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sábado, 18 de octubre de 2014


“El precio de la grandeza, es la responsabilidad”
Winston Churchill


  • -       ¿De qué está hablando abuelo?
  • -       Aún no le has dicho nada ¿Verdad? - preguntó mirando a mi abuelo
  • -       Nunca supe si era el indicado, después de todo, hay millones de jóvenes iguales a él
  • -       Sí, pero no todos esos millones tienen como abuelo a un fiel patriota y seguidos de las creencias mágicas de los incas, y menos a un viejo de mi calaña como maestro
  • -       ¡No entiendo nada!
  • -       Vaya, bueno, Hugo si no le dirás la verdad, lo hare yo, escucha niño, tú eres el futuro de la familia Ayaucán
  • -       ¿El futuro? ¿De qué habla? - no entendía nada
  • -       A lo que me refiero, es que, tu eres quien cambiara al Perú con tu forma de ser, y tus esperanzas
  • ¡Esperen!, hasta aquí solo he entendido que ese viejo vagabundo conoce a mi abuelo y que ahora me cuidara este fin de semana ¡¿Qué mierda sucede?!
  • -       Reynaldo, deberías de contar toda la historia, y céntrate en él, porque es mi nieto quien llevara ese cargo en sus hombros
  • -       Bueno, como digas, solo porque somos amigos desde la infancia
  • -       Gracias

Entonces mi abuelo me sirvió una taza de té, y al vagabundo llamado Reynaldo, una taza de café, pero antes se quitó su ropa de vago, y por increíble que parezca, mi abuelo le dio permiso para darse un baño, porque realmente apestaba la sala. Al terminar su baño, toda su ropa se quemó afuera de la casa, los vecinos salían a ver el porqué de quemar, y mi abuelo dijo que era por medida de seguridad, yo seguía sin entender, menos lo de quemar la ropa, porque era un signo de dignidad y limpieza, ahora si huele normal, creo.

Reynaldo se sentó, con ropa prestada, en el sofá y empezó a explicarme su presencia y que significa “de cargar esa responsabilidad en mis hombros”
  • -       Bueno, esto es complicado, pero, tu abuelo me ha contado sobre lo que sientes por este país tan jodido, y ha escuchado, que planeas cambiar eso ¿Verdad?
  • -       Ah pues, si, tratar de cambiar la realidad en la que vivimos - su pregunta me sorprendió ¿Acaso mi abuelo sabría lo de esa noche?

-       Me parece poco creíble oír eso de la mente de un joven, muchos de tu edad son padres o solo les interesa su bienestar económico
  • -       No lo creo señor, también hay jóvenes que luchan por…
  • -       Esos son imbéciles “caviares”, solo protestan porque no les conviene el cambio, no lucha realmente por una causa justa y con la mentalidad de la “mentalidad peruana originaria”. Pero tú, espero no equivocarme, deseas algo más que luchar contra la policía y crear caos ¿Qué realmente deseas?
  • -       ¿Qué deseo realmente?
  • -       Antes de contarte lo que debes de escuchar, debo saber, que esperas del Perú en los próximos años, que harás para cambiar esta realidad
  • -       La verdad - agaché la cabeza, respiré profundo, y respondí, con mi idea de hacer algo, con la idea de… los Soulos - Pues… ¡Hacer una renovación del Perú!
  • -       ¿Una renovación? - se preguntó Reynaldo
  • -       Si, una renovación, volver a nuestras raíces, pero, con algo diferente, con verdadera esperanza, sentirnos como debimos sentirnos hace mucho tiempo, felices de ser peruano, ese es mi deseo, y para eso ¡En diez años postularé para presidente de la nación y lo haré!
  • Su mirada fue de sorpresa al escuchar esto, y con una leve sonrisa me dijo:
  • -       ¡Que estúpido eres! ¿Piensas que eso es fácil de hacer? ¿Crees que con palabras lograras lo que otros oradores han intentado hacer? Pero solo lograron embrutecer al peruano. La realidad…
  • -       ¡La realidad es otro señor! - respondí con euforia antes de que terminara su frase
  • -       ¿Qué?
  • -       La realidad ahora es otra, lo peor ha pasado, y sé que algo más terrible sucederá en un futuro, pero para eso estoy estudiando, para mejorar esta deprimida visión que tenemos de nuestro país. ¡No solo mis palabras cambiarán, sino, mis actos definirán el nombre de esperanza con nuevo significado!
  • -       Entonces, eres un verdadero imbécil, pero, eres un imbécil con buenos deseos, y créeme, que te creo

Su respuesta me confundió, a un punto que no tenía como regresar.
  • -       Pero, para hacer eso, primero, debes conocer toda la realidad, porque la verdad no existe, lo que existe, es esta puta realidad que nos rodea, una jodida existencia de la ley del menor esfuerzo. Y es por eso que he venido, para entrenarte, a ti, y a quienes te seguirán
  • -       ¿Quiénes me seguirán?
  • -       Los nuevos amigos que harás, te apoyarán, pero no sé hasta qué punto, y es, como responsabilidad nueva tuya, el de volver ese sueño, una, realidad diferente, a la que estamos acostumbrados los humanos desde milenios atrás.
  • -       Gracias…
  • -       No, aún es muy temprano para las gracias niño, mañana vendré por ti y te enseñare lo que es ser un verdadero peruano, a la antigua
  • -       ¿Cómo es eso? ¿Mañana? ¿Dónde y a qué hora?
  • -       Yo te llamaré, Hugo me prestas dinero ¿Está bien?
  • -       Ah, como siempre, pero claro
  • -       Es mejor que des una vuelta por el barrio, puede que mañana… no vuelvas a ser el mismo

Con esas palabras se despidió. Aun no podía entender bien lo que me dijo, pasaron unos minutos, mi abuelo se fue a ver tv, y me quede en la sala pensando. Son las nueve de la noche, es viernes, y no tengo tareas que hacer, estoy realmente confundido, ¿tengo una nueva responsabilidad?, ¿Por qué soy diferente al resto?

Cogí mi polera y le avise a mi abuelo que saldría a caminar, para despejar la mente y asimilar todo lo que ha pasado en esta tarde. La pelea, la fundación de los Soulos y la visita de Reynaldo ¿Toda esta relación? ¿Hay algún motivo?, ¿Qué sucederá mañana? tantas preguntas, ninguna respuesta.

Caminé por el centro de Lima, esta noche no sería de heroísmo, sino, de relajamiento. Las casonas, las tiendas, las personas, las parejas, todo era tan normal, ¿todo eso cambiara?, es muy complicado refutar una opinión a todo esto, si ni siquiera lo entiendo.
  • -       ¡Lárgate zorra!
  • -       ¡Ni que fuera un buen lugar para tocar, hijo de puta!

Caminando por la avenida Quilca veo a una chica salir con total enojo de un bar donde se escuchaba rock, pero, al cruzar la calle, no se dio cuenta de que un taxi venía a toda prisa, otro conductor imprudente, trate de gritar, pero al ver al auto, era muy tarde para que ella lo evitara, y en un movimiento igual de imprudente, salte a la pista y la saque del peligro con un abrazo obligado, ambos caímos a la vereda, no había mucha gente, y los transeúntes que pasaban se alejaron, como si no pasara nada.
  • -       ¿Estás bien? - le pregunté
  • -       Si, gracias, pero ya suéltame enfermo
  • -       Bueno, solo esperaba unas gracias, me voy entonces
  • -       Espera…
  • -       ¿Si?
  • -       Mi nombre enano de cabello parado, es Sylvana ¿Y el tuyo pequeñín?

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