Esa
iba a ser mi primera misión como una verdadera heroína, tal como lo dijo ese
viejo vagabundo con ese raro millonario, reinventarnos y salvar al país de una
catástrofe aproximándose en las próximas cuadras. No tenía la menor idea de que
hacer, pero debía que ser inmediatamente, sin perder tiempo ni demora en crear
planes ridículos, como lo haría Carlos en un momento tan incompetente… salvo
que ahora no estaba.
- - No puedes ir sola a esa fortaleza, si tienes razón y ese poder extraño se encuentra en esa base enemiga, no podrás llegar sola, menos acercarte a la entrada, está fuertemente custodiada, aparte de contar con tanques a los alrededores y varios francotiradores que cubren los espacios altos
- - Misma película de acción, nunca dije que fuese fácil, pero si deseamos ganar, debemos arriesgar todo lo que tenemos. Ya sea mi vida misma la que tenga que sacrificarse, surge esa necesidad en mi de querer hacer algo… y ese algo debe de ser dar lo mejor para liberar a toda la provincia – dije observando cada pedacito de nieve decadente formando charcos blancos en el suelo
- - No podrás llegar ¡Es una maldita locura!
- - Hahaha cuantas personas me han dicho eso y soy una guitarrista profesional
- - ¿De verdad? ¿Eso que tiene que ver? – mencionó Franz incrédulamente
- - No te burles niño. Pero ahora no tengo mi guitarra
- - Quieres decir, que no tenemos esperanza
- - ¿No habrá una tienda de música por aquí o algún guitarrista?
- - Pues la verdad…
- - Me lo imaginaba
Un
sonido nos alertó de que algo se aproximaba, parecía el ruido de un gran bus
recorriendo tierra con muchas piedras, que de inmediato le seguían mas ruidos
parecidos… ¡se acercaban buses militares!
- - ¡Mierda! ¡Todos cúbranse ahora! – gritó desesperado Franz - ¡Rápido preparen las armas! ¡Nos encontraron!
- - Ah no, estos malnacidos no se acercarán, si no puedo usar mi arma principal, entonces usaré la improvisación, de todas formas, siempre lo he hecho de esa forma
- - ¡Somos Soulos y venimos en su ayuda!
- - ¡¿Qué?!
Antes
de comenzar el contrataque de la resistencia e intentar crear una guitarra de
aire falsa para canalizar mis poderes, los desconocidos alzaron una bandera
blanca con el símbolo de mi clan, quiero decir de los Soulos, impregnada en el
medio utilizándolo como señal de que venían para algo bien, o eso esperaba.
Los
soldados, contados daban un total de treinta, bajaron de dos microbuses con
armas muy bien preparadas, escopetas, lanzagranadas, granadas e incluso lo que
parecía ser un lanzamisiles guiado, ¡De algo sirvió ver documentales de guerra
en el colegio! Todos bien equipados usando trajes negros con líneas blancas,
con lentes de mira telescópica e infrarrojos, o eso creía ver.
- - Somos el equipo “Huk” (Numero uno en quechua), venimos de parte de las empresas Porvenir Azul, enviados especialmente por el señor Ariano para la seguridad personal de Sylvana Alejandra Mendoza. Fuerza élite especial
- - ¡Caramba!
Estos treinta hombres con sus trajes negros con casacas blancos
cubiertos de corazas y protectores anti balas utilizando máscaras especiales
para ver de noche eran el ejército perfecto para arremeter contra la base
enemiga, ¡En que buen momento habían llegado! Pero todavía quedaba un
imprevisto, solo eran treinta, aunque fuesen los mejores hombres de seguridad,
no sabrían combatir en la nieve y bajo esta cantidad de soldados y policías,
necesitábamos algunos refuerzos expertos en el área.
Conversé con Franz al verse extrañado por la llegada de
estos extraños sujetos, e igualmente calmé con palabras tranquilas a la
población, quienes exigían saber que estaba sucediendo y si tenía algún plan
para devolverles la tierra. Con gusto pude explicarles paso a paso, junto a la
pequeña niña que se acercó para también hablar frente a ellos, la cargué y
juntas hablamos sobre el plan que se me había ocurrido.
Felizmente el ejército especial estaba preparado para
compartir su armamento, al parecer también recibieron órdenes de preparar a la
población para una futura sublevación, sin embargo, todo dependía de la respuesta
del pueblo ayacuchano, de sus residentes y quienes habitaban bajo el poder de
los legionarios, su respuesta indicaría la liberación de su mal ancestral como
dejar las cosas que sucedan por suceder.
No sucedería nada si respondían que no, pero estarían bajo
un futuro mandato por parte de esos seres asquerosos que le quitaron sus
tierras, verían los desastres ocasionados por las políticas estúpidas de esos
tipos, e inclusive observarían sin poder hacer nada como una futura guerra
devastaría todos sus hogares. Era sencillamente cuestión de perspectiva, de ver
qué decisión tomar por el bien de ellos mismos, por querer buscar lo que
necesitaban.
La destrucción de sus antiguas iglesias, de sus monumentos
incaicos, de sus tierras cultivadas durante milenios, y sus hogares ser
arrasados por el fuego destructor de los legionarios, un no junto a un
posiblemente. Les hablé con euforia y verdaderamente de mi corazón, pero lo que
sabía hacer mejor era cantar, una voz unida a un pueblo resistido y casi
devastado podría cambiar las cosas, la voz de alguien que todavía creyese, la
voz de alguien… con una fuerte decisión de cambiar las cosas.
Una canción dedicada a un hermoso lugar llamado Ayacucho,
desde lo oculto de mi corazón, mis hermanos, mis compatriotas, mis amigos… la
pequeña niña con el futuro vivo en sus ojos, esto era para ustedes, con o sin
la ventisca del invierno. Ella pudo cantarles desde su alma…
Si me encadenasen
y lo perdiéramos todo hoy…
Dime sinceramente,
¿todavía me querrías igual?
Si te mostrase mis defectos,
si no pudiese ser fuerte,
dime sinceramente,
¿todavía me querrías igual?
Ahora mismo,
si un juez me condenase a
cadena perpetua,
¿estarías a mi lado?
¿o vas a estar a mi lado?
¿Puedes decírmelo ahora mismo?
Si no pudiese liberar todos tus
anhelos,
amigos, ¿estaría bien? Ven y muéstrenme
que están dispuesta.
Una gran respuesta a ritmo de música y verdad, a ritmo de
corazón y honestidad, una canción dedicada hacia todas las personas que querían
ser libres, que desean ser felices, que desean… vivir en paz, esa fue su
respuesta, iremos a libertad ayacuchana.
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