“Mejor luchar, que peor rendirse”
Sábado, finalmente es sábado, después de una semana de amistades nuevas
y rarezas por doquier, al fin puedo descansar, o eso espero lograr en este
hermoso día invernal.
Al ponerme las sandalias para ir al baño, escucho la voz de mi abuelo diciendo
que iba a ir a la iglesia, es típico, son las 7 de la mañana, muy tradicional
viniendo de él. Me di un buen baño de agua fría y me cambie para salir al
mediodía, para cumplir la promesa que le hice a esa chica en la noche,
encontrarme con Sylvana, aunque no quiero salir de mi casa y mejor relajarme
escuchando música echado en mi cama, tengo que verla, ese poder raro apuesto
que nadie más lo ha visto, y si lo vi ayer con su máximo poder, es por algo,
quizás esté relacionado a ese “cambio de un futuro mejor” que explico el
vagabundo, bueno, sea como fuese el caso, la iré a ver al mediodía al parque de
la muralla, al lado de mi feria favorita, “la feria de libros de Amazonas”
Un sábado sin mucha alegría en las calles, mucha gente y en especial
mujeres con niños van al mercado a comprar los alimentos para la semana,
restaurantes abriendo sus rejas y lavando los platos, ambulantes con recuerdos
navideños a punto de venderlos y los cargadores que van de un lado a otro
llevando cosas pesadas junto a autos que pasan como si nada en tantas
transitadas calles de la capital, esa es la avenida Abancay de ahora, tan
querida y tan llena de gente… que aburrido es.
Le dije a Sylvana que nos encontraríamos en el parque de la muralla,
para conversar sobre nuestras vidas, su “extraño” poder, y de paso contarle
sobre mi grupo recién conformado de ayuda social, aun no entiendo todo lo que
he visto, y lo que ahora me deparara el futuro para horas más tarde, si no lo
entendiera del todo, pensaría que es un juego macabro entre un dios muy
vacilante y un destino que le gusta joder a todo ser. Y el mensaje nocturno de
Kaytlin, que solo fue para preguntarme si había algún examen final la otra
semana, pensaba que sería otra cosa, pero como siempre es la misma historia,
solo fue una ayuda ¡que la ayude su flaco!
- Hola Jerouu, gracias por venir y no quedarte dormido – me saludo
Sylvana con unos labios bien rojos y un pantalón jean negro algo ajustado
- Ah… de nada – intente simular mi asombro por una chica tan bonita como
ella, pero también muy… escultural
- Bueno, creo que tienes muchas preguntas que te haces, sobre lo que
viste anoche ¿no es así? – me dijo al sentarnos en una banca con el sol
misteriosamente brilloso quemando nuestras humildes cabezas descubiertas
- ¡Es obvio! ¿Cómo es que hiciste eso? ¿Solo
lo haces al tocar tu guitarra? O eres una especie de mutante como los de los
comics o algo así ¿será eso?
- Mmm – pensó por unos momentos mirando al árbol enfrente de nosotros –
yo te contare todo eso, si me haces una promesa que debes de cumplir, ¿ok?
- Por supuesto, no se lo diré a nadie, si a eso te refieres
Y para que quedara muy obvio e imposible de romper esa promesa, me miró
fijamente a los ojos, como si tratara de comerme o algo parecido, su mirada
fría e incalculable me dio mucho miedo, pero la convenció de contarme su
secreto al retarle con mis ojos serios y sin significado alguno más que
discrepancia y silencio absoluto.
- Pues veras, soy hija única, mi nombre es Sylvana Alejandra Mayra, tengo
23 años y vivo en La Victoria…
- Bien… y ¿los poderes?
- ¡No interrumpas caracho!, y al diablo, te lo diré… mi sueño, ¡es matar a
los miserables que violaron a mi madre! – dijo con molestia y desagrado
Su expresión de frialdad y miedo, cambio a seriedad y desagrado
inimaginable, junto a un poco de tristeza, al decirlo, note algo de miedo en
sus palabras, luego, me contó lo que sería el origen de ser así y tal vez, el
porqué de su rapada en la parte derecha de su cabeza
- ¿violaron
a tu madre? – dije con voz baja y sin ánimos de saber su pasado, realmente
no deseo saberlo
-Sí,
la hicieron sufrir como nunca, esas mierdas abusaron de ella en todos sus
sentidos, y yo, tuve que ver a mi madre llorar de rabia y pena, eso ocurrió
hace doce años, pero lo recuerdo, como si fuese ayer – hablo increíblemente
sin soltar una lagrima, solo pude sentir en ese espacio pequeño de asiento, un
aura de ira y maldad
- ¿Qué realmente paso?
- Esto fue lo que marco mi vida, y me volvió en parte, como soy ahora
Hace doce años, mi madre trabajaba en una fábrica de textiles cerca al
estadio Matute en La Victoria, trabajaba todo el día, de ocho de la mañana
hasta las siete de la noche, su sueldo no era tan grande, pero bastaba para
mantenernos felices, gracias al bastardo de mi padre que se largó al momento
que supo que mi madre estaba embarazada ¿Cómo lo supe? la oí hablar por
teléfono con mi tía días antes sobre el paradero de mi viejo, contando lo que
ese hacia ahora, lo habían asesinado por no pagar *“cupos”
El jueves de desgracia y tormento empezó con una llamada de mi madre,
diciéndome que volvería un poco tarde, por el motivo de arreglar una máquina
que se malogro en la fábrica de galletas, y al ser ella la única capaz de
arreglarla, se quedó; le dije que no, que viniera rápido, que más tarde por
este lugar, es muy peligroso. Ella solo respondió que asegurara la puerta y me
durmiera a la misma hora de siempre, mi abuela se quedaría conmigo, respondí
que está bien, pero que se cuidara mucho.
Eran las ocho de la noche, mi madre no aparecía, las nueve y nada, las
diez y ni una sola llamada, entonces cuando decidí llamarla a su celular, ya
eran las once de la noche, mi abuela me acostó pero no pude dormí, ¿le habrá
pasado algo?, ¿estará bien?, ¿le habrán robado? Desperté decidida a salir a
buscarla, sin causar algún ruido en la sala para no despertar a mi abuela, abrí
la puerta y fui en su búsqueda, la busque con mi pijama y un cuchillo de
cocina, por si pasaba algo estúpido o muy dañino para nosotras.
Baje las escaleras del edificio, la busque por todos los pisos del
edificio y ningun rastro de ella, alrededor del parque y entre los juegos
abandonados en mitad del parque, pero nada, ni siquiera los fumones de siempre
que se juntaban para fumar algo de hierba se encontraban por allí. Al salir a
la avenida principal para seguir con mi búsqueda, vi de lejos a otra niña, de
mi misma edad pero, con sus hermanas sujetándola de las manos y sus padres
riendo con ellos, venían de un paseo familiar probablemente… un paseo que nunca
he tenido ni tengo ganas de disfrutarlo, maldita familia. Sin seguir mirando
esa tierna y horrible escena de amor, me adentre a los alrededores del estadio.
De lejos escuche un grito y lloriqueo de una mujer, entonces, fui de
inmediato y escondida detrás de unas bolsas de basura, pude ver a mi madre de
rodillas, llorando y suplicando perdón, mientras uno de los fumones que no se
encontraban en el parque, estaba delante de ella, se subía los pantalones,
entonces entendí que, mi madre había sido violada por ¡cuatros malditos hijos
de putas! Mis lágrimas no pudieron contener mi ira, salí de mi escondite y me
lance contra uno de ellos.
Mi madre me vio rápidamente e intento detenerme, pero mi rabia pudo más
que su intento de pararme, uno de ellos me vio con el cuchillo apuntando a su
pecho y se alejó, me agarro por el cabello, causando tal dolor que me hizo
soltar el cuchillo, me golpearon en el estómago tan duro que vomite algo de
sangre. Mi madre me abrazo fuertemente y ambas huimos del lugar, ellos venían
tras de nosotras, pero, algún vecino alertó a la policía sobre el escándalo que
habíamos causado, logrando que los malditos se largaran mientras mi madre
corría hacia nuestro departamento, al llegar, mi abuela la abrazo y me acostó
sin decir ni una palabra a mi cama.
No pude resistir el hecho de ver llorar a mi madre, y al salir de la
habitación otra vez, fui a la sala donde, mi abuela y mama, lloraban y llamaban
al hospital, la sangre que aun emanaba por su vagina seguía fresca, le habían roto
algo en ella, no sé qué exactamente, aunque desde ese día me dio una idea de
que, los hombres, en general, son todas unas mierdas que no deben existir,
comprendí en ese momento, que para sobrevivir en un mundo dominado por ellos,
debería de ser fuerte, demasiado fuerte y muy decidida a actuar sin pensar,
porque los actos ya se cometieron al crearse ese problema, esa es mi decisión final.
Desde ese día, con once años, comprendí la estupidez y desgracia en que
vivimos todos, principalmente las mujeres tan nobles como lo es, o fue, mi
madre al cuidarme junto con mi abuela, un mundo totalmente hecho mierda por
culpa de miserables perros que no merecieron ser paridos. Por ese
acontecimiento, decidí no detenerme en mi justicia de encontrar a esos
malnacidos y a cualquiera que maltratara a las mujeres, pero antes, encontré mi
fe y mi descarga de adrenalina e ira en el rock, mejor dicho, en el rock metal,
donde pude expresar mi odio a través de poemas y canciones de dolor hacia el
género dominante, el hombre.
Pude conformar mi propia banda, mi madre me decía que estudiara una
carrera, yo le conteste que no lo haría hasta encontrar la respuesta, y hacer
justicia por ella y por todas las mujeres en el mundo. Y fue en ese momento,
donde algo dentro de mi despertó, al tocar guitarra con un odio inmenso
fluyendo por mis manos, pude generar esa ráfaga que viste la noche anterior, me
alegre demasiado, al saber, que ese era mi don, mi regalo por la promesa de
ayudar a las mujeres, mi medio para establecer un justo mundo para las madres y
niñas, un regalo para castigar y masacrar a los hijos de… para variar, putas.
- Vaya - no supe que decir
- Si, vaya, esa es mi historia, y mi sueño desde hace doce años, mi
extraño poder influenciado por el odio, pero, ya hablamos mucho sobre mí, pero
no sé nada de ti – levanto la mirada e intento sonreír
- Si deseas saber sobre mí, entonces, te pediré un solo favor
- ¿Cuál?
- ¿Te refieres a una ONG? No…
- - No, ¡para nada!, es otra cosa, tu sueño
de verdad es realista, y tu pasado causa indignación y un problema serio,
que podemos realizar. Somos tres hasta el momento, contigo seriamos
cuatro, podemos ayudarte en ese sueño, pero, con algunos cambios, no
desear la muerte, pero si una justicia como se debe sobre ellos y sobre
todos esos tipos que solo causan desgracia a las mujeres en todo el mundo,
somos los Soulos
- Interesante…, si digo que sí, me contaras de tu pasado y toda tu vida,
y el porqué de ese raro nombre como tu ¿verdad?
- Claro, si dices no, igual te lo diré, porque, veo en ti a una amiga en
quien puedo confiar, tú me confiaste tu problema, y yo te confiare mi solución
- Si…
- Ese si es… - intente hablar por ella simulando que ya sabía su
respuesta
- Significa que me uno, si ese es tu meta, y puedo realmente confiar en
ti, entonces me uno a los… Soulos ¿así se dice no?
Una nueva integrante, un nuevo poder, y una esperanza a quien dar y esparcir
por el mundo. Una chica que de verdad desea cambiar la realidad de miles de
mujeres por todo el globo, pero su manera violenta de querer solucionar las
cosas, tendremos que hablar sobre eso, pero ahora todo está saliendo como se debe
¡esto está que quema!
Ese mismo día, tres
de la tarde, en el parque el Olivar, San Isidro.
- ¿ella es? – pregunto tun señor sentado en una banca son una camisa
hawaiana y un short blanco con sandalias
- Según lo que he investigado y el rastreo que le hice, todo concuerda de
que ella es Alexina de los Leones, señor – respondió otro tipo sentado a su
lado con un terno muy elegante y una corbata de líneas rojas con un peinado y
mirada muy seria
- Bien hecho Faulquo, ahora podremos hablar con tranquilidad, y más
cuando no tienes un rifle apuntándole a la cabeza o al estómago, ahora dime
¿averiguaste más detalles sobre la legión?
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