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viernes, 13 de noviembre de 2015





Dos jets de la aviación chilena se dirigían rumbo al escenario del conflicto, con órdenes sencillas y estrictas, acabar con todos los oponentes que se encontraban en el lugar, acabarlos con la utilización de dos misiles de corto alcance y recuperar a los heridos y los muertos en combate, dar un gran pésame a las familias de los soldados, y por supuesto, tomar las medidas necesarias para pedir justicia ante el gobierno peruano, un grave enfrentamiento resucitaría graves problemas internos y externos de ambos países, un viejo rencor, estaba a punto de resucitar, gracias a los legionarios.

Laura y Angie escucharon el sonido de los jets acercándose rápidamente al territorio de la confrontación, entonces se miraron la una a la otra y supieron que hacer en ese instante, al igual que Jair, los tres juntos mostraron sus respectivos tatuajes con el símbolo de la legión. Angie tenía el tatuaje en su pierna izquierda, Laura en el brazo izquierdo, y Jair en el pecho.

Al mostrarlos respectivamente, los soldados contemplaron un poder nunca antes visto, y estaban a punto de presenciar una escena sacada de películas de terror y no era apta para todo público. Los tres dieron un salto enorme al espacio aéreo, en el preciso instante donde los aviones pasaron con la mira en el campo de batalla.

Los soldados no podían dar por cierto lo que acababan de ver, tres sujetos con poderes inhumanos saltaron hacia los jets en movimiento, ¡una total locura! Laura aterrizo encima de uno de los jets y uso su tele transportación para adentrarse dentro del avión, el piloto se sorprendió al verla a su lado, ocupando mitad del espacio y acabando muerto de un disparo en la sien, el avión ahora era propiedad de la legión.

En cambio, Angie se sujetó de la parte baja del avión gracias a pinzas magnéticas especiales, y con las palabras “ataca a la orden” el piloto pudo escuchar sus órdenes y de inmediato abrió fuego hacia los soldados en el campo, matando al instante a mucho de ellos, otros se refugiaron detrás de algunas rocas y hierbas, evitando a toda costa caer en manos amigas.

Finalmente el ultimo superior, Jair simplemente disparo en el aire hacia otro avión que había aparecido de sorpresa, le impacto con una bala perforadora de metal, atravesando el vidrio protector del jet y acabando en el acto con el aviador profesional que nada podía hacer contra un blanco en constante movimiento. El jet cayó en picada mientras, Jair caía sin hacer nada por evitar su lamentable muerte, y antes de impactar en el árido suelo, sonrió y con palabras sinceras dijo: “¡ESTE ES MI PODER PERRAS!”.

El avión cayó al suelo y junto con este, Jair, ambos explotaron en todo el campo de batalla, una explosión que fue vista por los comandos restantes, una gran nube de fuego esparcida en un radio de 20 kilómetros a la redonda, ese jet sí que traía mucho combustible, pensaba Angie al ver semejante armatoste destruido totalmente.

Los soldados que apenas quedaba con vida, lo que serían unos cuantos, decidieron ocultarse en la colina próxima a ellos, sin percatarse de que sus agresores habían caído muy lejos de ellos, mientras pensaban en correr todo lo posible hacia territorio chileno, pedir ayuda y finalmente ser atendidos, se dieron con la sorpresa de que había un quinto superior oculto, con una lap top entre sus piernas recibiendo toda información de sus compañeros, un amigo de los asesinos generales, se encontraba al frente de ellos.
Los comandos le exigieron que levantara las manos y las colocara detrás de su nuca, el extraño sujeto con un ligero bigote y ropa distinta al de sus compañeros, se quitó los auriculares y obedeció sin chistar la orden del comando.
  • -       Está bien soldado, me los quitare
  • -       ¡ahora ponga sus manos detrás de la nuca! – gritó desesperado el soldado ante la impotencia de matarlo de una vez por todas, sino fuese por el hecho de que no sabría que poderes tendría este sujeto, o si era común como ellos, no lo sabia
  • -       Pero antes déjenme presentarme ante mi querido público, mi nombre es Marlon Tenorio, también soy superior de la policía nacional, como ellos, pero menos escandaloso, me gusta siempre ver futbol y manejar computadoras, prefiero eso a usar tediosas y obsoletas armas
  • -       ¡me importa una mierda! – gritó aún más angustiado el comando – diríjase aquí y no intente nada eh, ¡no haga nada extraño!
  • -       ¿A qué se refiere con extraño?
  • -       ¡Sabe a lo que me refiero hijo de puta! ¡esos compañeros suyos son mutantes o no sé qué mierda! ¡no haga nada raro y juro que le volare la cabeza ahora mismo! – sus compañeros también apuntaron hacia Marlon
  • -       Bueno, pero yo no soy como ellos, yo no tengo súperpoderes ni nada parecido, yo soy un hombre como ustedes, valiente, temeroso, jugador e infiel, ¿así se dice en chileno no? Lo siento por mis malos modales, es que soy nuevo en esto y…
  • -       ¡déjese de hablar estupideces! ¡ahora venga con nosotros! ¡con usted arrestado, esos hijos de putas no se atreverán a seguirnos!
  • -       Claro, no tiene que ser tan absurdo y molesto, pero sabe una cosa
  • -       ¿Qué cosa?
  • -       Yo dije que no tenía poderes especiales como ellos, ¿verdad?
  • -       Si… ¿Qué quiere decir?
  • -       A que, pues, yo no tengo dones especiales ni fantásticos, pero mis futbolistas mecánicos claro que los tienen

Ambos brazos del soldado que apuntaba directo a la cabeza del teniente Marlon fueron cercenados en segundos, sus ojos se abrieron como platos hondos y no dieron explicación alguna a lo que había sucedido, sus brazos fueron cortados misteriosamente y la sangre cobró vida propia, al punto de parecer formar un charco pequeño en tan inmenso desierto.

Los gritos desesperados del soldado replicaron en los pocos compañeros que le quedaban un sentimiento de miedo, inmediatamente aparecieron dos figuras extrañas delante de ellos, con unas largas cuchillas en ambas manos, pero con toda la apariencia de jugadores de fútbol, y que fútbol caracho, ¡eran los jugadores de la selección peruana! ¡Eran Paolo Chumpitaz y Claudio Benavente! Solo que, con cuchillas largas en los brazos que tenían la sangre del soldado cercenado, ¡que mierda estaba pasando!
  • -       Ellos son mis jugadores de fútbol mecánicos, Paolo Chumpitaz y Claudio Benavente, ahora están en modo de batalla, son mis guardaespaldas personales
  • -       Pero… había dicho que no tenía ¡poderes extraños o especiales! – dijo temeroso uno de los comandos, al ver morir a su compañeros sin brazos
  • -       Exacto, pero nunca dije que ellos no lo tuvieran, como verán, a mí me gusta ver partidos peruanos y también comentarlos en redes sociales, pero también soy un capo en la computación robótica, quiero decir, que tengo estudios muy superiores en la creación de robots autómatas
  • -       ¿Qué…? No…
  • -       En realidad es puro tecnicismo decir que no tengo poderes sobresalientes como los de mis compañeros, pero si tengo uno, la cual es un coeficiente intelectual superior a cualquier peruano, gracias a mis aplicaciones de robótica avanzada y estudio en la universidad nacional de Ingeniería, pude crear a estos dos jugadores profesionales, que también son armas de destrucción masiva
  • -       No… no entiendo…
  • -       ¡Claro que no! Son solo míseros soldados que reciben órdenes para justiciar un patético sueldo o ayudar a sus familias, los humanos están destinados a dos cosas, obedecer y amar, mientras obedezcas, amaras a quienes te obligan a hacer cosas que ni siquiera saber qué quieres hacer, y es así como al revés, tanto un juego estúpido de verdades que se entrelazan en la creación de obedecer y amar
  • -      
  • -       Yo no soy militar, soy solo un hombre que es capaz de crear máquinas para un bien común, el uso de robots avanzados para el cuidado de las calles peruanas y el amor hacia la causa que me une, la legión del Cóndor. Ahora sabrán realmente a que me quiero referir

Los soldados confundidos, temerosos y enardecidos de ira, se atrevieron a atacar a esas dos máquinas vestidos de jugadores de fútbol peruano profesional sin ninguna medida preventiva, abrieron fuego contra ellos, pero sin hacerles mucho daño, entonces los jugadores mecánicos atacaron sin piedad, atravesando a uno de los soldados por el estómago, y a otro cortándole la cabeza con precisión y rapidez, ambos cuerpos cayeron vomitando sangre y esparciendo horror a una imagen jamás ideada, cortar cabezas y perforar estómagos era lo que hacían mejor esos robots, el dolor recién empezaba, y lo peor era que, ya no habrían aviones ni barcos a quien pudiesen acudir.

Mataron a cada uno de los soldados con estocadas y cortadoras tan perfectas que es como si cortasen carne de cerdo en tajadas y servidas a diario en diferentes mesas en el desayuno mundial, tan precisas y divinas que la sangre incluso, era cortada y dejada en ambos lados de la arena, todos los soldados habían sido aniquilados por esas terribles maquinas, y los tanques que, milagrosamente habrían sobrevivido a la explosión y el disparo de misiles de los jets, también fueron cortados a la mitad, mostrando la potencia de esas cuchillas que tenían en lugar de brazos, realmente escalofriante.

La batalla había terminado, la guerra desértica entre todo un ejército chileno y un pequeño grupito de comandos especiales de la policía nacional peruana, había acabado con una total masacre por parte de manos peruanas, una verdad incómoda y triste, una verdad horrenda y esparcida de terror. Todos los soldados del ejército chileno habían sido aniquilados sin piedad por cinco sujetos con poderes extraños, una clara muestra de superioridad y horror hacia ellos.

Se reunieron todos en un solo punto, y antes de irse, dejaron una cruz pequeña hecho de pedazos de madera en la cima de la montaña donde ellos se escondieron, y colocaron un cartel demasiado orgulloso y despectivo hacia cualquiera que lo leyera.

“MADE IN PERU”

Inmediatamente colocado la cruz con el mensaje en la colina, el general Carpio, quien ya se encontraba cerca del primer puerto de Tacna, decidió desactivar sus tatuajes impregnados en sus pupilas, y al hacerlo, los soldados abrieron los ojos y todo se reactivó por completo, los soldados no habían muerto, habían sido presa de una especie de ilusión comunitaria demasiado real, pero no todo había sido un sueño, realmente los aviones enviados a acabar con los extraños en el campo de batalla, realmente lo hicieron.

Todos se preguntaban qué había pasado, que había sucedido, que realmente paso en esos instantes, pero al preguntarse, se dieron cuenta de que parte del ejercito fue destruido por misiles de los aviones, al igual que estos destruidos en el campo de batalla, al parecer, todos cayeron presa de la ilusión y abrían matado a sus propios compañeros, la mitad fue aniquilada por ellos mismos, y los que quedaba vivos, no podían creer lo que sucedió, todos versus todos, una horrible escena.
  • -       Listo mi general – hablo Laura – practicamos e utilizamos nuestros máximos poderes, y los pobres ni saben que les ocurrió
  • -       Bien hecho – respondió en general Carpio – ahora es momento de aplicar las nuevas reglas del Perú Unido, llama a Abimael, tengo que coordinar nuestro pacto antes del 24 de diciembre
  • -       Si mi general – respondió alegre la general Laura


-       Ahora ellos saben que, si se meten con los nuevos guerreros peruanos, saldrán perdiendo, y para que crean realmente lo que les sucedió, tienen ese cartel encima de la colina, para comprobarlo, “MADE IN PERU”

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