Heroísmo del mando,
violencia sin sentido y todo el repugnante sinsentido que va por el nombre de
patriotismo - ¡que apasionadamente los odio!
Albert
Einstein
Una
batalla estaba a punto de librarse, dos héroes de diferentes bandos iban con
todo uno contra uno, para la izquierda se encontraba el tipo que soñaba con un
mundo mejor y era líder de una organización clandestina que luchaba contra la
injusticia en el país, del lado derecho, un policía con la firme idea de
meterlo preso por muchos años sea como sea, justicia… ¿contra una verdadera
justicia?
Me acerqué con su furia al límite tratando de entablar el primer golpe directo
a su cara, pero por falta de entrenamiento e incapacidad para controlarse, el policía
lo evito fácilmente y recordó la primera regla en todo combate sin armas, “nunca atacar primero”, el policía lo
sabía y al desviar su puño, este le devolvió el favor con otro aún peor en el
estómago, lo sujeto de la cabeza y otro golpazo con el puño derecho, y no
satisfecho con eso, levanto la pierna
derecha y con un puntapié, lo envió directo al poste de luz al frente de ellos,
ni una sola gota de sudor pensó.
- - ¡Jerouu! – gritó desesperada Kaytlin - ¡Jerouu!
- - Estoy bien… solo fueron palmaditas en la espalda – respondí con ausencia de aire – este poli si sabe golpear, pero no sabe con quién se ha metido ¡segundo round!
Otra
vez fui corriendo con los puños levantados hacia su posición, pero él no se
movió para nada, entonces me dijo a mí mismo, es mi oportunidad, mi momento, me acerqué con todas mis fuerzas y
di en el acto, un fuerte y dañino golpe con mi puño derecho hizo voltear el
rostro del policía hacia un lado, un lado que supuse, era mi victoria, pero el
tipo agarro con fuerza mi muñeca derecha, y me obligó a bajarla con cuidado, al
tener cierto dolor en esa parte del cuerpo, intenté golpearlo con el otro puño,
pero lo detuvo con su pierna izquierda, y otra patada apareció para enviarme
directo al piso, estaba sangrando y me dolía todo el cuerpo, mucho.
- - ¿Eso es todo? – me dijo el policía limpiándose el rostro con un pañuelo
- - Mierda…
- - Ahora la prisión no será suficiente para un delincuente como tú, será mejor para todos que mueras aquí, total, ya no hay ley que impida usar la fuerza por parte de la policía
- - ¿Pero qué chucha estás hablando? – pregunte sin dejar de agitarme y limpiarme el rostro con la manga de la polera que usaba en ese momento
- - Lo que he dicho – saco su pistola, mejor dicho, viéndolo bien, era un revolver ahora que me apuntaba a la cabeza – gracias a las nuevas leyes impuestas por nuestro “querido y amado” presidente Ollanta Humala, también por presión del pueblo, una de esas leyes nos autoriza el uso de armas de fuego y fuerza bruta a quienes se opongan a una detención o revisión, y como tú has cometido ambos delitos, debes de pagar por tu crímenes, tú y tu noviecita
- - Carajo… hahaha – una leve sonrisa se dibujó en mi ensangrentado rostro – Kaytlin escucha, tu familia ya se encuentra bien, están con los médicos y bomberos que han rodeado el lugar, pero, por alguna estúpida razón, no ha ingresado a esta zona de guerra entre ese policía y yo, creo que también están confabulados
- - ¿Pero qué dices? ¡¿Te refieres a que este tipo los controla?! – pregunto desesperada
- - No lo sé… pero será mejor que te alejes, esta zona se ha vuelto peligrosa, y ahora usare todo mi puto poder, aléjate todo lo posible y no regreses ¿de acuerdo? – le dije con una sonrisa roja
- - Pero…
- - Nada de peros Kaytlin, escúchame muy bien, escóndete con tu familia en otro lugar, no le hagas caso a nadie, y lo más importante, es que siempre te he querido desde que te conocí, yo volveré en una semana, cuídate mucho, se buena con tu familia y confía en ti misma, es en ti, donde toda la fuerza está presente a tu alrededor, siempre te extrañare, nos vemos Kaytlin, te… amo… - le dije con un saludo levantando el dedo pulgar hacia arriba, y de inmediato fui hacia mi oponente
Me
lance con furia sobre el policía, mientras cogía el bastón de madera que se
encontraba por suerte a mi lado, y con la mitad de su fuerza golpe su revolver
que lo hizo resonar y al instante lo dejó caer, pero esto no detuvo en nada sus
ganas de seguir golpeando, me agarró del cuello e intento lanzarme con fuerza,
pero con mi bastón detuve su intento con un golpe en el hombro derecho, cayó al
piso mientras seguía atacando a bastonazos, pero reacciono rápidamente y detuvo
con su mano el siguiente ataque de mi bastón, y ¡pum!, otro golpe en la cara.
Se
levantó y cogió su revolver que se encontraba a centímetros de su lugar de
caída, deje pasar el dolor, el maldito dolor que recorría cada célula de mi
cuerpo por detenerlo, si agarraba su revólver, sería mi fin, por suerte, logre
que se cayera usando mi bastón, y con trampa, lo hice tropezar y agarre el
revólver antes que él.
Pero
antes que todo acabase el sonrió y se río por unos segundos, preguntándome si
eso era todo lo que ofrecía, le dije que se jodiera, pero siguió sonriendo como
un maniático, y de inmediato, sus ojos se volvieron rojo sangre, un rojo tan
intenso que solo su iris era visible todavía, un iris negro, ojos rojos y
negros, levanto su mano derecha y este se ilumino y absorbió todo el humo a
nuestro alrededor, sujeto ese polvo físico en su mano derecha e ilumino otra
vez parte de la calle, pero, esa bola brillante comenzó a deformarse, hasta
convertirse en una especie, de bola con espinas en todo su alrededor, ¿Qué
mierda acaba de hacer?
- - Sabes, realmente me importa un bledo esas leyes, yo solo estoy aquí por una sola cosa
- - ¿Qué cosa es esa? Déjame adivinar… - dije escupiendo algunas gotas de sangre
- - Si, matarte, te he visto en periódicos, revistas y otros estúpidos medios de prensa amarillista, donde tú y tu grupito de héroes son los principales responsables de tanto caos que le originan a los policías, y también, eres muy interesante
- - ¿Interesante? – pregunte mientras miraba a ambos lados un camino por donde huir, pero todo estaba rodeado de cordones policiales, y la gente chismosa ya empezaba a acercarse, felizmente la familia de Kaytlin ya se había ido en la ambulancia, ella también
- - Interesante no basta con describirte, sino, poderoso, y eso lo detesto, eres una mierdilla contra mis planes, me gusta pelear con tipos fuertes y matar a las mierdas de pirañas y putos ladronzuelos que se atreven a portar armas, cuando no saben utilizar su poder, ¡por eso me uní a la legion!
- - ¡Por la conchesumare! – grite eufórico - Sabía que pertenecías a ellos, pero… ¡esta tu pelea personal ¿verdad? ¡ENTONCES VEN CON TODO HIJO DE PUTA!
Por
un no sé qué de la naturaleza, un milagro o algo sobrenatural, el bastón creció
de un momento a otro, superando mi altura y llegando a ser parecido… a un ¡báculo
enorme! Me hizo recordar a un báculo de una serie animada, pero no era el tiempo
indicado para recordarlo, sino de atacar. El tampoco perdió tiempo, y ese polvo
físico brillante dejo de brillar, se transformó es una especie de espada larga
y también se dirigió a atacarme, un choque de sables, un choque de héroes.
El
choque entre ambas armas disolvió todo el polvo y levantó nuevos aires a
nuestro alrededor, las personas cayeron derrumbadas ante tal choque de
potencias mínimas a unos cuentos metros de ellos, pero luego de ese breve
choque, como si supiese artes marciales o manejar correctamente el báculo,
intenté atacarlo con todas mis fuerzas, aún con los ojos ensangrentados y
magullados por los golpes anteriores, era capaz de ver sus movimientos y responder,
cosa que también hacia él, su espada transformada cambio de forma nuevamente, y
se alargó igual que mi báculo, pero un golpe en la rodilla propinada por mi pie
izquierdo le hizo imposible completar la transformación, cayó gimiendo de un
dolor placentero para mí.
Todo
parecía estar consumado, las personas se levantaban del piso ni bien fueron
empujadas por un misterioso golpe entre dos armas sorprendentes y poderosas,
tan poderosas que solo estos dos sujetos podían apenas, sostener su gran
inercia. Pero antes de que se cerrara el gran telón para ambos competidores, el
policía convirtió nuevamente su arma en esa bola espinosa iluminante, donde
esta cosa amorfa absorbió pedazos de vidrios rotos y se anillaron a la esfera
misteriosa, transformándola en dos espadas militares, y con eso, nuevamente
empezaría una batalla sin ganador.
No
podía seguir combatiendo frente a toda esta gente, tenía que llevármelo a otro
lugar, una zona donde sus ataques no hirieran a alguien, o peor, que me
detuvieran y me encarcelaran antes de hacer ese viaje. Entonces corrí lo más
rápido posible hacia la avenida principal, con el báculo grande apartaba todo
impedimento para huir del lugar, eso también era para los vecinos entrometidos
que apenas me dejaban avanzar, el policía me siguió y cedió ante la trampa.
Cuando llegamos a la avenida, se cansó de correr y lanzo con toda su ira una de
las espadas intentando cortarme en dos, pero lo vi a tiempo y me hice a un lado
para esquivarlo, lastimosamente, ese ataque no pudo esquivarlo uno de los
micros que pasaban por la avenida, siendo destrozado en segundos con una leve
explosión, por suerte, solo se encontraba el chofer, y este salió ileso antes
de morir en una horrenda calcinada.
Me
detuve a enfrentarlo cara a cara, si ese tipo utilizaba su otra espada en algún
otro objeto o persona, sin duda moriría en menos de segundos, tendría que
detenerlo aquí y ahora, mi primera gran batalla sobrenatural, y estoy
perdiendo. Una última vez chocamos ambos armas con tal precisión, que la
implosión causada fue tan fuerte, que destruyo todos los vidrios y espejos a un
radio de un kilómetro de distancia, las personas horrorizadas, salieron de sus
trabajos y bajaron de los ómnibus, varios transeúntes se apartaron, se
detuvieron los autos, y finalmente se levantaron los vagabundos que intentaban
vender algunos objetos alrededor, del susto causado por ese “choque”, ¿Quién diablos es este tipo?
No
pude sostenerme, y por unos breves segundos caí preso del agotamiento, mis ojos
temblaron junto con mis manos, el báculo cayó al piso y yo a su lado,
intentando levantarme, pero, cuando lo hice, ese tipo ya estaba preparado para
su siguiente movimiento; con las gafas negras tenia presa a una niña pequeña
entre sus brazos, amenazándola con su revolver de disparar si no me rendía
inmediatamente, tal parece, que la batalla ha acabado, y acabara peor si no
hago algo rápido.
- - Ríndete ahora, entrégate y tendré piedad con esta niña – dijo sin la sonrisa que hace unos minutos mostraba superioridad y confianza
- - ¡Déjala ahora! Esto es entre nosotros, no tienes por qué meter a gente inocente a nuestro combate, tú me quieres a mí, y no la vida de esa pequeña, ¡ahora suéltala carajo!
- - Esta niña de seguro ve programas de mierda en la televisión, concursos de putas e idiotas y maricas en un horario de niños, esta adorable niña pronto crecerá quizás, siendo como ellos, o trabajando para ellos, o lo que es peor, siendo dueña de uno de esos programas, ¿Cuál es la diferencia entre dejar a una viva o muerta? ¿Qué la hace especial? ¿acaso es una niña elegida por Dios? Es solo un ser humano entre billones de tantos, ¿Qué diferencia existe?
- - ¿De qué mierda hablas? ¡Es solo una niña! Terminemos nuestra pelea y déjala ir, ¡es solo una niña pequeña! – grite desesperado como sus padres que no se acercaban por temor a que la hirieran
- - Esa es la diferencia Jerouu Ayaucán Gael, que tu si eres alguien especial, mírate, usas una especie de bastón que crece mágicamente, y pudiste soportar mis puños que cualquier ladrón de mierda no soportaría, en cambio esta niña… esta niña pequeña solo es una vida normal, aburrida y típica, ¿Qué significará su muerte? ¿Aparecerá en los medios y después qué? Una muerte más sin sentido en un mundo gobernado por putos burócratas e insensibles humanos… esa es la diferencia mi estimado
- - No existe tal diferencia ¡Eres tu quien habla de diferencias pero no sabes ni la más puta idea de lo que dices! Todos tenemos derecho a vivir, y si matas a esa pequeña, ¡Eres igual a esas mierdas que también detesto!
Por
algún indicio en mis palabras, el policía abrió los ojos sorprendido y guardo
su revólver, soltó a la niña y dejo que fuese con sus padres, el auto policial
apareció detrás de el para llevárselo, pero antes de subir y desaparecer, le
hice una última pregunta, mejor dicho, dos ultimas preguntas.
- - ¡Espera imbécil! ¡Aún no terminamos! ¡Te matare aquí y ahora! – grité al intentar alcanzarlo
- - ¿Acaso tus Soulos harían eso? ¿O acaso ya matan a quienes intentan atrapar?
- - No… pero…
- Entonces esperarás al próximo encuentro, Jerouu, pero
recuerda que soy diferente al resto de inútiles de la legión con quienes has
luchado, y lo has visto hoy en este mini campo de batalla, prepárate, porque
cuando te vea la próxima vez, tu cabeza será parte de mi decoración en mi
maldito cuarto – se subió al auto, pero
antes de irse, bajo la ventanilla y me dijo – por cierto, mi nombre es
Luciano, un gusto conocerte, Jerouu
0 comentarios:
Publicar un comentario