Un solo enemigo puede hacer más daño que el bien que se pueden hacer diez amigos juntos.
Jonathan Swift
Un
jueves sin nubes, tan despejado como calmado, el gran árbol dentro del campito
de flores reboza de alegría, las clases por hoy han terminado, como también el
ciclo. Finalmente somos libres de las aulas y las presentaciones Power Point,
pero temo por mis notas caracho… bueno a mal clima buena cara, ¿eso dice el
refrán no? Pero ojalá todo salga bien.
- - ¡Hola china Kim! – era Héctor, un buen amigo y a la vez algo molesto pero divertido
- - ¡Hola Héctor! – le saludé con un pequeño beso en la mejilla
- - ¿Y qué tal pues? ¿Qué harás en vacaciones? O peor antes te traje un pequeño obsequio
- - ¿un obsequio? No tenías por qué hacerlo… - dije sin mirarlo pero en el fondo si quería un regalo
- - Pero si lo hice, porque eres tan orgullosa ¿eh? Bueno, a ver si te gusta, sino me lo das y se lo doy a Milagros
- - Hahaha está bien lo aceptare, muchas gracias por el detalle
Abrí
el pequeño regalo que estaba en una bolsita de colores marrón y azul, y era una
especie de collar, al parecer era cristal, pero un cristal muy azul, jamás me
habían regalado algo parecido, ¿pero era por algo más que una muy buena
amistad? No quería confundirme de nuevo ni tampoco a él, aunque fuese muy bueno
y pues… un obsequio es siempre bienvenido.
Seguimos
conversando alegremente hasta llegar cerca del lugar donde los estudiantes se
relajaban y a la vez pedían ayuda a cualquier profesor en cuestión de notas. El
nacimiento ya estaba armado con sus figuras prominentes de la sagrada familia
enardeciendo ese fruto único de la unidad familiar y la felicidad eterna. Justo
al lado un pequeño arbolito artificial con regalitos de cartón o tecnopor para
dar la dicha de navidad, demasiado pequeño ese árbol.
Nos
sentamos en los murales cortos de color rojo que sostenían las paredes de las
oficinas administrativas de la facultad, justo cuando pensaba que no podía ser
más chico el lugar, esto ya parecía una casa cualquiera que un verdadero centro
de estudios. Justo al momento de sentarnos apareció mi nueva amiga, Soledad, quien
trabajaba en el área de la biblioteca dentro de la facultad, para sorprendernos
con su risa y comentarnos que haríamos después de las clases, justo el ideal
para hablar sobre eso era Alex, otro buen amigo de estilo rock muy duro y negro
para dar detalles sobre pasarla en algún lugar o tonear toda la noche.
Mientras
hablábamos sobre nuestras cosas personas fue donde apareció Alex sin nada de
mochila para hacernos reír con sus bromas sugestivas y a la vez también
contarnos sobre sus planes en las vacaciones, en casi las últimas vacaciones
que tendríamos como estudiantes de universidad, pues ya no se encontraba tan
lejos la puerta para adentrarnos en el mundo de los trabajos empresariales y
periodísticos.
Por
supuesto, no pude comentarles sobre los nuevos acontecimientos que atravesaban
mi cabeza en estos momentos, sobre el entrenamiento secreto que Milagros y yo
seguíamos para conseguir ese grado de “Sapa Inca” con nuestros poderes
especiales, y derrotar a una malvada organización secreta que pretendía gobernar
el país como cualquier cosa. Todo eso quería comentarles para sentirme
demasiado orgullosa, pero era muy peligroso explicar sobre eso, ambas quedamos
en no decir a nadie, ni siquiera a nuestros padres de estas cosas… hasta ahora.
- - ¿Han oído las últimas noticias? Al parecer han incendiado algunas comisarías en diferentes ciudades de diferentes provincias… - hablo Soledad
- - Diferentes ciudades en diferentes provincias, bien dicho eh – respondió Héctor con sus malentendidos
- - Sí, es cosa seria, tan seria como aprobar estadística… pero si, dicen que han volado varias comisarías y que, han notado a jóvenes con raros poderes hacerlo, incluso hay fotografías donde se ven gigantes negros apareciendo… hablo Alex con su sarcasmo habitual
- - ¡Grandes negros! ¡En eso si te fijas! – respondió bromeando Héctor
- - ¿De verdad? ¡Que más ha sucedido!… ¡cuéntanos! – hablé intrigada sobre estos casos, pues al parecer, tendrían relación con los Soulos… con Jerouu
- - Pues aparte de quemar esas comisarias, al parecer algunos poblados han tomado justicia en sus propias manos, ha habido casos de terrorismo por parte de esos jóvenes, junto a grandes masas de personas que intentan marchar contra el gobierno actual
- - ¡Qué mal! – dije totalmente frustrada por como tachaban a mis compañeros de entrenamiento – pero… no creo que sean terroristas, ¿y cómo es eso que tenían poderes extraños?
- - Déjame explicarlo china – interrumpió Alex mientras sacaba un diario, “El Correo”, leía algunas noticias, pero lo destacable era la portada – como ves en la portada, una chica que lanzaba rayos de sus manos destruyó parte de la comisaria, y al lado, un chico usando un bastón de madera rompiendo el suelo, creo que son trucadas las imágenes, pero si hacen eso contra los polis, pues es terrorismo pes, pensando china
- - Es cierto, son terroristas, y a la vez fenómenos, que los atrapen, fácil aparecen en el circo… - dijo Héctor mirando hacia el patio de la facultad
- - No merecen tales calificativos… creo yo que tienen una razón importante para hacer todo eso, digo, quizás están hartos o saben algo feo de los policías
- - Pero da igual, con tal que no lleguen a la capital, por mí bien – dijo Soledad con frescura – esos son monstruos, y como tales deben de ser tratados por la justicia, capturados…
- - Pero, yo no creo eso, todos tienen una razón
- - Por supuesto, pero las razones no justifican hechos conflictivos china, es cuestión de ver el mundo de la mejor manera
- - ¿Mejor manera? ¿Una manera gay? – dijo Alex bromeando
- - Hahaha, me refiero de la manera como lo vería un verdadero gobierno, un verdadero y autentico poder absoluto que se encargue de todo, viviríamos mejor bajo un sistema por igual, donde no existan robos, ni violaciones ni nada de mierda deambulando por las calles en busca de dinero… un todopoderoso sistema
- - ¿De qué hablas? – me sentía algo fastidiada, en algún lugar había oído ese mismo discurso
- - Ya pronto lo sabrás china, hehehe
- - Ok… por cierto Héctor, ¿Has visto a Milagros?
El
señor encargado de la administración apareció de las aulas administrativas
portando un megáfono color rojo y blanco se dirigió hacia el público
estudiantil, parándose sobre una silla plegable, su discurso era mucho menos
alentador de lo que pensaba.
“Estudiantes,
por favor reunirse de inmediato dentro de las aulas, al parecer han tomado
palacio de gobierno, un grupo armado no identificado ha tomado por asalto el
palacio de gobierno y ha amenazado al presidente de muerte si es que no se
obliga a la población a permanecer dentro de sus casas. Por ende se ha decidido
suspender cualquier actividad académica durante el resto del día, por favor
regresen a sus casas temprano y esperen nuevas indicaciones del rectorado. Pero
antes se pasará revisión a todas sus mochilas por órdenes de la policía. Al
parecer habría infiltrados de ese grupo terrorista en algunas universidades, todo
es calmado señores y señoritas, por favor mantener el orden y la calma. Sólo
revisaran sus mochilas, nada más y se podrán ir.”
¿A qué
venía todo esto? ¿Qué estaba sucediendo? ¿Han tomado palacio de gobierno? Eso
quiere decir que… ya han empezado, los legionarios se han apropiado del poder y
ahora tienen secuestrado al presidente… ¡daebyeon! Era momento de actuar,
pero… si revisaban mi bolso verían la pequeña espada que cargo, y me detendrían
de inmediato, carajo… ¿Qué debía de hacer? La única opción era dar una
detallada explicación hacia los policías, ya se les oía venir… o en cambio,
gracias a mi entrenamiento especial, podría subir al cuarto piso e intentar
llegar al techo sin que nadie me viera.
Justo
en el cuarto piso existe un salón por donde sus ventanas dan paso a unas
calaminas y al lado a un techo de madera, justo podría irme por allí y escapar,
para encontrarme con el vago, pero antes debía de encontrar a Milagros, ese
sería mi plan. Carajo… justo ahora comienza todo esto, debo de rescatar al presidente
¡mi primera gran misión como heroína debajo del puente! ¡Qué emoción!
Mientras
algunos estudiantes se dirigían a los salones para sacar sus cosas y formarse
abajo en el patio, yo subía rápidamente por las escaleras sin que casi nadie
notase mi presencia, y en ningún momento vi a Milagros, ojala haya venido… o
que no le haya sucedido nada. Llegué al cuarto piso sin que nadie sospechase
nada, mis amigas ya estaban regresando de comprar, así que no tenía mucho
tiempo, cuando ingrese al salón 402 para cumplir lo que pensé minutos antes… un
gran torrente de agua ingreso raudamente hacia mi lado, impactando en el
escritorio donde el profesor impartía sabiduría, destrozándolo en instantes
como si fuese una galleta, una gran presión de agua ingresó nuevamente hacia
mí, si es que no lo hubiese visto antes, me habría matado. Logré esquivarlo e
irme hacia el fondo del salón ¿Qué mierda sucede?...
El
proyector se encendió por arte de magia, yo seguía confundida en el fondo sin
poder pensar claramente. La salida se encontraba a centímetros de mí, pero
acercarse sin saber exactamente que habrían sido esos potentes chorros de agua
era un total suicidio, hasta que finalmente apareció en la pantalla… un extraño
símbolo con forma de… cruz invertida o algo desfigurado, no entendía nada.
- - Es el símbolo de nuestra causa, china
Una
voz muy conocida comenzó a destacarse dentro del aula, y en eso una figura de
mediana estatura apareció en la entrada del salón… ¡era Héctor! Pero… portando un
gorro, que era de la misma policía… o más bien una boina roja, que creo le
pertenecía al escuadrón de águilas negras. ¡¿Qué… mierda?!
- - Lo siento china, debí explicártelo antes, iba a hacerlo pero esta noticia me saco del todo… pero pronto acabara, bueno, acabará para ti. Lo siento
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