? Quiero decir… si ellos son descendientes de los incas, entonces, ¿de quién desciendo yo?
• -       Eso no deberías de hablar conmigo, eso se queda en familia. Yo no puedo decirte quién demonios fue tu bisabuelo o tu familia entera, pero sí puedo decirte como… comunicarte con esa parte y que te de la fuerza necesaria para seguir fortaleciéndote
• -       ¿La fuerza necesaria?
• -       Tienes fuerza para escuchar o quieres pasarlo para mañana
• -       No… ¡estoy bien! ¡Dígame todo para lograr vencer a esos legionarios y convertirme en heroína!
• -       Hahaha… igual de vacilante que Jerouu

No existe ningún secreto en la recordación de los ancestros. Los antiguos habitantes del imperio incaico heredaron toda su sabiduría de otras culturas, precisamente de la costa, sierra y selva, quienes fueron los primeros en abastecerse de conocimientos sobre el mundo de los vivos y los muertos. Los incas entendieron esta idea como la fuente de conexión entre espíritus y seres vivos, para ellos, el mundo de los dioses habitaba entre nosotros, pero eran los incas los únicos capaces de hablar con tales seres místicos y a la vez extraordinarios.

Cuando los incas se volvían señores descendientes de los dioses en la tierra, tenían que aprender sobre su pasado y cuál era su función en esta vida, pero no era sencillo. Al igual que todos ustedes, pasaron por duras pruebas e infinidad de entrenamientos que fueron pasados por los quipus. Los quipus eran utilizados para contar todo registro histórico, cultural, alimenticio y demás del gran imperio, y fueron estas herramientas tan elaboradas de entender que educaron y le mostraron el verdadero poder de los antiguos incas.

Una vez que estos candidatos a señores incas habían alcanzado tal habilidad de comunicación entre vivos y muertos, los podían llamar “Sapa Inca”, que era el apelativo para el nuevo gobernador y líder de los indígenas. Se volvía un maestro entre los vivos en controlar las fuerzas de la naturaleza y un chamán gracias a sus habilidades de comunicarse con los espíritus. Pero todo esto se perdió cuando los europeos llegaron a América, al no entender de tal conexión y avance de humanidad, decidieron destruirlo todo para que esa mágica tradición dejara de vivir entre los descendientes de los Sapas.

Sin embargo, no todo acabo allí, gracias a mis investigaciones pude contactar con algunos maestros de la historia, como el mismísimo Julio C. Tello, pudimos encontrar las piezas claves de esa legendaria sabiduría inca. Y fue con ustedes donde todos esos años de sacrificio, entrega y honor fueron recompensadas con sus nacimientos. Ustedes han heredado esa voluntad férrea de unirse con la naturaleza, pero no para gobernar, sino para ayudar a los demás. Y es por eso que tu antecesor fue también conocedor de esta arte Sapa. Tú también puedes llegar a alcanzar ese título de Sapa Inca…

• -       ¿Yo una Sapa Inca? ¿Me transformaré? … ¿o algo así?
• -       Por supuesto, cuando unas tu fuerza de vivir, con el pasado que te rodea, la naturaleza de su poder… podrás pasar a un nivel totalmente diferente, la primera Sapa Inca oriental, pero, antes tendrás que entender de tu pasado… si realmente eres de descendencia japonesa o peruana, yo no se
• -       Caracho… - suspiré – entonces… debo seguir preparándome estos dos días, y encontrar mi fuerza interior, tal vez no pueda mover objetos con la mirada ni traer cosas de los sueños… ¡pero tengo una espada muy filosa y soy capaz de moverme a gran velocidad!
• -       Esa es la actitud Kim, ahora vete a casa y descansa
• -       ¡Gracias señor Reynaldo!
• -       No me agradezcas, todavía no, esto recién empieza

Escuchando a través de unos auriculares, caminando por la plaza Manco Cápac

• -       Con que… Kim eh… bien, entonces tendremos que, enseñarle quienes son los verdaderos héroes en esta historia