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domingo, 4 de septiembre de 2016

Una gran luz se desprendía de mi cuerpo iluminando el campo blanco de batalla, una fuente de luminosidad inmensa que era visible fácilmente desde el cielo, pasó luego a ser impactada por una especie de rayo proveniente de varias nubes grises sobre de mi cabeza.


  • -       ¿Quién demonios eres?
  • -       Soy la chica que te romperá el culo niño de mierda. Ahora tengo mi verdadero poder, gracias a Franz…
  • -       ¡Deja de decir huevadas!

Levanté mi brazo derecho, recubierto por una tela negra con bordes dorados, tan brillosos que iluminaban mis ojos al verlos directamente, una ráfaga de rayos salió disparado de mi mano derecha, dejando atónito a Héctor. Aun así, el prosiguió su ataque sin saber lo que le esperaba, al parecer, también mi velocidad aumentó, pues en unos segundos, le había hecho un corte en el pecho a Héctor gracias a mi mano eléctrica.

  • -       Yo le llamó Quiru Illapa, mejor dicho, “Diente de león”
  • -       Ah… - todavía no se recuperaba del corte profundo producido por mi diente de león - ¿Cómo carajo… aprendiste quechua… tan rápido?
  • -       No tengo idea, pero gracias a este poder puedo pronunciar palabras en quechua tan fluidamente como lo es mi velocidad
  • -       ¿Eh?
  • -       Otro corte eléctrico

Otro corte, esta vez en la zona de la espalda baja, apareció en cuestión de segundos sobre Héctor, sorprendido nuevamente por mi velocidad y sin despeinarme absolutamente nada, este aumento increíble de velocidad ni siquiera podía creérmelo, aunque prefería no mostrar asombro frente a mi enemigo.

  • -       No…
  • -       Es la segunda vez que te doy un buen golpe y sigues de pie, que admirable niño
  • -       Cállate… ¿Sabes lo que tuve que pasar para llegar a este lugar?... ¡NADIE ME DIRÁ QUE HACER O SENTIR NUNCA MÁS!
  • -       Lo lamento por eso, pero escogiste servir a la legión sabiendo las consecuencias, obligando a aceptar una voluntad que el pueblo jamás aceptó, ahora sufre las consecuencias, Héctor

Intentó barrerme con una gran ventisca de agua iniciada por la nieve, pero gracias a mi velocidad pude superarlo, a la vez que lo golpeé en el estómago con una patada izquierda, para otra vez desaparecer en segundos y aparecer arriba de él y golpearlo con mi mano derecha usando algo de electricidad.

Iban y venían los ataques sin saber por dónde llegan, cada golpe significaba cada gota de sangre derramada por los pobladores, cada golpe era síndrome de una venganza continua, cada golpe era cada maldito latido de la población ayacuchana reclamando su tierra natal, eso significaban mis golpes eléctricos, golpes que caen de las nubes al alma.

  • -       ¿Te rindes?le dije al finalizar mi lluvia de golpes “Ventisca de los pumas”
  • -       Maldita sea… se supone que acabaría bien para nosotros, somos los héroes en esta vida… porque alguien… como tú se opone a esto, solo buscamos… lo mejor… para todosapenas podía respirar
  • -       ¿Lo mejor? ¿Lo mejor es matar a quienes se oponen a ti? No… eso ya ha sucedido bastante tiempo en este país, ya estamos hartos de tanta cojudez por parte de grupos políticos y militares que se creen dueños de todo. Yo soy hija de una señora quien fue víctima de la delincuencia perpetrada por gente como tú. Mi ideal es detener esa fuerza terrorista a la que perteneces, por sabes tan bien como yo, que nosotros no somos héroes ni villanos, solo somos jóvenes tratando de darle una nueva visión a este hermoso país que es mi tierra, yo soy rockera de profesión, mi ideal es luchar por las mujeres violentadas y eso me basta
  • -       Son distintos puntos de vida Sylvana… eres tan sensual y tienes un cuerpo despampanante, pero… tan bien eres nuestra enemiga
  • -       Gracias por el cumplido, pero nadie aquí es enemigo, salvo ustedes y sus órdenes de matar a quien no le haga caso
  • -       ¡BASTA, CON ESTO TE MATARÉ!

Héctor retrocedió algunos pasos, levantó ambos brazos heridos y los elevó al cielo, con ese gran poder pudo reunir una gran cantidad de agua encima de sus manos, estaba reuniendo toda la nieve y convirtiéndola en una abundante bola de agua gigantesca.

  • -       ¡ESTO ES MI MAXIMO ATAQUE! ¡LA GRAN DESTRUCCION LIQUIDA!
  • -       Que feo nombre dije sorprendida por la inmensidad de su ataque final
  • -       Yo solo quería servir a mi país con devoción, y lo haré por es mi deber, soy un patriota hasta el final, lástima que mueras ¡DE SEGURO HUBIESES SIDO MI NOVIA!
  • -       ¡Yo ya tengo novio! ¡Y acabas de herirlo estúpido! ¡Esos ideales son egoístas y no te llevarán a nada!

Tenía que pensar en una idea para detener a este maniático que pensaba matarme aparte de congelarme. Si bien mi poder es de generar electricidad de mis manos, entonces, es probable que el agua que está acumulando arriba de sus manos fuese conductor total para matarlo, pero… yo no quería matarlo, de verdad no quería, y aunque existiese bajas en ambos equipos…

  • -       ¡Vamos por nuestra tierra!un grito me sacó de mis pensamientos

¡Eran los pobladores ayacuchanos! que se dirigían a la iglesia para también combatir; para mala suerte, todavía quedaban policías en el camino, pero estos pocos apenas podían luchar, sus armas estaban inutilizadas y solo usarían sus varas de goma para golpear, era una batalla decisiva para ambos bandos, al ver eso, pude notar energía fluyendo dentro de mí.

Ese gran poder proveniente de la población era la fuente principal para hacer notar también mi fuerza, si bien no iba a matar a este niño, quizás le daría una buena lección de lo que significa salir de lo bajo y no vivir siempre en bandeja de plata.

Héctor lanzó su gran masa de agua con la intención de congelarme, ahogarme y finalmente matarme, sin embargo, ese plan ya estaba obsoleto, al parecer, se le olvido que el agua es un excelente conductor de electricidad, por lo tanto, es usuario más cercano resultara afectado, ¡Y ese era la meta! Con ambo puños fuertemente apretados reuní energía suficiente para detener esa gran masa de líquido azul blanquita.

  • -       ¡Esto no es suficiente! ¡Si realmente amas lo que haces, entonces demuéstramelo con un verdadero poder niño! ¡Pukllay Illapa! (Ceremonia del rayo)

Sujeté mis puños fuertemente, respiré profundamente y con una patada de jugador de fútbol lo devolví hacia su dueño original, recargado claro con una intensa energía eléctrica en su interior. Al ver su ataque regresando, no pudo evitarlo al ser tan gigantesca para esquivar, y en un segundo que pareció la eternidad misma, la gran masa absorbió a Héctor impactándolo de electricidad y gritando de dolor, para causar una explosión que destruyó lo que quedaba de la iglesia.

Una gran explosión de oxígeno, hidrogeno y electricidad causó destrozos en toda la iglesia, para ser destruida en cuestión de momentos, un gran polvorín se hizo presente en todo el campo de batalla, mezclando fuerzas aliadas y enemigas; la batalla todavía no cesaba. Salté hacia donde Franz habría caído luego de su aparente herida mortal, felizmente todavía respiraba y grité por ayuda, que llegó gracias a paramédicos ayacuchanos que llegaron con una especie de camilla rudimentaria, para mí, la lucha había acabado.

  • -       ¿Qué paso… Sylvana?ya en la tienda de campaña, vendado y postrado en una cama
  • -       Gané la batalla contra ese tal Héctor, pero los demás siguen recuperando su ciudad, con su líder vencido, era cuestión de minutos en caer los demás
  • -       Eso… me alegraapenas podía hablar
  • -       No te esfuerces en hablar, será mejor que descanses, yo me quedo aquí contigo si quieres, de todas formas, también estoy cansada por la batalla
  • -       ¿Y Héctor?
  • -       Está en otra tienda de campaña… nunca fue mi intención el matarlo. Cuando esa especie de traje me cubrió totalmente, pude sentir una descarga proveniente del suelo, supe que eras tú, que aun vivías y que realmente ese sujeto no te había matado, al no hacerlo no tuve argumento para asesinarlo, simplemente lo deje inconsciente que fácil no despierte en varios días, cuando la verdadera policía llegue a la ciudad
  • -       ¿Entonces…?
  • -       Si, gracias a los policías rebeldes pudimos combatir a los legionarios, gracias por decirme antes eh…
  • -       Hahaha – intentó reírse, pero le dolía al hacerlo – te lo iba a decir después de la batalla de Vilcashuamán… en fin, ahora que sabes que no todos los policías son legionarios, podremos… recuperar nuestra ciudad
  • -       Eso es estupendo, pero ahora debo volver a la capital, tengo noticias sobre que se han desatado guerras civiles por el control de la ciudad
  • -       Lo sé, no esperaba que te quedaras… solo soy un campesino de todas formas… alguien como yo nunca podría…

Antes de terminar su frase, le di un suave beso en sus labios perfectos, un beso que lo sorprendió e igual a mí, un beso calmante deseoso de que todo volviese a la normalidad, pero ambos entendimos que nada sería como antes; al menos, que este hermoso beso durará toda la vida restante, mi vida con él.

En algún lugar de Tacna

Las cosas nunca salen como son planeadas desde tiempos inmemorables, jamás se ha pensado en una cosa o una acción sin que este salga correctamente, siempre han existido sabios y grandes hombres junto a mujeres o al revés que han desafiado este poder, lamentablemente sin saber que esperar de un futuro sellado con la parca.

Otro golpe efectivo en el estómago para luego ser lanzado con una fuerza sobrehumana hacia la tierra fortificada de piedras y cero cultivos por alguna parte, se aproxima cada paso hacia su victoria y mi derrota posterior, apenas puedo levantar la mirada, su fuerza es increíble, su poder inigualable con su tonificado cuerpo de luchador profesional. Lo siento madre, pero parece que esta será mi batalla final, y no en el campo de estudios que esperabas.


Pensar que todo empezó por verlo de mala gana, ahora ante la vista de todo su público gritando y aclamando una victoria rotunda, el ex general del ejército y luchador profesional de la ciudad heroica de Tacna, Antunárez Cubas Silva Borgues versus un pobre muchacho tímido con grandes músculos e inservible para luchar, Luis Antonio Borgues.

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