Ser bueno no es un derecho, es un deber
Pocos
saben lo importante que es la historia para uno, pero muchos se dan cuenta
cuando se cometen los mismos errores, errores garrafales y nauseabundos,
horribles y espantosos, tanto como el nacimiento del odio, es tan indiferente a
lo que podemos decir de lo que vemos en nuestras capitales. Fueron catorce o
trece, doce o quince, decidamos entonces, decidamos como ultima verdad.
- - ¿Y entonces, que deciden? – pregunto el vagabundo con la mirada perdida en su hamburguesa con mayonesa
- - La respuesta es, si, seguiremos con el plan de acabar con esos tipejos – reafirme mi postura – lo hablamos entre todos y tienen razón, aunque logremos nuestras metas, no podremos completarlas totalmente, por culpa del nuevo gobierno, el pueblo y toda la gente que no desea meterse en esto, al ser nosotros los únicos que sabemos de este asunto, también los únicos que tienen la capacidad mental y mágica de derrotarlos, entonces, usaremos nuestros poderes para hacerlo realidad. La realidad la cambiaremos y será para un bien mejor, el resultado será libertad para todos, ¡derrotaremos a la legión! – me levanto y con mi puño derecho levantando me sentí inspirado
- - ¡Bien! Estos niños están felices y con muchas ganas hahaha – dijo alegremente Ariano
- - Con la felicidad no basta – contradijo el vago – mucha huevada de caras felices y pocas bolas para enfrentarlos
- - Solo intentaba dar ánimos – desapareció la sonrisa de Ariano - pero, ellos tienen que saber exactamente que hacen sus poderes, ya es momento de decirles que pueden lograr cuando dominen sus apreciados dones, quienes son y cómo los obtuvieron sin que ellos supiesen algo
- - Claro… ¿por dónde comenzare? – medito unos minutos el vagabundo, sentado en el sillón mientras tomaba café y terminaba de comer su deliciosa hamburguesa – como me gusta el café…
- - … - pasaron 10 minutos
- - Este… - iba hablar Ariano pero fue interrumpido
- - ¡Oye vagabundo! ¡Ya estamos esperando más de 15 minutos! Dinos ahora sobre nuestros poderes... carajo – interrumpió Sylvana con su impaciencia característica
- - Solo quería terminar mi café – respondió pausadamente – pero si, comenzaré con la última integrante, Luna Graciela Norabuena
- - ¿Yo?... pero… yo no tengo poderes… solo este maldita cosa - hablo Luna
- - Sé que crees que tus poderes son una mierda de maldición o alguna tontería como esa, pero, es todo lo contrario, tu poder proviene de los “Apus”
- - ¿Los Apus? – hablo Carlos
- - Oye pintor, cuando hable de tu poder, hablas, sino, cierra la boca
- - Perdón… solo quería saber más- se calló Carlos
- - ¿a qué te refieres, con los Apus?
- - Los apus…– explico el vago
Los
Apus son llamados a las montañas altas en la sierra y costa central del Perú,
junto con Bolivia, eran adorados como dioses y protectores de la naturaleza en
tiempos antiguos, se dice que estas montañas eran los guardianes del saber y el
origen humano y de cada elemento de la tierra en su región, en total, existen
como quince guardianes a lo largo de los Andes.
Su
poder recaía en conservar toda la naturaleza intacta y proteger a los
habitantes de la región ante cualquier amenaza, solo se alzaban cuando la
situación era peligrosa, su poder devastador eran tan destructivo pero, enormemente
noble y preocupado.
- - ¿noble y preocupado? – todos nos sentamos en el piso, formando un circulo alrededor del vagabundo, como si fuésemos niños a punto de escuchar un cuento antes de dormir
Solo
atacaba a los enemigos de la naturaleza, pero no el campo de batalla, lugar que consideraba una esencia viva de la
tierra misma. Consideraban la lucha, como un mal sangrante de la humanidad, y
preferían quedarse inmóviles, siempre vigilando su territorio y la naturaleza
en que habitaban, pero, una vez, un hombre con poderes divinos, logro hacerse
con el control de los Apus, y usar su poder a su antojo.
- - ¿Quién fue?
El
mismo Cápac Yupanqui, tu antepasado
inca, apodado, “el primero que conquisto fuera del Cuzo”, gracias a la ayuda de
su poder, el mismo que el tuyo, logro convocar a un gigante hecho de tierra y
piedras, y con su poder, lo utilizo totalmente para defender y conquistar a los
demás pueblos del futuro imperio incaico.
Él
fue tan valiente y poderoso con su poder, pero también muy idiota y acelerado,
no pensaba sus acciones al pie de la letra, y al final, fue envenado por uno de
su servidumbre, y su poder se perdió en la nada, sin poder heredarle a alguien
o dejarlo como siempre estuvo, en las montañas donde descansarían los antiguos
gigantes.
- - ¿pero… porque exactamente yo herede ese poder?, ¿Por qué no mi madre o alguno de mis abuelos?
Porque
tu naciste con algo especial, no se mucho de biología o esas vainas, pero sé
que tu sangre, mejor dicho, tu ADN es diferente, y el hecho de pasar por esos
momentos tan difíciles, fue el activador de tu poder, quisieras o no, ya lo
activarías en un futuro, tu heredaste su poder, mas no su capacidad de pensar,
cosa que fue bueno.
Por
eso pudiste convocar a ese gigante semitransparente detrás de ti en esa ocasión,
pero, hay algo raro en ti, mejor dicho, en la forma como lo usas.
- - ¿a qué se refiere… señor?
- ¡Hahaha! ¡La primera vez que me dicen señor en mucho tiempo! Pues, ¿Qué has sentido cuando ese gigante aparece? ¿Qué emoción usas para utilizarlo?
- - Yo… - con la mirada baja – no lo utilizo, simplemente aparecen sus dos brazos gigantes y deformes, comienzo a sentir… ira, odio, furia y otros sentimientos de rencor… todo lo veo negro en ese momento, salvo las personas, que aparecen en color rojo… marcadas, como si… fuesen blanco para exterminar… eso es lo que siento…
Eso
es lo que me preocupaba, Yupanqui solo utilizaba su valor o coraje para
convocar a ese gigante detrás de él y destruir a sus enemigos, pero contigo,
cuando tu odio es demasiado grande, aparece. Es difícil explicarlo, pero, creo,
que es una maldición/bendición, aunque, si logras dominar esa ira y someterlo a
tu voluntad, generosa y buena, podrás convocarlo a tu gusto, pero es
preferible, en momento de urgencia o necesidad.
- - ¿controlarlo? – se levantó – ¡esa cosa de energía!... ¡no se puede controlar! Aparece en mí y genera destrucción a su paso ¡Así ha sido desde el colegio!
Pero
no fue una maldición cuando salvaste a Jerouu de caer de un piso de cuatro
pisos, ¿verdad?, en ese momento, lo utilizaste a tu favor. Lo utilizaste para
salvar, y no para matar, eso es lo que busco y tú deseas de verdad, ayudar a
todos. Lo utilizaste en bien y no para el mal, por eso tienes ese don. Los Apus
confían en ti desde siempre, te han dado su don para proteger al mundo, ya no a
las regiones donde ellos habitaban, sino, al Perú entero, o mejor, al mundo.
- - ¡Oh!... entonces… ¿por dónde empiezo?
- - Depende de ti donde empezar, yo te dejare en un punto del Perú para que entrenes, y el otro sábado de la otra semana, regresarás a Lima, para tu entrenamiento final con Ariano, y el poder que despiertes
- - O.O – abrió los ojos de tal manera que sus lentes se le cayeron ¿todo eso hare?, pero, ¿y mi madre? No puedo dejarla sola
- - Yo y el pituquito de mi lado hablaremos con ella
- - Gracias… - hablo Ariano
- - ¿y cómo que es ese poder que despertare?
- - El poder de convocar al antiguo inca, y fusionarlo con el dios protector que posees como poder, el Apu, el segundo nivel de tu proeza como ser humano
- - …, aun no entiendo del todo – dijo confundida
- - Descuida, con el entrenamiento en el distrito que te mandare, lo entenderás
- - ¡Ahora me toca! – interrumpió bruscamente Carlos, desesperado por saber de su pasado
¿Tu,
niño?, eres demasiado ruidoso para decirte tu verdadero poder. Carlos, un joven
amante de las artes y el surf, está dispuesto a saber sobre su poder, su
antepasado y claro, a donde puede llegar.
Bien
niño, te diré entonces acerca de tu antiguo predecesor, pero, eres totalmente
diferente al inca.
- - ¿Cómo que totalmente diferente?, ¿era mujer?
- - No, me refiero huevón, me refiero a que él era astuto y hábil, tu… un bueno para nada y aspirante a delincuente para colmo
- - ¿eh?... pero… ¿Qué?
- - Su nombre era, Mayta Cápac, el primero en usar armas destructivas masivas en el imperio Inca
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