“El cuerpo muere, el sentimiento, jamás”
Eran las tres de la mañana
cuando toda esta idea loca de buscar y robar esa espada legendaria apareció en
mis pensamientos, pero no sin antes recordar toda la explicación de los incas y
los poderes del señor Ariano, ahora todo tenía un poco de sentid… ¡claro que
no! Nunca lo había tenido desde que ingreso ese señor a la facultad y nos
comenzó a hablar de revoluciones y armas.
Mírenme ahora, a punto de
intentar robar una espada japonesa de renombre y utilizarla para defensa de mi
familia y de mi misma, ¿estaría bien hacerlo? ¿Robar era bueno? ¿Robar por una
buena causa era realmente una causa justa? No lo sabía, y mucho menos, ahora
que me encontraba a dos cuadras del centro comercial, todas esas preguntas
merecerán una respuesta pronta, una respuesta… demasiado peligrosa.
- - Kim… ¿eres tú? – una voz suave y fina proveniente de unos pasos atrás mío, retumbaron en mi oído izquierdo y causando alarma en todo mi cuerpo
- - ¿eh? – dije sin saber que decir, a punto de salir corriendo del lugar
- - ¡Oye! Hacía tiempo que no te veía ¡Kim alias china! – su pequeño rostro, figura delgada y tez muy blanca, no cabía duda, era ella
- - ¡Pamela! ¡¿Cómo has estado?! – demonios, carajos, erdas, justo ahora tenía que aparecer ella
- - ¿Qué haces por aquí? Tan de noche…
- - Lo mismo te pregunto, ¿Vives por aquí?
- - Ya no recuerdas ¿verdad? Vivo en San Juan de Lurigancho, salía de una fiesta en la casa de un amigo cerca de aquí, y mi padre me iba a recoger, ¿y tú? ¿Cuál es tu excusa? Haha
- - Pues… la verdad… vine aquí… para… - si decía algo relacionado al robo de la espada en el centro comercial, ella también se involucraría y todo se iría al carajo – solo vine…
- - Vamos, si no quieres decirme está bien, no soy chismosa ni nada, ¿me acompañarías a esperar a mi padre? No debe de estar lejos
- - ¡Claro! - ¿para qué dije eso? – ojalá no demore, es que tengo… que ir a otro lugar
- - ¡Oh! ¿de veras?
- - Si, es que estoy esperando a mi novio… - ¿novio? ¿NOVIO?
- - ¡¿En serio?! ¿ya tienes novio?
- - Si, su nombre es… - ¿Por qué justo tenía que aparecer ella y decirle que tengo novio?
- - Si, su nombre es… Kim hace un tiempo que no nos vemos, así que creo que sería de muy inadecuado que me dijeras el nombre de tu enamorado… ¿no lo crees?
- - ¡Claro! – gracias Pamela, contigo si se puede confiar el secreto
- - Pero, es de la universidad ¿no?
- - Pues la verdad… ya sabes, esa información es secreta
Seguimos hablando durante unos
minutos sobre nuestras cosas y lo que hacíamos. Pero antes, presentar a Pamela
es una verdad muy cómoda y agradable, aparte de que, bueno, es una de las pocas
chicas a quien puedo confiar algunos secretos. Su nombre es Pamela Jacqueline
Huairo, un poco bajita y muy delgada, como yo, y muy blanquita, pero muy
blanquita que parece leche hecha persona, y por supuesto, su característico
cabello medio verde oscuro, que le queda bien.
Nos hicimos amigas en el
cuarto ciclo de la universidad, estudiábamos la misma carrera, y pues, gracias
a que nos presentó Jerouu, pude conocerla un poco mejor, vive en San Juan de
Lurigancho y tiene mi misma edad, veinte añitos. Pero luego de unos problemas
que jamás me pudo contar, y siempre respete esa confidencialidad, decidió
terminar su carrera de comunicaciones y abrirse campo a la fotografía; siempre
fue muy buena con su cámara profesional en tomar fotos, quizás era lo mejor
para ella, nunca lo sabré.
Les presente algo breve sobre
ella, y ahora concordaremos con la realidad. Me explico que había dejado su
sueño de ser fotógrafa para más adelante, pues su padre le había exigido
estudiar una carrera que fuese de ayuda monetaria para la familia, así que decidió
prepararse en la pre de San Marcos, y estudiar la carrera de Arqueología;
aunque le gustase la fotografía sobre todo, siempre adoro saber sobre lo
antiguo y sus historias del pasado, cosa que lo llevo muy bien de Jerouu, quien
le enseño todo ese mundo de la antigüedad, ella vio la manera de convencer a su
padre de estudiar arqueología y pues, consiguió la aprobación de su padre,
luego de analizar la posibilidad de que fuese a trabajar en un gran museo del
extranjero, y con eso, el dinero llegaría solo.
- - ¿Así que estudias arqueología ahora? – pregunté sorprendida ante tal cambio de vocación
- - Si… es que, no fue algo repentino, al principio solo me dedicaba a comunicaciones, pero luego pasaron muchas cosas, y una de esas cosas que influenció mucho en mi decisión final de ingresar a San Marcos, fue las conversaciones y cortos paseos al centro de Lima con Jerouu
- - Pero… ¿Cómo así? Digo, ¿Cómo es que influyo Jerouu en que, estudiaras arqueología? Ya sabes… limpiar telarañas y vivir como como Indiana Jones
- - Hahaha ¡todos dicen eso! – rió mirando al cielo nocturno – nada que ver, la arqueología es más que desenterrar muertos o robar tesoros, es todo un nuevo mundo, es, mejor dicho redescubrir un mundo perdido. Y para responder tu pregunta… pucha… fue porque me explico sobre sus abuelos y como vivían en los años cuarenta y cincuenta, me fascinaron las fotografías que una vez me enseñó, antiguas en blanco y negro, y tuvieron un gran impacto… un impacto… como si, tu artista favorito coreano te diera un autógrafo o un besito en la mejilla
- - Hahaha ¡oh! ¡haya! – me reí de su comparación – y pues de allí…
- - Eso llevo la cosa a otra cosa, y con mi padre diciéndome que debía de estudiar una carrera de muy buena paga, pues me metí en esto. Me costó convencerlo pero al fin pude ingresar a San Marcos y fotografías artículos muy antiguos ¡que paja!
- - Vaya… espera ¿INGRESASTE A SAN MARCOS?
La universidad San Marcos, una
universidad demasiado antigua y colosal para ser descrita como cualquier centro
de estudios, en realidad no se mucho sobre la gran decana de América, como
solían decirle, pero una cosa es segura, ingresar a ese lugar para estudiar,
era como ingresar a un nuevo universo, donde las formulas y letras eran
diferentes o incomprendidas en el mundo exterior, y pues, solo los “elegidos
ingresaban”. Tenía un tío que había sido estudiante de la universidad San
Marcos, y era todo un prodigio, como si todos los que entrasen realmente
supiesen que es la vida y como vivirla a plena.
Ahora que ambas estábamos
conversando a gusto, finalmente pude confiar en ella nuevamente, pasaron cerca
de veinte minutos para creer en sus palabras y confiarle la misión en que me había
encomendado esta noche, sin llegar a extremos de contarle el resto de la
misión. Aunque ella siempre fue persuasiva y de inmediato entendió que esta
misión, no era solo robar la espada y punto, sino, que formaba de algo enorme.
- - En resumidas cuentas – preguntó curiosamente - ¿Quieres robar una espada legendaria japonesa y utilizarla para propia defensa? ¿De verdad me crees que tan... ingenua?
- - ¡No para nada! – respondí rápidamente – es que… está bien, la utilizare para defender a mi familia de los malos policías
- - ¿Los malos policías? ¿A qué te refieres?
Fue entonces como le expliqué
toda la situación de la legión del cóndor y su plan para dominar el Perú
entero, de cómo se estaba organizando una resistencia llamada “debajo del
puente”, y la extraña sensación de robar esa mítica espada, un raro llamado a
utilizarla para siempre. Al principio su rostro no mostraba credibilidad
alguna, pero como iba contando la historia, pareció interesarle y hacer
preguntas muy elaboradas que, aun no podía contestarlas debido a mi falta de
conocimiento de todo esto. Pero si pude responder a quien, había formado la
resistencia y el líder de los Soulos que se encontraban entrenando en las
provincias… Jerouu, el mismo Jerouu que conoció dos años antes y le encaminó su
destino a lo antiguo, era el mismo líder que creó a esta pequeña organización
con poderes raros en contra de una malvada legión.
- - ¿Y tú? ¿tienes poderes? – preguntó con sorpresa
- - La verdad es que no sé, hago siptta, no he sentido nada fuera de lo común en mi cuerpo, es que, los Soulos, incluido Jerouu, tienen poderes que salen fuera de su cuerpo… y yo estoy en la nada, pero, esta espada que deseo robar me llama, es parecido… a una extensión de mi cuerpo que desea volver ¿me entiendes?
- - Creo que si… pero en fin, tengo que hacerte más preguntas, pero ya va a amanecer en cualquier momento y pues, tenemos menos de una hora para robar esa espada
- - Si… espera ¿robar?
- - ¡Claro! ¡Te ayudaré! No entiendo del todo sobre lo que está pasando, pero llevo un año en San Marcos, y ese espíritu característico de hacer justicia está influyendo en mí, ¡y es un fuerte sentimiento sanmarquino!
¡Era increíble lo que estaba
pasando! Pamela me iba a ayudar, ¡a robar una espada japonesa legendaria! Pero
teníamos poco tiempo de hacerlo, y al ver a los gorilones que se encontraban
custodiándola desde fuera del centro comercial, se nos hizo un poco difícil…
una explosión llamo la atención de los gorilas y de inmediato se dirigieron
hacia el lugar del siniestro, ¡una banda de criminales intentaba robar el banco
al frente del centro! Una perfecta oportunidad, ¡gracias Dios! ¡Esta es nuestra
gran entrada! ¡Tashi será mía!
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