Capitulo 20: "Cóndores"

Maribel… Maribel… Raquel… ¿Dónde estás mi amor?... nunca imaginé caer tan bajo.

-       ¡DESPIERTA!

Una voz muy aguda me despertó de mi sueño, vi una luz muy intensa a unos pocos centímetros de donde me encontraba, y de inmediato enfocaron esa intensa luz de nuevo; estoy en un cuarto oscuro, donde puedo observar una mesa madera delante de mi cuerpo sujeto por varias cuerdas, creo, que, estoy en una sala de interrogación, pero ¿Dónde?

• -       Vaya, has dormido como pedazo de tronco, a pesar de eso, resultaste ser más fuerte de lo que pensábamos - la voz cambio, esta vez, era la voz de un hombre irónico, una voz parecida a la de un ángel caído esperando sacar su arma para decapitar por diversión, tan suave… me recordaba a mi “hogar”
• -       No seas tan condescendiente Teniente Del Águila, este tipo es mucho más que fuerte – habló una chica muy seria, al oír su tono de voz, pude asemejar eso con una orden de una guardiana en alguna película de tiroteos
• -       Si teniente general Angie, mi pregunta es ¿Por qué tanto interés en este sujeto? ¿Qué es lo que tienen de raro o extraño, para que nuestro general haya usado su poder especial en él?
• -       En momentos lo sabremos

Las dos voces que oía se apagaron, un silencio resonó en todo el cuarto, creo que era un cuarto, unas pisadas se escucharon a lo lejos, pude oír cómo se acercaban, paso a paso, sonó un ruido extraño de una puerta abriéndose e instantes después, se cerró, alguien me quitó la venda de los ojos, para finalmente, ver quien era o quienes, eran los que trajeron aquí y bajo qué razón alguna.

• -       ¿Quiénes… son ustedes? - apenas podía hablar, es como si mi boca hubiese sido cocida con agujas y clavos
• -       Más respeto niño, está presente ante el mayor de la comandancia de la policía del Perú, y quien te habla, es el teniente general de todas las divisiones de la policía
• -       Continuando con las presentaciones, yo soy la Mayor Superior Angie Salazar, un gusto pequeño Luciano
• -       Del Águila, teniente general de la policía del Perú a su cuidado, señor Luciano, dah

Ambos se veían tan uniformados, cada uno con 5 galones en cada hombro y dos lazos rojos a ambos lados, parecían soldados con años de experiencia, pero eso era lo de menos, lo que me llamo la atención, fue la imagen que tenían detrás, no pude verla muy bien debido a ese efecto que provoco sus ojos de ese tipo del parque, mierda, aun no puedo ver bien. La señora, digo, la mayor Salazar, si creo que escuché bien su nombre, tomó una de las sillas para sentarse, sacó su pistola y la colocó encima de la mesa.

• -       Vamos a interrogarte, serán preguntas sencillas y fáciles de responder, y para que estés más aliviado, dejaré mi arma aquí, es su turno teniente
• -       No haré ninguna estupidez, ahora bien, Luciano, solo te haremos dos preguntas, uno ¿Qué sentiste o que sentimiento surgió en ti, al ver directamente a los ojos al general Paredes?
• -       ¿De… que mierda hablas?

Un sonoro golpe recibió mi cachete izquierdo, logrando que escupiera sangre, mis ojos seguían fijos en él, pero la mayor estaba volteada, sin ver la grotesca escena de policía, como un interrogatorio debería de ser.

• -       No te hagas el chistoso, responde de una puta vez ¿Qué sentiste al ver los ojos de nuestro general en el parque, antes de caer dormido?
• -       Mierda… hubieses hecho bien… tu pregunta hijo de…

Y antes de terminar el insulto, otro golpe se escuchó en la pequeña sala, mierda, si no contestaba como me decía, definitivamente, este lugar se convertiría en mi tumba.

• -       No necesitas una tercera vez ¿Verdad? Si no respondes ahora, una bala perforara tus bolas y pedirás clemencia antes de darte un disparo en la cabeza - ya me apuntaba a la entrepierna
• -       Será mejor que respondas Luciano, sabemos todo sobre ti, sobre tus actos ¿Crees que alguien como tú puede andar libre por las calles sin ir a un penal? Solo queremos que respondas las dos preguntas, y te ganarás tu libertad
• -       Mierda… - no tengo otra opción- Solo les diré que… ese tipo… tiene algo especial es sus malditos ojos… no pude mover ninguna parte de mi cuerpo… no podía dejar de mirarlo, pero…
• -       Si, ¿Qué más? - el teniente se sentía intrigado

-       Pero… antes de ver todo oscuro, vi a una persona… especial para mi…, no sé si fuese por lo que me hizo, pero, si parte de eso que tiene en sus ojos hace que pueda ver a alguien querido para mi… entonces… deseo saber quién es… y cómo enfrentar eso.

• -       ¡Interesante! - la teniente Salazar grito de alegría, guardó su arma y me liberó de la silla
• -       Tranquila mayor, aun no se acaba, ahora Luciano, respóndeme la siguiente pregunta
• -       No puedo decir no… ¿verdad?
• -       Ya estas aprendiendo, responde ¿Quieres unirte a la legión?
• -       ¿Cómo?
• -       Si deseas unirte a nuestra causa, a nuestra razón de lucha, la santa legión del cóndor
• -       Aun no…
• -       Pero antes que digas algo - interrumpió la mayor Salazar- Si te unes, te diremos el secreto detrás de los ojos de nuestro general, y podrás saber, que no es el único con ese “don”
• -       ¿No es el único? - me sorprendí al escuchar esto - ¿A qué se refiere con eso?
• -       - El teniente Del Águila habló -… a lo que se refiere la mayor, es que, esta pequeña organización, tenemos el emblema del cóndor, lo que quiere decir… que somos observadores
• -       Antes de que… me digan todo ese floro de su organización… respóndanme algo… ¿Podré enfrentarme al general? ¿Pelear frente a frente con él?
• -       Por supuesto - una sonrisa apareció en el rostro de la mayor - no solo a él, sino, que, a nosotros, que poseemos el don

Sus ojos se tornaron color rojo y marrón, y una especie de insignia apareció en el iris, una… ¿Esvástica? ¿Qué es eso lo que apareció?

• -       Tu sorpresa es evidente, pero te diremos de a pocos, porque, aun no respondes a nuestra pregunta
• -       ¿Qué respondes Luciano? ¿Te unes a la legión? Te diremos la verdad de nuestro país, lo que buscamos, y lo que, el general espera de ti
• -       - Respiré hondo, lo miré directo a sus ojos, y solo estas dos palabras salieron sin poder saber porque - … SI, me uno
• -       ¡Perfecto!, ahora hay que entrenarlo como se debe - la mayor se alegró mucho
• -       Si… será un perfecto ejemplo de ¡Poder legionario! Dah

En una sala contigua, dos hombres escuchan claramente lo que dicen en la sala de interrogación, con una malévola sonrisa en su rostro, ambos comentan…

• -       Y fue como predijo general
• -       Lo se capitán, siempre tengo la razón porque conozco a los peruanos como la punta de mi maldito dedo, conozco como son las personas y los jóvenes de hoy. Ellos no saben lo que pasará y ni les importará.
• -       Nunca les ha importado verdaderamente la política, no como antes general, los padres de estos niños, como Luciano, sí que eran un verdadero fastidio para nuestros planes
• -       No insultes su memoria capitán, ellos lucharon como si fuesen un ejército, ahora, que ya no existe ese tan fuerte ideal, podremos continuar la operación, continuar con la salvación de este país y de toda Sudamérica
• -       Le comunicó la entrada del señor Luciano a la legión, a nuestro socio experto en armas de largo alcance y destructividad total ¿General?
• -       Todavía no capitán, ellos, sabrán esto poco a poco, la “Operación Cóndor”, necesita una nueva idea antes de ser ejecutada completamente, reúne al escuadrón, tendremos una junta antes de visitar a nuestros asociados

Un mes después…

Y eso sucedió hace un mes… ahora que mi objetivo está claro, puede decir gracias, pero solo al general, porque, mi promesa sigue en pie, enfrentarme al general y obtener ese “don”. Primero, me encargaré de mi objetivo inicial… Jerouu, si la chica con quien deseas pasar un futuro mejor, está a punto de morir, ¿Qué harás?

Lo lamento señorita Kaytlin, pero es necesario un sacrificio para concretar mi misión final… ya estoy en Surco, veo el edificio donde vive, y ahora, empezará la batalla.