“La
devoradora de pecados”
Yo nunca fui una chica de barbies, nunca
fui una chica de dulces, tampoco la inteligente ni la joven madre. No soy una
chica excéntrica, ni tan bonita al estilo puta. Simplemente soy un ser que
nunca debió de existir, revivo a quienes deben de estar muertos, soy la
responsable de tantas funestas fiestas,
soy… la devoradora de pecados.
Un
viernes 31 de octubre, hace mucho tiempo, una pequeña de dos moños largos,
enredados entre sus adorables cabellos rojizos y negros, tan oscuros
soñolientos disolventes en lágrimas que esta pobre pequeña solloza sobre la
tumba. No encuentra explicación, no encuentra perdón, no sabe dónde está la
razón y su madre, la pasión; hoy, se cumple diez años de la muerte, de sus
padres.
Solo
quince primaveras, míseros quince frente a una centena de años a sus alrededor,
empotrados de cemento y flores marchitas, la única ser viviente en un
kilómetro, la única pariente decente frente a estos inmolares reflejos del
final. Nadie escucha, nadie se resiste, solo ella, acostada frente al aislado
hogar que siempre ha permanecido en su mente.
El
deceso de sus padres ocurrió en dos cárceles bien marcadas en diferentes
diarios chicheros peruanos, “Piedras Gordas” y “Santa Mónica”, dos penales
donde la muerte y la maldad son la misma cosa, donde sus seres piden clemencia
por un poco de libertad, donde la palabra gracias, significa el fin. A su padre
lo asesinaron mientras dormía, y a su madre, la ahorcaron los mismos policías
en un confuso incidente, ella aun no sabía dar la hora, y se convirtió en una
muñeca de trapo huérfana.
No
era momento de lamentarse, tampoco de sollozar esbozando auxilios y ajos, era
momento de huir o morir en el intento, no estaba sola rezando por las almas de
sus progenitores, cinco fastidiosos bandidos se encontraban alrededor de ella,
perturbando la tranquilidad del cementerio, no vinieron a declarar sus pesamos,
sino a romper sus dolores y penetrar por donde más les convenciera.
Ella
se levantó con tranquilidad y dejo una rosa frente a cada nicho donde sus
antecesores descansaban, y solo podían observar como su paria, intentaba tomar
las riendas del destino en un giro inesperado. Ella volteo a ver a los cinco
ladrones y exhalo profundamente. No quería pelear, no quería huir, simplemente
esperaba que todos se murieran y ella… también, no le importaba más el vivir,
ya no era la misma, sus quince se acabarían ahora.
Mientras
uno de ellos se acercaba con un cuchillo en mano, intento seducirla con
declinantes palabras a sus oídos definidos, otro intento dejar su huella entre
sus partes íntimas, pero ella se resistió y le propino una dura bofetada en su
mejilla izquierda, causándole dolor y enojo. La sujetaron entre los otros tres,
y en posición de ajusticiarla con caballos, la tenían presa ante sus
perversiones, nada le importaba, no quería verlos, no quería sentir la vida tan
pesada que se encomendaba entre sus finos cabellos rojizos.
- - ¿Eso es todo? Esperaba algo mejor de una digna descendiente de Francia
Abrió
los ojos inmediatamente, al igual que sus captores con los pantalones caídos,
observaban atónitos hacia la parte extrema de una fila de nichos. Un joven con
terno oscuro y corbata de líneas azules se postraba entre los nichos con una
espada realmente gigante, con una sonrisa ilegal y guantes de colores muy
vistosos, y hermosos.
Salto
sin dificultad, pateando a uno de ellos en el mentón con suavidad, como si el
aleteo de un ave realzara su majestuoso vuelo, sin importarle los cazadores o
el mismo cielo, el tipo salió volando, golpeando su cabeza contra una de las
tumbas, inconsciente el terrible hombre, el tipo del terno apunto con su enorme
espada hacia los otros cuatro, y con voz autoritaria y firme les dijo:
- - ¿Qué esperan? Súbanse los asquerosos pantalones y vengan por mí, niña, usa tu poder ahora
No
sabía que pensar, no sabía qué hacer, este raro sujeto apareció entre las
tumbas y derroto a uno de ellos con un golpe sacado de las viejas películas de
acción y artes marciales. ¿Era todo esto real? ¿O ya me habían violado de tal
manera, que todo era mágico para mí?
Como
importara eso, utilizo su espada descomunal para abrirles unas enormes heridas
en sus feos pechos, la sangre brotaba como un manantial, ellos solo gritaban y
yo, me desprendía de ellos, mientras sin ansias, observaba su dulce poder y la
recompensa líquida de sus acciones.
Quedaban
dos irrespetuosos seres humanos, con temor intentaron correr, pero les hice
tropezar, y al escuchar un abismal odio dentro de mi cabeza, solo pude
responder con una fuerte sonrisa, una sonrisa eterna, macabra, inmortal, bella
y especialmente aterradora, ¡finalmente estaba sonriendo! ¡Sonreía carajo! ¡Era
feliz al ver tanta mierda y placer juntos! Era hora de que mis amigos se
asomasen un corto periodo, ¡mis amigos están vivos! ¡Los muertos son los vivos!
- - Todo ha terminado niña, ¿Cómo te llamas?
- - Milady
- - No hablas mucho ¿verdad?
- - No
- - Sera mejor irnos, no tardara la policía en llegar y cuando vean este… acto, será muy malo para ambos
- - No tengo a donde ir, ni ropa que reemplazar
- - Ahora si hablas demás
- - Gracias…
- - No me lo agradezcas aun pequeña, digo, Milady, tendremos tiempo de charlar
- - ¿Mucho tiempo?
- - ¡Claro! Desde ahora te protegeré Milady, ahora vamos a casa
No supe
realmente que estaba pasando por mi cabeza, pero una fuerte emoción dentro de
mis entrañas me obligo a ir con este sujeto tan excéntrico y divertido… mis
amigos me decían aires y perdices, no puedo saber en que acabara, ni en que
terminara todo… pero todo es por algo creo, y hoy estoy a punto de averiguarlo,
frente a estos tres niños.
0 comentarios:
Publicar un comentario