“Las apariencias siempre engañan, y más
cuando es mentira disfrazada de sinceridad”
Con
rumbo a la capital, al centro histórico de Lima, a un lugar llamado “Palacio de
gobierno”, ese lugar rezumbaba como una mosca en mi cerebro.
- - Dime, Milagros ¿Vives en Lurín tu sola?
- - ¿Eh? - su mirada se desvió del paisaje de cerros, a mi mirada
- - Si vives tu sola en Lurín
- - No, vivo con mis padres, y muy apartados de todo rastro de la capital, es agradable
- - ¿Por qué es agradable vivir lejos de la ciudad principal del país?
- - Porque… no tengo que ver a diario el desastre ocasionado por la sociedad limeña
Esas
últimas palabras que pronunció, fueron tan filosóficas, a mi parecer, como para
ser pronunciadas por una simple niña de 19 años.
- - ¿A qué te refieres cuando mencionas a la sociedad limeña?
- - Pues, que es feo vivir en plena capital, donde sucede de todo, mientras que aquí, es muy calmado, a veces se ven las estrellas y la luna, demasiado grande como para pasar desapercibido, cosa que en el centro jamás se vería
- - Realmente eres extraña… Milagros
- - No me importa, si es un insulto entonces está bien
- - No me refería a eso, yo conocí a una chica con tus mismos pensamientos - hace días que no pensaba en Maribel, desde que se fue
- - Oh ¿Tu novia?
- - No, una amiga que siempre mencionaba en irse a vivir a la sierra, solo para estar más tranquila
- - Entonces no soy la única que piensa de esta forma, haha - una risa aliviada
- - Si, tienes algo en común en ella, en el mismo sentido de pensar en la capital, como el vertedero de todo el país
- - Y tú… ¿Por qué vas a la capital?
No
supe que responder, pasaron segundos eternos donde mi respuesta fue obviada por
su mirada al paisaje nuevamente, y donde me aviso…
- - Ya llegamos a la Javier Prado
- - ¿Javier Prado?
- - Si, la avenida, allí está la caseta para que los ómnibus ingresen
No
vi ninguna caseta, solo la carretera y muchos autos, alrededor muchos
edificios, y después de 10 minutos, apareció la caseta, mierda!, otra vez lo
hizo, ¿Cómo pudo observar desde tan lejos?, ¿Quién es esta chica?, puede ver
objetos a kilómetros sin necesidad de usar binoculares o lentes especiales… acaso…
¿Tiene que ver con los supuestos héroes a quienes busco?, será… ¿Amiga de ese
héroe enmascarado con poderes extraño? No… es muy temprano para sacar
conclusiones.
- - Bien… Luciano, ya me tengo que bajar en el siguiente paradero
- - ¿Qué paradero es el siguiente?
- - Avenida Garcilazo de la Vega ¿Dónde vas a bajar?
- - Creo que donde tu bajaras, después de todo, tengo tiempo - demasiado diría
- - Ah, está bien
Nos
bajamos en la avenida Garcilazo de la Vega, demasiado tránsito para una sola
avenida, edificios antiguos decoran la pista, y veo panfletos por todos lados,
las elecciones se acercan…, y un nublado cielo, esto es Lima, comienzo a
extrañar Chiclayo… al menos el sol estaba junto al mar.
- Yo me voy a Miraflores, por allá estudio, un gusto
conocerte Luciano
- Igualmente, Milagros, no espero que nos volvamos a ver, pero si es así, te invitare algo
- ¡Oh!, ¡no te preocupes!, fue un gusto conocer a alguien… muy amable
Antes de despedirme de ella con un ligero apretón de manos, la carta de presentación que recibí de ese tipo bigotudo cayó al piso, ella lo recogió y sus ojos se abrieron, como si estuviese asustada, o, mejor dicho, sorprendida mente asustada.
- ¿La legión?
- Eh… discúlpame, se me cayó sin querer
- ¿Perteneces a la legión?
- ¿Cómo dices?
- Uf - un suspiro de alivio -, pensé que era la única que no vive en la misma Lima que pertenecía a la Legión
- ¿Ah… qué te refieres?
- ¡Ya somos dos! Yo también pertenezco a la gran legión, soy nueva en realidad, entonces, siempre será un gusto conocerte… ¡colega legionario! - una leve sonrisa apareció en su delicado rostro, pero no lo sentía como una sonrisa de felicidad
- Igualmente, Milagros, no espero que nos volvamos a ver, pero si es así, te invitare algo
- ¡Oh!, ¡no te preocupes!, fue un gusto conocer a alguien… muy amable
Antes de despedirme de ella con un ligero apretón de manos, la carta de presentación que recibí de ese tipo bigotudo cayó al piso, ella lo recogió y sus ojos se abrieron, como si estuviese asustada, o, mejor dicho, sorprendida mente asustada.
- ¿La legión?
- Eh… discúlpame, se me cayó sin querer
- ¿Perteneces a la legión?
- ¿Cómo dices?
- Uf - un suspiro de alivio -, pensé que era la única que no vive en la misma Lima que pertenecía a la Legión
- ¿Ah… qué te refieres?
- ¡Ya somos dos! Yo también pertenezco a la gran legión, soy nueva en realidad, entonces, siempre será un gusto conocerte… ¡colega legionario! - una leve sonrisa apareció en su delicado rostro, pero no lo sentía como una sonrisa de felicidad
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